Cuando yo desee lo que Dios desea,

sabré que mi corazón está en lo correcto.

¿Hay alguien que aún no haya visto La sociedad de la nieve? Numa Turcatti, que aparece como hilo conductor de la película, se erige como un ejemplo de fe y auténtica entrega a los demás hasta el final.

Turcatti estudió en el Colegio Seminario de Montevideo (Uruguay), centro que pertenece a la Compañía de Jesús. Uno de sus mejores amigos, Raúl Zorrilla, habla en en esta entrevista del legado profundo que dejó la educación en Numa y en su forma de hacer las cosas tras el accidente, así como cómo la fe sostuvo la amistad en Los Andes.

Una de las escenas más impactantes, por su significado a nivel espiritual, es la del papelito que esconde en la mano antes de fallecer, entregándose por los otros, con la frase del Evangelio: «No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos» (Jn 15, 13). Y, ahora que hemos vivido la Pascua, cobra más sentido que nunca.

Esto dice Raúl de su amigo fallecido:

Como estudiante era fantástico, disciplinado, aplicado, estudiaba abogacía, ya se había graduado de procurador, le quedaban un par de años para ser abogado cuando le agarró la tragedia en la cordillera.

Era una persona sensacional, amigo de sus amigos, un tipo bondadoso, solidario como lo fue en la montaña, gentil, atento, afable... y muy buen cristiano. Algún día nos reencontraremos en el cielo. Siempre pienso que Numa en la cordillera fue un apóstol, por su actitud, por estar tan agarrado a la fe. Estoy seguro de que el día que Dios lo llamó le abrieron la puerta grande. El apóstol que fuiste acá lo serás también desde el cielo, y nos estás esperando. 

[Así hablaba Nando Parrado de Numa en su libro Milagro en los Andes: "Aún no le conocía bien pero, en los pocos días difíciles que pasamos juntos, nos impresionó a todos por su calma y su discreta fortaleza. A Numa nunca le entró ningún ataque de pánico ni perdió los nervios, nunca cayó en la autocompasión ni en la desesperación; tenía algo de noble y desinteresado que todo el mundo percibió. Se preocupaba por los más débiles y consolaba a quienes lloraban o tenían miedo. Parecía importarle el bienestar del resto de nosotros tanto como el suyo propio y todos sacamos fuerzas de su ejemplo].

El día que tú no estés, ¿cómo te gustaría que hablasen de ti?

TODO ESTO DIOS LO PONEMOS EN TUS MANOS