El hombre que se parece a ti

Llegué y llamé a tu puerta,

Llegué y toqué tu corazón,

en busca de una cama para descansar,

en busca de un buen fuego,  para calentarme.

¿por qué me rechazas?

Ábreme, hermano.


¿Por qué preguntarme

a mi si soy de África,

si me crié en América,

si provengo de Asia,

o si nací en Europa?

¡Ábreme, hermana mía!


¿Por qué me preguntas por

la longitud de mi nariz

el tamaño de mi boca

el color de mi piel

o el nombre de mis dioses?

¡Ábreme, hermano mío!


Ni soy color negro,

ni soy pintura roja,

ni pigmento amarillo,

ni coloración blanca,

yo sólo soy una persona.

¡Ábreme, hermana mía!


Ábreme tu puerta

ábreme tu corazón

porque soy una persona

la persona de todos los tiempos

la persona de todos los cielos

Una persona como tú.

René Philombe

Todo esto Dios, lo ponemos en tus manos