Unidad en la diversidad

“«Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu», escribe el apóstol Pablo a los Corintios 






Y es que en el mundo existe una gran diversidad. Y sin embargo, estamos llamados a la unidad en la diversidad. El ser humano está hecho para la belleza, y está hecho de tal manera que al unir habilidades crea algo mucho más potente. 

De vez en cuando debemos examinarnos por dentro para ver qué nos impide darnos al otro, sacar lo mejor para contribuir a esa unidad. Existen tres peligros:

El narcisismo, que lleva a la idolatría de sí mismo y a buscar sólo el propio beneficio. Y en esta pandemia que el mundo sufre, duele ver en la humanidad el narcisismo, gente que se preocupa de sus propias necesidades, que es indiferente a las de los demás, que  no admite las propias fragilidades y errores.


El victimismo, es peligroso, porque el victimista está siempre quejándose de los demás: “Nadie me entiende, nadie me ayuda, nadie me ama, ¡están todos contra mí!”.  En el drama que vive actualmente gran parte de la humanidad, qué grave es el victimismo, ¡pensar que somos los que peor estamos!


Y el pesimismo que “arremete contra el mundo entero, pero permanece apático y piensa: ¿de qué sirve darse? Es inútil”. Y así, en el gran esfuerzo que supone comenzar de nuevo, qué dañino es el pesimismo, ver todo negro y repetir que nada volverá a ser como antes. El pesimista, es quien piensa que que ya no hay esperanza. 

¿Cómo ando de narcisismo, victimismo y pesimismo? ¿Cómo puedo aportar a la unidad en tanta diversidad?

TODO ESTO DIOS, LO PONEMOS EN TUS MANOS