“La Soupe” es una lindísima pintura de Pablo Picasso pintada en el año 1903.

Picasso dejó tras de si una vasta obra de pinturas de lo más diversas. Creativas, profundas e innovadoras, su autor no dudó en pasar por diferentes modelos y movimientos, desde los más clásicos hasta los más modernos y atrevidos como el cubismo. Muchos de estos movimientos teñidos también por su propia historia y salud mental.

La Soupe es una típica obra de él, que se enmarca en su famoso período azul, este período que se extendió durante solo seis años fue sumamente prolifero en su obra. Sensible, sencilla y conmovedora, esta pintura sacude al observador. Sin expresar mucho ni ostentar, lograr transmitir una atmosfera de profunda tristeza. En ella se encuentran dos personas, una mujer, encorvada, con un manto azul, con una postura de abatimiento y la sopa entre sus manos. A sus pies, una niña, en una actitud más jovial, estirando sus manos hacia lo alto para alcanzar el cuenco de sopa. En medio de ellas un plato de sopa, humeante, cálido y hogareño, representativo del amor de una madre hacia su hija, aun en sus momentos de profunda melancolía. Una imagen tierna a la vez, cubierta de gamas y gamas de azules que le otorgan ese aura triste y tranquila a la vez.

Como todas las pinturas de este período, la Soupe, a pesar de pequeña, conlleva una fuerza arrolladora, humana y profunda. Con líneas delicadas y fuertes a la vez, dan forma a la soledad y angustia que representan. Cabe aclarar que esta melancolía monocromática de Pablo Picasso comenzó con el suicidio de un amigo. Por tal motivo, solía representar a la gente con los ojos cerrado, la cara de perfil y sumidas en un gran silencio, como sofocando las emociones.


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