Misa
en la solemnidad de
Nuestra Señora de Guadalupe
12 de diciembre
RITOS INICIALES
Canto de entrada
Mientras se ingresa a la celebración eucarística, el coro y el pueblo entona el canto.
Desde el cielo una hermosa mañana (2)
La Guadalupana, la Guadalupana,
la Guadalupana bajó al Tepeyac (2)
Su llegada llenó de alegría (2)
De luz y armonía,
de luz y armonía todo el Anahuac (2)
Por el monte pasaba Juan Diego (2)
Y acercose luego, y acercose luego,
y acercose luego al oír cantar (2)
Juan Dieguito, la Virgen le dijo (2)
Este cerro elijo, este cerro elijo,
este cerro elijo para hacer mi altar (2)
Suplicante juntaba sus manos (2)
Y eran mexicanos, y eran mexicanos,
y eran mexicanos su porte y su faz (2)
En la Tilma entre rosas pintadas (2)
Su imagen amada, su imagen amada,
su imagen amada se dignó a dejar (2)
Desde entonces para el mexicano (2)
Ser Guadalupano, ser Guadalupano,
ser Guadalupano es algo esencial (2)
Saludo
Sacerdote:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R. Amén.
Sacerdote:
El Señor, el verdadero Dios por quien se vive, esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
Acto penitencial
Sacerdote:
Jesucristo, el Hijo de María Virgen, intercede por nosotros y nos reconcilia con el Padre. Abramos, pues, nuestro espíritu al arrepentimiento, para acercarnos a la mesa del Señor.
Se hace una breve pausa en silencio.
Después, hacen todos en común la confesión de sus pecados:
Tú que has venido a buscar al que estaba perdido:
Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Tú que has querido dar la vida en rescate por todos:
Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
Tú que reúnes a tus hijos dispersos: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Sacerdote:
Dios, todopoderoso, tenga misericordia de nosotros perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Gloria
Si se celebra el 12 de diciembre, sino se omite.
El coro y la Asamblea cantan el Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo;
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Oración colecta
Sacerdote:
Dios, Padre de misericordia, que has puesto a este pueblo tuyo bajo la especial protección de la siempre Virgen María de Guadalupe, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe y buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores.
Lector: Del libro del Eclesiástico: 24, 23-31
Yo soy como una vid de fragantes hojas y mis flores son producto de gloria y de riqueza. Yo soy la madre del amor, del temor, del conocimiento y de la santa esperanza. En mí está toda la gracia del camino y de la verdad, toda esperanza de vida y de virtud. Vengan a mí, ustedes, los que me aman y aliméntense de mis frutos. Porque mis palabras son más dulces que la miel y mi heredad, mejor que los panales. Los que me coman seguirán teniendo hambre de mí, los que me beban seguirán teniendo sed de mí; los que me escuchan no tendrán de qué avergonzarse y los que se dejan guiar por mí no pecarán. Los que me honran tendrán una vida eterna.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial
Del salmo 66
Salmista:
R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que el rinda honor el mundo entero. R.
Segunda lectura (Si se celebra el 12 de diciembre, sino se omite)
Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer.
Lector: De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas 4, 4-7
Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos.
Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: “¡Abbá!”, es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
R. Aleluya, aleluya.
Mi alma glorifica al Señor
y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador.
R. Aleluya.
Evangelio
Mi alma glorifica al Señor
y mi espíritu se llena de júbilo en Dios mi salvador
Sacerdote o Diácono:
El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu
+ Del Santo Evangelio según san Lucas 1, 39-48
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.
Entonces, Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".
Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava".
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Homilía
Credo
Si se celebra el 12 de diciembre, sino se omite.
Plegaria Universal
Sacerdote:
Oremos a Dios Padre todopoderoso, para que por la intercesión de la Madre de su Hijo, santa María de Guadalupe, proteja y encamine siempre el progreso de nuestro pueblo.
Diácono o Lector:
Digamos a cada intención:
R. Santa María de Guadalupe, Madre de Jesús,
intercede por nosotros.
