El uso optimo de la gestión de residuos es clave para reducir la contaminación y el desperdicio de recursos. Esto ayuda a darle una segunda vida a materiales, ahorrar energía y proteger el medio ambiente.
En esta capacitación veremos qué es el concepto de las 3R, la importancia de cada uno de los puntos que lo componen, qué es el reciclaje, qué materiales se pueden reciclar, la reutilización y cómo podemos implementarlo en nuestra vida diaria para generar un impacto positivo en nuestro entorno.
Cada año se generan más de 2 mil millones de toneladas de residuos en el mundo, y si no se implementan medidas adecuadas, esta cifra podría superar los 3 mil millones para el 2050. El 12% de estos residuos corresponde a plásticos, uno de los materiales más difíciles de reciclar y gestionar. Para combatir lo anteriormente mencionado existen técnicas preventivas y de solución, como lo es reducir la cantidad de residuos, reutilizarlos o reciclarlos.
Chile como país genera aproximadamente 19,6 millones de toneladas de residuos anualmente, de las cuales se reciclan un 20,9%; se espera lograr que para el año 2040 esta cifra aumente a 75% aproximadamente.
Como herramienta se implementó la Ley REP, que obliga a los productores a gestionar los residuos de sus productos al final de su vida útil, promoviendo el reciclaje y la reducción de residuos para proteger el medio ambiente.
Las 3R (Reducir, Reutilizar y Reciclar) son principios clave para minimizar el impacto ambiental y fomentar la sostenibilidad.
Reducir implica disminuir la generación de residuos mediante un consumo responsable.
Reutilizar consiste en alargar la vida útil de los objetos dándoles un nuevo uso.
Reciclar transforma materiales usados en nuevos productos para reducir la extracción de materias primas.
Estas acciones ayudan a conservar recursos naturales, disminuir la contaminación y gestionar los residuos de manera más eficiente.
La jerarquía de los residuos prioriza las acciones más sostenibles para minimizar el impacto ambiental. En primer lugar, se debe reducir la generación de residuos para evitar su acumulación. Posteriormente, se desarrolla la reutilización de los materiales dispuestos, alargando su vida útil. Cuando los objetos ya no pueden reutilizarse, la opción posterior es reciclar, transformándolos en nuevos materiales útiles. Finalmente, como último recurso, se procede a eliminar los residuos, estos generalmente se disponen en un relleno sanitario, no obstante Manantial puede cumplir todas estas etapas, ya que puede establecer estos residuos para su incineración (co-proceso) con el fin de generar un material para un nuevo producto.
Reducir significa minimizar la generación de residuos desde su origen mediante un consumo consciente y eficiente de los recursos. Esto implica adoptar prácticas como: evitar productos de un solo uso, optar por alternativas duraderas, comprar solo lo necesario y reducir los restos en procesos productivos. El objetivo es prevenir la acumulación de residuos y disminuir la presión sobre los recursos naturales.
Reutilizar consiste en dar un nuevo uso a productos o materiales, alargando su vida útil en lugar de desecharlos. Esto puede incluir repararlos o adaptarlos para diferentes fines. Al hacerlo, se reduce la cantidad de residuos y así se conservan recursos, evitando la necesidad de producir nuevos productos.
El reciclaje es el proceso de recolectar, clasificar y transformar materiales usados en nuevos productos, mediante procesos fisicoquímicos y mecánicos, con el fin de reducir el consumo de recursos naturales, disminuir la contaminación y promover la sostenibilidad ambiental.
Conservación de recursos naturales: Al reutilizar materiales, se reduce la necesidad de extraer nuevos recursos.
Reducción de la contaminación: Menos desechos llegan a los vertederos, lo que disminuye la contaminación.
Mitigación del cambio climático: Reduce las emisiones de GEI.
Generación de empleo: Fomenta la creación de trabajos en la industria del reciclaje y la gestión de residuos.
Un punto limpio es un espacio habilitado para la recogida selectiva de residuos, donde los ciudadanos pueden depositar materiales reciclables para su adecuado tratamiento y reciclaje. Estos puntos ayudan a reducir la cantidad de residuos que llegan a vertederos, promoviendo la economía circular y protegiendo el medio ambiente mediante la correcta gestión de materiales que no deben ser arrojados a los contenedores comunes.
El papel está compuesto principalmente de celulosa y agua, y al reciclarlo se busca recuperar la celulosa para fabricar nuevos productos. Es importante separar correctamente los diferentes tipos de papel y evitar que estén contaminados con restos de comida, materia orgánica o cinta adhesiva.
