Bautismo
-ad usum privatum parrochialis-
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RITO DEL BAUTISMO PARA UN SOLO NIÑO
RITOS INICIALES
De preferencia, celébrese el Bautismo en domingo, por ser el día en que la lglesia recuerda el Misterio Pascual, en una celebración común para todos los recién nacidos, Y en presencia de numerosos fieles o, al menos, de parientes, amigos y vecinos, todos los cuales deberán participar activamente.
El papá y la mamá son los que deben presentar al niño a la Iglesia para ser bautizado. Los padrinos deben acompañarlos.
Rito de acogida
Mientras los fieles cantan un salmo o un himno apropiado, el sacerdote o el diácono celebrante, revestido de alba o cota, y estola, o también de capa pluvial de color festivo, se acerca acompañado por los acólitos, a la puerta de la iglesia o al lugar donde estén esperando los papás y los padrinos con el niño.
Sal 84
Tu amor es mejor que la vida, Señor;
vale más un día en tus atrios,
que mil en mi casa.
Te adoro y te amo,
me postró ante Ti,
tu amor es mejor que la vida
y es todo para mí.
El celebrante saluda a todos los presentes, de manera especial a los papás y a los padrinos, y les recuerda con breves palabras el gozo con que los papás recibieron al niño como un don de Dios, que es fuente de toda vida y que ahora quiere hacerlos partícipes de su propia vida.
Lo puede hacer con éstas o semejantes palabras:
Hermanos: Con gozo han vivido ustedes en el seno de su familia el nacimiento de este niño. Con gozo vienen ahora a la iglesia a dar gracias a Dios y a celebrar el nuevo y definitivo nacimiento por el Bautismo.
Todos los aquí presentes nos alegramos en este momento, porque se va a acrecentar el número de los bautizados en Cristo.
Dispongámonos a participar activamente.
Interrogatorio
El celebrante pregunta a los papás de calla niño:
Celebrante:
¿Qué nombre le han puesto ustedes a su hijo(a)?
Papás:
N.
Celebrante:
¿Qué le piden a la Iglesia de Dios para N.?
Papás:
El Bautismo.
El celebrante puede usar otras palabras en este diálogo.
A la primera pregunta, puede responder otra persona, si según las costumbres locales, ella tiene el derecho de imponer el nombre.
A la segunda pregunta, los papás pueden responder también con otras palabras, como: la fe, o bien la gracia de Cristo, o bien la entrada en la Iglesia, o bien la vida eterna.
El celebrante se dirige luego a los papás con estas o parecidas palabras:
Ustedes, papás que piden el Bautismo para su hijo, deben darse cuenta de que contraen la obligación de educarlo en la fe, para que, guardando los mandamientos divinos, ame a Dios y a su prójimo, como Cristo nos enseñó. ¿Se dan cuenta de la obligación que contraen?
Papás:
Sí, nos damos cuenta.
Enseguida el celebrante se vuelve a los padrinos y los interroga con estas palabras u otras parecidas: ·
Y ustedes, padrinos, ¿están dispuestos a ayudar a los papás de este niño a cumplir con esa obligación?
Los padrinos responden al mismo tiempo:
Sí, estamos dispuestos.
El celebrante prosigue:
N., la Iglesia de Dios te recibe con gran alegría. En nombre de ella yo te marco con la señal de la cruz. Y ustedes, papás (y padrinos), hagan también sobre ellos la señal de la cruz.
El celebrante en silencio traza la señal de la cruz en la frente de cada niño, sin decir nada. Después, invita a los papás a que hagan lo mismo, y, si lo cree conveniente, también a los padrinos.
El celebrante invita a los papás, a los padrinos y a todos los presentes a participar en la celebración de la Palabra de Dios. Si las circunstancias lo permiten, se organiza una procesión hasta el lugar previsto para las lecturas; durante el trayecto puede entonarse un salmo u otro cántico apropiado.
Sal 122
¡Qué alegría cuando me dijeron:
Vamos a la casa del Señor!
Permaneciendo en Jerusalén
En las puertas de la casa de Dios
Mira, Oh Jerusalén
La ciudad restaurada
Ahí las tribus de Yahvé
Son una en él Señor
¡Qué alegría cuando me dijeron:
Vamos a la casa del Señor!
Permaneciendo en Jerusalén
En las puertas de la casa de Dios
Puede llevarse a los niños a otro lugar separado, hasta que termine la Liturgia de la Palabra.
