Ignacio de Loyola comienza siempre su oración con estas palabras, con las que hoy nos dirigimos a Dios:

 

Te pido, Dios mío, tu aliento y tu ayuda,

para que todas mis intenciones, pensamientos y acciones,

estén orientadas a servirte y alabarte.

 

Todas las personas necesitan un modelo, y a nuestra edad todavía más.

Pero, ¿quién es tu modelo? ¿A quién crees que merece la pena seguir?…

Ignacio de Loyola, después de mucho buscar, encontró su modelo en JESÚS. Para él, Jesús es el modelo de toda persona por su respuesta total al amor, hecha en servicio a los demás. Por eso San Ignacio nos invita a rezar para conocerle, amarle y servirle, con estas palabras:

Jesús, que por mí te has hecho hombre,

te pido que te conozca internamente,

como un amigo conoce a un amigo,

para que más te ame y te siga.

Enséñame a ser como tú:

a amar con tu corazón, a sentir tus sentimientos,

a gastar y desgastar mi vida amando

y sirviendo a los demás.

TODO ESTO DIOS LO PONEMOS EN TUS MANOS