Diácono o Lector:
Para que le concedas vida y salud al Papa Francisco y le permitas ver una Iglesia que vuelve a ser una ante los ojos del mundo. Oremos:
Diácono o Lector:
Para que nuestros obispos, sacerdotes y diáconos jamás se cansen de inculcar entre nosotros las virtudes de María Santísima. Oremos:
Diácono o Lector:
Para que toda mujer, sin importar su raza, cultura o religión viva con alegría la misión que Dios le confía. Oremos:
Diácono o Lector:
Para que todos los que sufren a causa de la soledad, la enfermedad o la pobreza, encuentren en nosotros la visita y auxilio oportuno. Oremos:
Sacerdote:
Padre, en tus manos divinas, ponemos
los gozos y las esperanzas; las alegrías y las angustias
de nuestra gran y noble Nación;
ven y transfórmanos en imágenes fieles de tu Hijo Jesucristo,
que vive y reina contigo, en unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
Asamblea:
R. Amén.
LITURGIA EUCARISTICA
Algunos fieles presentan al Sacerdote los dones para el sacrificio mientras se entona un canto.
Sacerdote:
Oren, hermanos, para que, llevando al altar los gozos y las fatigas de cada día, nos dispongamos a ofrecer el sacrificio agradable a Dios, Padre todopoderoso.
Asamblea:
R. El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
Oración sobre las ofrendas
Sacerdote:
Acepta, Señor, los dones que te presentamos
en esta solemnidad de nuestra Señora de Guadalupe,
y haz que este sacrificio nos dé fuerza para cumplir tus mandamientos,
como verdaderos hijos de la Virgen María.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Prefacio
V. El Señor esté con ustedes. R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario.
En verdad En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Porque en tu inmensa bondad has querido que su Madre,
bajo el título de Guadalupe,
fuera especial madre nuestra, refugio y Señora,
presencia viva en la historia de este pueblo tuyo.
Ella, mensajera de tu verdad y signo materno de tu amor,
nos brindó compasión, auxilio y defensa,
y hoy nos invita a reconciliarnos contigo y entre nosotros,
y a proclamar el Evangelio de tu Hijo,
para hacer que florezcan en nuestras tierras
la fraternidad y la paz.
Por eso, con todos los ángeles y los santos,
te alabamos, proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
Plegaria eucarística III
Sacerdote:
CP Santo eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus creaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
CC Por eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo Espíritu
estos dones que hemos separado para ti,
de manera que se conviertan
en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
que nos mandó celebrar estos misterios.
Porque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
tomó pan, y dando gracias te bendijo,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión. Después prosigue:
Del mismo modo,
acabada la cena, tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR USTEDES Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Sacerdote:
CP Éste es el misterio de nuestra fe.
Asamblea:
R. Anunciamos tu muerte, proclamarnos tu resurrección.
!Ven, Señor Jesús!
Sacerdote:
CC Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la pasión salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias,
el sacrificio vivo y santo.
Concelebrante:
C1 Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ella la Víctima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos
con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
y llenos de su Espíritu Santo,
formemos en Cristo
un solo cuerpo y un solo espíritu.
C2 Que él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
su esposo san José,
los apóstoles y los mártires,
y todos los santos, por cuya intercesión
confiamos obtener siempre tu ayuda.
C3 Te pedimos, Padre,
que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en tierra:
a tu servidor, el Papa Francisco,
a nuestro obispo Rogelio,
al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo redimido por ti.
C4 Atiende los deseos y súplicas de esta familia
que has congregado en tu presencia.
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso,
a todos tus hijos dispersos por el mundo.
a nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria;
Por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Por Cristo, con él y en él
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
R. Amén.
RITO DE LA COMUNIÓN
Padre nuestro
Sacerdote:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:
Asamblea:
Padre nuestro…
Embolismo
Sacerdote:
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
Asamblea:
R. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Rito de la paz
Sacerdote:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz les dejo, mi paz les doy”, no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Asamblea:
R. Amén.
Sacerdote:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
Asamblea:
R. Y con tu espíritu.
Diácono:
Como hijos de Dios, intercambien ahora un signo de comunión fraterna.
Fracción del pan y conmixtion
El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.
Cordero de Dios
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.
Sacerdote:
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Asamblea:
R. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.
La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.
Canto de comunión y Canto de alabanza
Oración después de la comunión
Sacerdote:
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
que acabamos de recibir en este sacramento,
nos ayuden, Señor,
por intercesión de santa María de Guadalupe,
a reconocernos y amarnos todos como verdaderos hermanos.
R. Amén.
RITO CONCLUSIVO
Bendición final
Sacerdote:
El Señor esté con ustedes.
Asamblea:
R. y con tu espíritu.
Sacerdote:
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre ustedes
y permanezca para siempre.
Asamblea:
R. Amén.
Diácono:
Glorifiquen al Señor con su vida.
Asamblea:
R. Demos gracias a Dios.