LITURGIA DE LA PALABRA
A continuación, se presenta un formulario que expresa de modo particular el sentido del sacramento del Bautismo.
El lector se dirige al ambón y proclama la primera lectura, que todos escuchan sentados.
Primera lectura
Los rociaré con. agita pura. Y quedarán purificados; Los purificaré ele todas sus inmundicias e idolatrías,
Del libro del profeta Ezequiel
36, 24-28
Esto dice el Señor: Los sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos los países y los llevaré a su tierra. Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus inmundicias e idolatrías.
Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Les infundiré mi espíritu y los haré vivir según mis preceptos y guardar y cumplir mis mandamientos. Habitarán en la tierra que di a sus padres; ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios’ ”.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor
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En el Tiempo Pascual:
Primera lectura
Ustedes son estirpe elegida y sacerdocio real.
De la primera carta del apóstol san Pedro
2, 4-5. 9-10
Hermanos: Acérquense al Señor Jesús, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y preciosa a los ojos de Dios; porque ustedes también son piedras vivas, que van entrando en la edificación del templo espiritual, para formar un sacerdocio santo, destinado a ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios, por medio de Jesucristo.
Ustedes son estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada a Dios y pueblo de su propiedad, para que proclamen las obras maravillosas d aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. Ustedes, los que antes no eran pueblo, ahora son pueblo de Dios; ustedes, los que antes no habían alcanzado misericordia ahora han alcanzado misericordia.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor
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Salmo responsorial
Del salmo 26
R. El Señor es mi luz y mi salvación. (T. P. Aleluya.)
¿A quién voy a tenerle miedo?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.
Lo único que pido, lo único que busco
es vivir en la casa del Señor toda mi vida
para disfrutar las bondades del Señor
Y estar continuamente en su presencia. R.
El corazón me dice que te busque
y buscándote estoy.
No rechaces con cólera a tu siervo
tú eres mi único auxilio:
No me abandones ni me dejes solo. R.
La bondad del Señor espero ver
en esta misma vida.
Armate de valor y fortaleza
Y en el Señor confía. R.
Segunda lectura
Por el bautismo hemos sido incorporados a su muerte, para que llevemos una vida nueva.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos
6, 3-5
Hermanos: ¿No saben ustedes que todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bautismo, hemos sido incorporados a él en su muerte? En efecto, por el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva.
Porque, si hemos estado íntimamente unidos a él por una muerte semejante a la suya, también lo estaremos en su resurrección.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor
Aclamación antes del Evangelio
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.
R. Aleluya.
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En Tiempo de Cuaresma
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
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Evangelio
Nadie verá el Reino Dios, si no renace de lo alto.
Del santo Evangelio según san Juan
3,1-6
Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos, que fue de noche a ver a Jesús Y le dijo: ''Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces, si Dios no está con él'' Jesús le contestó: ''Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el Reino de Dios''. Nicodemo le preguntó: ''¿Cómo puede nacer un hombre siendo ya viejo? ¿Acaso puede, por segunda vez, entrar en el vientre de su madre y volver a nacer?''
Le respondió Jesús: ''Yo te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, es carne; lo que nace del Espíritu, es espíritu''.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Después de la lectura, el celebrante hace una breve homilía sobre lo que se acaba de leer, explicando los misterios del Bautismo y exponiendo las obligaciones que en él contraen los papás y los padrinos.
Después de la homilía, o bien, después de la letanía o dentro de esta última, se aconseja que haya un momento de silencio, durante el cual el celebrante invita a todos a orar profundamente. Si parece oportuno puede hacerse un cántico apropiado (nn. 225-245).
1 Jn 3,1
Mirad cuanto amor nos dado
el Padre al hacernos hijos de Dios (2),
para ser llamados hijos de Dios (2)
Oración de los fieles
Después se hace la oración de los fieles:
Celebrante:
Hermanos, invoquemos la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, en favor de este niño, que van a recibir la gracia del Bautismo, en favor de sus papás y padrinos, y de todos los bautizados.
Lector:
A las peticiones responderemos: Te rogamos, óyenos.
Todos:
Te rogamos, óyenos.
Lector:
Para que, por el Bautismo, que de modo tan admirable nos hace participar del misterio de tu muerte y resurrección, des nueva vida a este niño y lo incorpores a tu santa Iglesia. Oremos.
