El 3 de noviembre celebramos el Día del beato Ruperto Mayer sj. Este jesuita alemán se atrevió a ir contra el nazismo siendo uno de los primeros jesuitas que se opuso a Hitler.

Al hacerse más fuertes los movimientos políticos radicales, comenzó Mayer a asistir a sus mítines, incluso compartiendo escenario con sus líderes. Era el modo de interpelarles mencionando principios católicos que se oponían a los desastres a los que, en su opinión, conducían estos movimientos, Mayer detectó las falsedades que propagaba. 

Y en su persuasión de que un católico no podía ser nacional socialista, entró en conflicto inevitable con los nazis. Más que una toma de postura política, se trataba de una respuesta religiosa ante el mal que se avecinaba.

Tras ser detenido varias veces, finalmente, fue encerrado en el campo de concentración de Schenhausen. Supo sostener sus convicciones hasta su liberación por los norteamericanos. Tras ser liberado quedó muy debilitado tras sus años de cárcel, por lo que falleció poco después de un infarto mientras celebraba la misa en la iglesia donde tantas veces predicó contra la barbarie nazi.

TODO ESTO DIOS, LO PONEMOS EN TUS MANOS