En un momento de su vida, Jesús dijo: "Quien quiera economizar su vida, la perderá; y quien la gaste por Mí, la recobrará en la vida eterna".

El problema es que a nosotros nos da miedo gastar la vida, entregarla sin ningún tipo de reserva. Preferimos conservar lo que tenemos, resguardarnos bajo el egoísmo y de esta manera evitar los riesgos con seguros por todas partes.

Pero la invitación de Jesús nada tiene que ver con esto. Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen; hacer un favor al que no va a devolver; gastar la vida es lanzarse aún al fracaso, si hace falta.  Gastar la vida no se hace con grandes gestos y falsa teatralidad, si no con sencillez, sin publicidad.

La gran noticia de Dios se encuentra en las oportunidades que nos ofrece. El futuro es un enigma y nuestro camino nunca lo podremos conocer, pero sí podemos confiar y afirmar que queremos gastar la vida a su estilo.

Ahora se nos abren muchas puertas, está terminando el curso y por fin se acerca el verano. Serán días de descanso, de planes con amigos, de familia, pero... ¿serán también días de gastar MI VIDA? Muchas son nuestras inquietudes pero tenemos que saber ordenarlas y desde el cole se ofrecen muchas oportunidades para estos días.

Adaptado de Lluís Espinal, SJ, Gastar la vida