7/06/22

El pasado domingo pudimos disfrutar de nuevo de un Rafa Nadal que nos hizo vibrar y celebrar con él su decimocuarto título de Roland Garros. Una gesta heroica, para muchos sobrehumana, de alguien que no conoce límites. Rafael Nadal hace mucho tiempo que hizo historia, y aún con sus 36 años sigue haciéndolo. 

Hace unos meses su tío Toni Nadal, y entrenador durante muchos años de Rafa daba una entrevista que resumimos ahora: 


Arranca esta conversación aclarando que nunca fue el tío preferido sino el entrenador exigente que inculcó los valores y filosofías de vida que conforman su propia personalidad: humildad, esfuerzo, disciplina, mejora constante, no perder de vista el suelo y no sobrevalorar los éxitos ni magnificar las derrotas.

Cuando veo ganar a mi sobrino siempre estoy feliz, máxime cuando se trata de torneos tan importantes. Rafa tiene mucha resiliencia y cuanto más se complica un partido, más se afana en la remontada. Esto es sin duda una de las actitudes que le han hecho llegar más lejos. 


Me preocupa, evidentemente, como parte de la sociedad que haya poca capacidad de esfuerzo y de aceptación de las críticas entre la gente joven, en un mundo en el que prima la necesidad de divertirse y recibir felicitaciones. Me gustaría que todo funcionara de otra forma. 

Estamos educando a las nuevas generaciones en recompensas inmediatas, y por eso se frustran si algo no les sale a la primera y precisan del aplauso al mínimo avance. Rafa, por ejemplo, se crió de forma distinta: bajo una exigencia máxima, recibiendo muy pocos halagos y viéndose influido por una preocupación tremenda por dar lo mejor de sí mismo y aceptar los reveses de la vida con entereza y humildad. El mérito es exclusivamente suyo porque estuvo dispuesto a obedecer, interiorizar y aplicar aunque también sus éxitos responden a un talento inusual y una habilidad impropia en la mayoría de tenistas.


Supongo que esta necesidad de felicitación constante en la sociedad tiene que ver con esa “vida escaparate” en la que vivimos...Sí, la sociedad del vivir para mostrar, aunque lo que enseñes no sea tan relevante. Pero esas acciones no traen buenas consecuencias. Hoy todo el mundo quiere las cosas de manera inmediata desde muy jóvenes. 

La voluntad se educa. Hay que obligarse y exigirse, las cosas no se consiguen de la noche a la mañana y sin esfuerzo. Igual que para tener el dominio de la pelota debes tirar las bolas dentro. Y repetir hasta que salga bien. Unos necesitarán más tiempo que otros, pero hay que estar dispuesto a hacerlo, apartado de la queja, la frustración y exigiéndose al máximo nivel.

Del deporte podemos aprender mucho del sentido de la trascendencia. Sin lugar a dudas. El principal valor del deporte es la superación de tus propias posibilidades, de lo contrario será algo muy simple y trivial: pasar una pelota por encima de la red. No todo es tangible, por lo que el sentido de la trascendencia es importante para un ser humano y un profesional de la disciplina que sea.

¿Qué podemos aprender del ejemplo de Rafa Nadal? 

¿Cómo me enfrento yo a las dificultades en mi vida? ¿Con humildad, esfuerzo, disciplina y afán de superación? ¿O me puede la necesidad de la felicitación fácil y rápida? 

¿Me dejo llevar por esa vida escaparate en la que mostrar todo lo que hago o lo que consigo, aunque no sea tan relevante? 


TODO ESTO DIOS, LO PONEMOS EN TUS MANOS