Lector:
Que, por el Bautismo y la Confirmación, lo hagas discípulos fiel y testigo de tu Evangelio. Oremos.
Lector:
Que después de una vida santa, lo lleves a gozar de tu presencia. Oremos.
Lector:
Que sus papás y padrinos sean para ellos un ejemplo vivo de fe. Oremos.
Lector:
Que conserves siempre en tu amor a sus familias. Oremos.
Lector:
Que renueves en nosotros la gracia del Bautismo. Oremos.
A continuación, el celebrante invita los presentes a invocar a los santos. En este momento, si parece conveniente, puede traerse a la iglesia a los niños, si se les había llevado a otro lugar al comienzo de la celebración de la Palabra.
Lector o Cantor:
Santa María, Madre de Dios,
Todos:
ruega por nosotros.
Lector o Cantor:
San Juan Bautista,
Todos:
ruega por nosotros.
Lector o Cantor:
San José,
Todos:
ruega por nosotros.
Lector o Cantor:
San Pedro y san Pablo,
Todos:
rueguen por nosotros.
Es conveniente añadir los nombres de otros santos, sobre todo de los patronos del niño, de la iglesia o del lugar.
Lector o Cantor:
San..., o Santa... ,
Al final se dice:
Lector o Cantor:
Todos los santos y santas de Dios,
Todos:
rueguen por nosotros.
Oración de exorcismo y unción prebautismal
Terminadas las invocaciones, el celebrante dice:
Dios todopoderoso y eterno,
que enviaste a tu Hijo al mundo
para que nos librara del dominio de Satanás,
el espíritu del mal,
y una vez arrancados de las tinieblas,
nos llevara al reino admirable de tu luz,
te pedimos que en este niño,
libre ya del pecado original, habite el Espíritu Santo,
y sea así templo de tu majestad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos:
Amén.
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O bien
Señor Dios todopoderoso,
que enviaste a tu Hijo único,
para dar al hombre,
esclavizado por el pecado,
la libertad de tus hijos;
te pedimos que,
por la pasión y resurrección de tu Hijo,
libres ahora de la mancha de la culpa original
a este niño que va a estar expuesto
a las seducciones de este mundo
y que va a tener que combatir
contra las tentaciones del demonio;
fortalécelo con la gracia de Cristo
y protégelo continuamente durante su vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos:
Amén.
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Prosigue el celebrante:
Para que te fortalezca el poder de Cristo Salvador, te unjo con este óleo de salvación en el nombre del mismo Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos:
Amén.
El niño es ungido en el pecho con el óleo de los catecúmenos.
LITURGIA DEL SACRAMENTO
Enseguida, si el bautisterio queda fuera de la iglesia o de la vista de los fieles, se organiza una procesión para ir a él.
Pero si está colocado ante la mirada de la comunidad, entonces solamente van a él los papás, los padrinos con el niño y el celebrante, quedando en su sitio todos los demás.
Si el bautisterio no puede dar cabida a todos los presentes, se puede celebrar el Bautismo en un sitio más adecuado, dentro de la misma iglesia, acercándose oportunamente los papás y los padrinos.
Mientras tanto, si se puede hacer dignamente, se entona un cántico apropiado, por ejemplo, el salmo 22 (n. 195).
Salmo 26
El Señor es mi luz y mi salvación,
el Señor es la defensa de mi vida,
Si el Señor es mi luz, ¿a quién temeré?
¿quién me hará temblar?
Una cosa pido la Señor,
habitar por siempre en su casa,
Gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo Santo.
El Señor es mi luz y mi salvación,
el Señor es la defensa de mi vida,
Si el Señor es mi luz, ¿a quién temeré?
¿quién me hará temblar?
Al llegar a la fuente bautismal, el celebrante recuerda a los presentes con breves palabras, el admirable designio de Dios que ha querido santificar el cuerpo y el alma del hombre por medio del agua. Esto puede hacerse con estas o parecidas palabras:
Hermanos: Oremos para que Dios todopoderoso conceda a este niño renacer a la vida nueva por el agua y el Espíritu Santo.
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O bien:
Hermanos: Sabemos que por medio del sacramento del agua, Dios concedió a los creyentes la abundancia de la vida divina. Ahora todos juntos elevemos, pues, nuestra oración para que, por el agua de esta fuente, derrame su gracia sobre estos elegidos.
