Una maestra dio esta tarea a sus alumnos: "Buscad cualquier flor, una de esas que muchas veces pasan desapercibidas, y estudiadla. Contemplad la forma y color de sus pétalos. Dadle la vuelta y mirad cómo se ve por debajo. Al hacerlo, recuerda que esta es tu flor. Si tú no la hubieras recogido y admirado, quizás se hubiera muerto sin que ninguna persona la hubiera admirado"

Al día siguiente, cuando los alumnos le contaban cómo eran las flores que habían recogido, la profesora dijo: " Cada uno de nosotros somos como una de estas flores. Todos somos únicos. Pero muchas veces pasamos desapercibidos y no se nos aprecia porque nadie se toma la molestia de ver nuestra belleza singular. Cada uno de nosotros somos una obra maestra de Dios.  Nunca habrá otro como cada uno de nosotros. Nunca."