Gustar y sentir

Probablemente todos hemos mordido un caramelo alguna vez. Nos puede la tentación, el ansia de querer comerlo. Y le pegamos un par de mordiscos. Un buen crujido y el caramelo nos brinda todo su sabor con intensidad.

También habremos tenido la ocasión de comerlo más despacio. Disfrutando y saboreando el caramelo. Esto les pasa a muchos niños, les das un chupachups y se apartan un poco para poder disfrutar de su caramelo a gusto, sin que nadie les moleste.

La diferencia entre la primera opción y la segunda es que mordiéndolo no lo hemos disfrutado tanto tiempo como si lo hubiéramos paladeado más tranquila. Aunque el sabor era el mismo.

San Ignacio decía una frase que nos puede resonar durante esta mañana: "no el mucho saber harta y satisface el alma, sino el gustar y sentir de las cosas internamente". Que, en castellano de hoy en día, viene a decir que no vamos a sentir plenitud en el alma por hacer muchas cosas, sino disfrutándolas y saboreándolas en profundidad.

A quién no le ha pasado, llenar la agenda de cosas, hacer aún más... y terminar pensando que lo mejor han sido los momentos de disfrutar de la presencia y de compartir la vida. Lo que pasa en el «corazón» -en el centro íntimo de cada persona- es lo que realmente puede satisfacer y dar sentido a una vida.

¿Disfruto de las cosas que vivo internamente, con actitud de sentir y gustar? ¿O consumo experiencias y momentos sin que cale mucho dentro de mí?

TODO ESTO DIOS LO PONEMOS EN TUS MANOS