O bien:
Comenzamos ahora la plegaria de bendición y de alabanza a Dios por las grandes obras que él ha realizado por medio del agua en la historia de la salvación. Supliquémosle que las realice también ahora por el agua de esta fuente bautismal.
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Bendición del agua e invocación a Dios
Fuera del Tiempo Pascual
Fuera del Tiempo Pascual, el celebrante vuelto hacia la fuente. Dice esta bendición:
Dios nuestro,
que con tu poder invisible realizas obras admirables
por medio de los signos de los sacramentos
y has hecho que tu creatura, el agua, signifique de muchas maneras la gracia del Bautismo.
Dios nuestro,
cuyo Espíritu aleteaba sobre la superficie de las aguas
en los mismos principios del mundo, para que ya desde entonces
el agua recibiera el poder de dar la vida.
Dios nuestro,
que incluso en las aguas torrenciales del diluvio prefiguraste
el nuevo nacimiento de los hombres,
al hacer que de una manera misteriosa, un mismo elemento diera fin al pecado y origen a la virtud.
Dios nuestro,
que hiciste pasar a pie sin mojarse por el mar Rojo a los hijos de Abraham,
a fin de que el pueblo, liberado de la esclavitud del faraón
prefigurara al pueblo de los bautizados.
Dios nuestro,
cuyo Hijo, al ser bautizado por el Precursor en el agua del Jordán,
fue ungido por el Espíritu Santo;
suspendido en la cruz,
quiso que brotaran de su costado sangre y agua;
y después de su resurrección mandó a sus apóstoles:
''Vayan y enseñen a todas las naciones bautizándolas en el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo''.
Mira ahora a tu Iglesia en oración
y abre para ella la fuente del Bautismo.
Que por la obra del Espíritu Santo
esta agua adquiera la gracia de tu Unigénito,
para que el hombre, creado a tu imagen,
limpio de su antiguo pecado
por el sacramento del Bautismo,
renazca a la vida nueva
por el agua y el Espíritu Santo.
El celebrante toca el agua con la mano derecha, luego prosigue:
Te pedimos, Señor,
que el poder del Espíritu Santo
descienda, por tu Hijo, sobre el agua de esta fuente,
para que todos los que en ella reciban el Bautismo,
sepultados con Cristo en su muerte,
resuciten también con él a la vida nueva.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos:
Amén.
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En el Tiempo Pascual y cuando ya se tiene agua bautismal
Se pueden utilizar las siguientes fórmulas, especialmente durante el Tiempo Pascual, cuando se ha bendecido el agua en la Vigilia Pascual, haciendo la bendición e invocación de Dios sobre la misma, a fin de que no falte en el Bautismo la acción de gracias y la súplica. Ténganse en cuenta las variantes del texto al final de las mismas fórmulas.
Celebrante:
Bendito seas Dios Padre todopoderoso, que creaste el agua para purificar y dar la vida.
Todos:
Bendito sea Dios. (T. P. Aleluya.)
(u otra aclamación apropiada del pueblo)
Celebrante:
Bendito seas, Dios Hijo único, Jesucristo,
que hiciste brotar agua y sangre de tu costado, para que de tu muerte y resurrección naciera la Iglesia.
Todos:
Bendito sea Dios. (T. P. Aleluya.)
Celebrante:
Bendito seas, Dios Espíritu Santo, que un giste a Cristo cuando se bautizó en las aguas del Jordán, para que todos fuéramos bauti- zados en ti.
Todos:
Bendito sea Dios. (T. P. Aleluya.)
*Cuando no se tiene agua bautismal
Celebrante:
Atiende a nuestra súplica, Señor, Padre único, y santifica esta agua, para que bautizados los hombres en ella, queden limpios del pecado y renazcan a la vida de hijos adoptivos tuyos.
Todos:
Escúchanos, Señor.
(u otra aclamación apropiada del pueblo)
Celebrante:
Santifica esta agua para que los que en ella sean bautizados en virtud de la muer te y resurrección de Cristo, reproduzcan en sí mismos la imagen de tu Hijo.
Todos:
Escúchanos, Señor.
El celebrante toca el agua con la mano derecha y prosigue.
Celebrante:
Santifica esta agua, para que nazcan de nuevo por el Espíritu Santo aquellos que has elegido para formar parte de tu pueblo santo.
Todos:
Escúchanos, Señor.
