Ante el final

Está terminando el Tiempo Ordinario en la Iglesia, y las lecturas de los domingos nos hablan mucho del 'final'. 

En una de sus cartas, san Pablo reprocha a algunos tesalonicenses que hayan optado por no hacer nada: ante el 'final', se han echado «a la bartola». Total: si resucitaremos y descansaremos, ¿por qué no empezar ya? Cualquier esfuerzo es inútil. Resulta curioso, sin embargo, que Pablo diga que los que hacen esto viven 'agitados': no parece que sea una respuesta que dé paz. El apóstol recomienda seguir «trabajando tranquilamente». Perseverar, diría Jesús. Porque la cuestión es: ¿si hemos encontrado algo que da sentido a nuestra vida, por qué abandonarlo ante «el final»? ¿No se tratará de profundizar en ello? Santa Teresa de Lisieux concebía el cielo como un continuar haciendo el bien en la tierra. Allí seguiría trabajando, rezando.

Este juego –por desgracia a veces no tan ficticio– de situarnos ante el final, puede revelarnos aquello que en nuestra vida ya confiesa a Jesús, y ayudarnos a imaginar qué podrá querer decir, tras la muerte, que nuestra vida esté unida a la suya. A pensar –por qué no– en eso que nos falta, con él.

¿Qué da sentido a tu vida que quieres tener hasta el final?

Carlos Maza, sj

PastoralSJ


¡todo esto dios, lo ponemos en tus manos!