El vidrio es un material inorgánico, el cual es fabricado principalmente a partir de arena, sosa y caliza. En su reciclaje, se puede recuperar el 100% de la materia prima y consume menos energía que la fabricación inicial.
Los metales como el aluminio, cobre y acero se pueden reciclar al 100% y de manera infinita. Reciclar estos metales es un proceso más simple y menos impactante para el medio ambiente en comparación con su extracción, que consume mucha energía y genera altos impactos ambientales.
Los plásticos son unos de los residuos que se genera en mayor cantidad. El plástico se clasifica en 7 categorías según su composición y sus usos. Es por lo anterior que este material posee distintos tipos de reciclaje. De los anteriores solo se reciclan los de tipo 1, 2, 4 y 5.
En la planta de manantial, para cumplir con el compromiso cero residuos, se cuentan con numerosos separadores en formato de contenedores, ubicados en lugares estratégicos, con el objetivo de reemplazar un basurero convencional, y facilitar la separación para un posterior aprovechamiento, ya sea en valorización mediante reciclaje o en generación energética.
Algunos ejemplos de cada categoría para facilitar la segregación son:
Envases de alimentos: Como los recipientes para yogur, helados o salsas.
Bolsas reutilizables: Comunes en supermercados y tiendas.
Tapas de botellas: Usadas en botellas de bebidas o productos de limpieza.
Cajas y contenedores plásticos: Como cajas de almacenamiento o bandejas para alimentos
Botellas plásticas: Como las botellas utilizadas para agua.
Bolsas plásticas: De todo tipo, de plástico blando y semi duro.
Papel film: Usado para el cubrimiento de alimenros, superficies y objetos.
Papel de oficina: Como hojas de impresión, cuadernos y papel de escribir.
Papel de periódico: Periódicos y revistas de papel sin recubrimiento plástico.
Papel de envolver: Envoltorios de regalos (sin cintas o adhesivos).
Cartones: Como cajas de cereales, galletas o de almacenaje.
Utensilios de cocina: Cucharas, tenedores, latas alimentos de hojalata.
Herramientas: Martillos, destornilladores, llaves.
Estructuras metálicas: Vigas, piezas de construcción, clavos, tornillos.
Utensilios de oficina: Clips, corchetes, etc.
Latas de bebestibles: Como las de gaseosas, jugos, cerveza.
Bandejas de aluminio: Como las usadas en la cocina para hornear o envolver alimentos.
Papel aluminio: Usado para envolver alimentos, aunque debe estar limpio de restos de comida.
Envases de cosméticos: Como tubos de cremas o desodorantes.
Restos de comida: Sobras de frutas y verduras (cáscaras, semillas, pieles, tallos, restos de pan y cereales, cáscaras de huevo, restos de café, bolsas de té (si son de materiales biodegradables),
Desechos de jardín: Hojas secas, césped cortado ramas pequeñas y trozos de plantas.
Materiales orgánicos sucios: Servilletas usadas, bolsas compostables.
Envoltorios de alimentos: Todos aquellos que no entren en las categorías anteriores, como por ejemplo envoltorios de bolsas de té, de papas fritas, vasos de café.
Materiales textiles: Restos de ropa en mal estado, calzados, trapos limpios, etc.
Objetos con materiales no separables: Tetrapak.
Para saber como segregar los residuos e identificar su lugar de deposición y si son reciclables, se debe buscar, identificar e interpretar el etiquetado o enmarcado de este.
De contar con mas de un componente, el residuo debe ser separado y depositar cada componente en su respectivo depósito.
Se recomienda adoptar buenas prácticas al disponer de los residuos para garantizar un reciclaje adecuado, siguiendo las señalizaciones y las pautas de envasado. Prevenir la mezcla de estos residuos ayudará a evitar pérdidas durante su recolección, lo que reducirá la posibilidad de que deban ser desechados en lugar de reciclados.
Para sumar se debe colaborar en conjunto para disponer correctamente los residuos, comunicar cualquier problema a los supervisores respecto a los puntos limpios y clasificar manualmente los materiales reciclables, asegurándose de colocarlos en los contenedores adecuados.
Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento por haber participado en nuestro curso. Su interés y compromiso son fundamentales para el éxito de este programa de aprendizaje. Esperamos que haya encontrado el curso informativo y valioso.
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