*Cuando ya se tiene agua bautismal
Celebrante:
Por el misterio de esta agua bendita, dígnate admitir al nuevo nacimiento espiritual a este niño (N.) a quien has llamado a este baño que se administra en la fe de la Iglesia, para que posea la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Renuncia y profesión de fe
Las renuncias y la profesión de fe de los papás y los padrinos es una actualización de su propio Bautismo y una expresión de la fe de la Iglesia, en la cual son bautizados los niños. Las respuestas son en singular, para demostrar así el compromiso y la repuesta personal,
El celebrante dice a los papás y padrinos:
Queridos papás y padrinos. En el sacramento del Bautismo, el amor de Dios va a infundir, por el agua y el Espíritu Santo, la vida nueva en este niño, que ustedes han presentado a la Iglesia. Procuren educarlo de tal modo en la fe, que esa vida divina se vea preservada del pecado y pueda desarrollarse en él de día en día.
Así pues, movidos por la fe, si están ustedes dispuestos a aceptar esta obligación, recordando el compromiso de su propio Bautismo, renuncien al pecado y proclamen su fe en Jesucristo, que es la fe de la Iglesia, en la cual este niño va a ser bautizado.
Enseguida les pregunta:
Celebrante:
¿Renuncian ustedes a Satanás?
Papás y padrinos:
Sí, renuncio.
Celebrante:
¿Renuncian a todas sus obras?
Papás y padrinos:
Sí, renuncio.
Celebrante:
¿Renuncian a todas sus seducciones?
Papás y padrinos:
Sí, renuncio.
El celebrante solicita luego de los papás y padrinos la triple profesión de fe:
Celebrante:
¿Creen en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
Papás y padrinos:
Sí, creo.
Celebrante:
¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, Señor
nuestro, que nació de María Virgen, padeció, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Papás y padrinos:
Sí, creo.
Celebrante:
¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos, y en la vida eterna?
Papás y padrinos:
Sí, creo.
El celebrante Y la comunidad se suman a esta profesión de fe, diciendo:
Esta es nuestra fe.
Esta es la fe de la Iglesia,
que nos gloriamos de profesar,
en Jesucristo, nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Esta fórmula se puede cambiar por alguna otra, si se juzga oportuno. O se puede entonar un cántico apropiado, mediante el cual toda la comunidad exprese unánimemente su fe.
Un solo Señor,
una sola fe,
un solo Bautismo,
un solo Dios y Padre.
Bautismo
El celebrante invita a la primera de las familias para que se acerque a la fuente bautismal, y una vez que se le ha dicho el nombre del niño, pregunta a los papás y a los padrinos:
Celebrante:
¿Quieren que N. sea bautizado(a) en esta fe de la Iglesia, que todos juntos acabamos de profesar?
Papás y padrinos:
Sí, queremos.
Enseguida el celebrante bautiza a) niño, diciendo:
N., yo te bautizo en el nombre del Padre,
(derrama agua sobre la cabeza del niño o lo sumerge)
y del Hijo,
(por segunda vez derrama agua sobre la cabeza del niño o lo sumerge)
y del Espíritu Santo
(por tercera vez derrama agua sobre la cabeza del niño o lo sumerge)
Después del Bautismo de cada niño, es conveniente que se haga una breve aclamación por parte de la comunidad, por ejemplo:
1 Jn
Dios es Amor, es Amor, Aleluya
Viva el Amor, el Amor, Aleluya.
Si el Bautismo se hace por infusión, es conveniente que el niño sea sostenido por la mamá (o por el papá); sin embargo, donde se crea que es mejor conservar la costumbre vigente hasta hoy, el niño puede ser sostenido por la madrina (o por el padrino). Si el Bautismo se hace por inmersión, el niño es sacado de la fuente bautismal por los mismos papás o por los padrinos.
Unción después del Bautismo
El celebrante dice a continuación:
Dios todopoderoso,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que los ha librado del pecado
y les ha dado la vida nueva
por el agua y el Espíritu Santo,
te unja con el crisma de la salvación,
para que, incorporado a su pueblo,
seas para siempre
miembro de Cristo Sacerdote,
de Cristo Profeta
y de Cristo Rey.
Todos:
Amén.
Enseguida, el sacerdote unge al bautizado con el santo crisma en la coronilla, sin decir nada.
Si están presentes otros ministros, pueden ayudar a ungir, sin decir nada.
