La periodista rusa Marina Ovsyannikova se ha hecho famosa por haberse atrevido a mostrar una pancarta que ponía "No crea en la propaganda. Aquí te están mintiendo mientras gritaba No a la guerra, detengan la guerra.

Fue detenida y condenada por un tribunal de Moscú a pagar una multa, aunque podría enfrentarse a consecuencias aún más graves. Una reciente ley prohíbe a los periodistas rusos dar información alternativa a la línea oficial del Kremlin y también conocemos muchas historias de opositores rusos desaparecidos de manera misteriosa.

En una entrevista, Marina contaba como su padre es ucraniano y su madre es rusa, al igual que otros tantos miles de personas que viven esta guerra como fratricida.

Podríamos decir muchas cosas sobre la valentía de esta mujer pero esta mañana nos gustaría destacar cómo, cuando vamos a las raíces más profundas de nuestro ser, encontramos la valentía (la autoconfianza, el propósito, la seguridad...) para hacer lo que debemos hacer. En su caso su propia experiencia familiar y vital en la que había nacido y crecido. Nos podemos imaginar los valores y los aprendizajes en los que Marina ha sido educada y que le han hecho ponerse en movimiento para denunciar lo que considera injusto poniendo en peligro su propia vida. Todo hecho, además, con cierta estrategia para que su mensaje pueda desencadenar que otros periodistas rusos se sumen.

¿Cómo me interpela en mi vida el ejemplo de Marina?

TODO ESTO DIOS LO PONEMOS EN TUS MANOS