Imposición de la vestidura blanca
El celebrante dice:
N., ya has sido transformado en una nueva creatura y te has revestido de Cristo. Que esta vestidura blanca sea para ti el símbolo de su nueva dignidad de cristiano. Con la ayuda de los consejos y ejemplos de sus familiares, consérvenla sin mancha hasta la vida eterna.
Todos:
Amén.
Y se le impone al niño una vestidura blanca. No se admite otro color, a no ser que así lo pida la costumbre local. Es de desear que las mismas familias proporcionen dicha vestidura.
Entrega del cirio encendido
Después el celebrante toma (o toca) el cirio pascual encendido y dice:
Reciban la luz de Cristo.
Una persona de cada familia (por ejemplo, el papá o el padrino) enciende el cirio del niño bautizado en el fuego del cirio pascual.
Después el celebrante dice:
A ustedes, papás y padrinos, se les confía el cuidado de esta luz, a fin de que este niño, que han sido iluminado por Cristo, camine siempre como hijo de la luz y, perseverando en la fe, pueda salir al encuentro del Señor, con todos los santos, cuando venga al final de los tiempos.
Effetá
El celebrante toca con el dedo pulgar los oídos y la boca del niño, diciendo:
El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, te conceda, a su tiempo, escuchar su Palabra y profesar la fe, para alabanza y gloria de Dios Padre.
Todos:
Amén.
Si el Bautismo no se celebró en el presbiterio, se hace una procesión al altar, durante la cual se llevan encendidos los cirios de los bautizados.
Es de desear que en esta procesión se entone un cántico bautismal, por ejemplo:
1 Jn
"Desde siempre te amé"
dice el Señor,
cielo y tierra formé
pensando en ti.
Hijo mío serás,
un corazón tendrás,
para ser tú también el amor (2)
Dios es Amor, es Amor, Aleluya
Viva el Amor, el Amor, Aleluya.
.
.
RITO DE CONCLUSIÓN
Padre nuestro
El celebrante, de pie ante el altar, se dirige a los papás, a los padrinos y a todos los presentes, con estas o parecidas palabras:
Hermanos: Este niño, que ha renacido por el Bautismo, y que ya se llama y es hijos de Dios, recibirá la plenitud del Espíritu Santo por la Confirmación, y, cuando se acerque al altar del Señor, participará de la mesa de su sacrificio, y llamará Padre a Dios, en medio de la asamblea cristiana. Ahora nosotros, en su nombre, con el espíritu de hijos adoptivos de Dios, que todos hemos recibido, oremos juntos como el Señor nos enseñó a orar.
Y todos dicen juntamente con el celebrante:
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Bendición y despedida
Enseguida, el celebrante bendice a la mamá (que sostendrá a su hijo en los brazos), al papá y a todos los presentes, diciendo:
Celebrante:
El Señor esté con ustedes.
Todos:
Y con tu espíritu.
Celebrante:
El Señor Dios ·todopoderoso, que, por su Hijo, nacido de la Virgen María, alegra a las mamás cristianas con la esperanza de la vida eterna, que ha hecho brillar sobre sus hijos, te bendiga a ti, mamá de este niño, que te sientes agradecida por haberlo recibido, para que permanezcas siempre con él en continua acción de gracias, en Jesucristo, nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Celebrante:
El Señor todopoderoso, que nos ha dado la vida terrena y la celestial, te bendiga a ti, papá de este niño, para que juntamente con tu esposa seas el primero que, de palabra y de obra, des testimonio de la fe ante su hijo, en Jesucristo, nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Celebrante:
El Señor todopoderoso, que nos ha hecho renacer a la vida eterna, por el agua y el Espíritu Santo, bendiga abundantemente a todos ustedes, los aquí presentes, para que siempre y en todas partes sean miembros vivos de su pueblo, y les dé su paz, en Jesucristo, nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Celebrante:
La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
Todos:
Amén.
Celebrante:
Pueden ir en paz.
Todos:
Amén.
Después de la bendición, si se juzga oportuno, pueden todos entonar un cántico apropiado, que exprese el gozo pascual y la acción de gracias o el Magníficat.
Magníficat.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo;
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abraham
y su descendencia por siempre.
En donde se acostumbra, si es oportuno, manténgase la tradición de presentar a los niños bautizados ante una imagen de la santísima Virgen María.