Experiencias
CURSO 2021-2022
CURSO 2021-2022
Mi experiencia en Francia ha sido genial. Primero. Antes de ir allí, había algunas personas nerviosas sobre cómo me las iba a arreglar allí. Por mi parte, estaba feliz, ya que esto suponía un nuevo reto personal, y podría decir familiar. Dejaba a mis padres y hermano solos durante 3 semanas, cosa que nunca había hecho antes, y por eso estuve bastante triste, pero los nervios por cómo me iba a recibir la familia eran mayores.
Sin embargo, la recepción fue cálida aunque había algo de timidez por ambas partes y, al menos yo, tenía algo de vergüenza. No obstante, eso pronto se superó, y realmente he llegado a apreciar el tiempo con Manon, sus padres y hermanos. La familia tiene 5 miembros, los padres Tirri y Chantal, Manon, y sus 2 hermanos Chloé y Nathan.
Pasé el resto del fin de semana con ellos, y el lunes tuve que irme al internado. Los nervios volvieron a mí con más intensidad, porque el internado y sus rígidas normas era lo que más me asustaba de ir allí. Sin embargo, no era tan estricto como lo imaginaba y me sentí realmente a gusto.
Una cosa muy buena fue que conmigo había otra chica de Almería, también en mi misma clase, y pasé un genial tiempo con ella, aunque mayormente pasaba mis ratos libres con Manon y sus amigas. El bachillerato que Manon cursaba era de hostelería y restauración, y en Francia el horario de clases era de 8:30 a 5:30 y teníamos que trasladarnos mucho de aula: de un edificio en donde se daba la materia de, por ejemplo, cocina, a otro edificio, a una cuarta planta, donde estaba el aula de matemáticas. La clase en la que más participé fue en la de inglés, aunque me animé también a participar en cocina, preguntando dudas, en matemáticas resolviendo ecuaciones, y hasta leí un párrafo en una asignatura sobre teoría de cómo llevar un restaurante.
Tengo que aclarar que el jueves de la primera semana que fui al internado era festivo allí, y Chantal aprovechó para contratar una actividad con perros. Estuve acariciándoles un rato, les puse de beber y les coloqué un arnés, y luego los cuidadores los colocaron a un trineo y empezaron a correr, bastante rápido. Sabían que pueden llegar a correr 30km/h en tierra seca y 35km/h por la nieve? ¡Estuvo genial la experiencia!
Sin embargo, Manon se torció un tobillo y no fuimos a clase el viernes y el lunes. Ese lunes fuimos en coche al internado, con bastante atasco la verdad.
El fin de semana estuvimos en casa, de reposo, salvo el sábado, que estuvimos en un tour en bicicleta, en el que el guía era español y me fue explicando “le vieux Lyon”, el casco antiguo de la ciudad. Me mostró una catedral y sus grabados y me los hizo tocar, la especialidad de ahí (la seda) y los guiñoles y fuimos a una boutique en la que me hicieron probar dulces típicos de Lyon.
El viernes siguiente, después de las clases, me recogió la madre de Manon, y fuimos a la casa. El sábado fui a visitar una tienda de producción de chocolate, y compré unos cuantos detalles para algunas personas, mayormente familiares, y fabriqué 2, 1 para mí y otra para mis padres de chocolate, pistachos, cacahuetes y bolitas de chocolate blanco. Fue genial oler el chocolate en fabricación, y saber más o menos su elaboración.
Al igual que en mi primera semana, tuve algo de resfriado en la tercera semana de estancia allí, junto con dolor de cabeza, pero todo se pasó tranquilo. Estaba triste porque realmente había trabado amistad con las amigas de Manon, pero por otro lado feliz por volver a ver a mis padres.
Fue una genial experiencia que pienso repetir en cuanto tenga la oportunidad. La familia de Manon y sus amigas fueron comprensivos con el hecho de que tenía discapacidad visual, de hecho algunas de sus amigas se interesaron por el tema, y con respecto a eso no tuve problemas. Al contrario, me dio ánimo para seguir haciendo actividades como esta fuera del confort familiar y fuera de mi país, e incrementó mi fascinación por los idiomas. Estoy muy feliz porque el IES Santos Isasa me haya dado tal magnífica oportunidad. Y sin duda, sin ninguna vacilación, aceptaría ir a otro intercambio como este.
Para empezar, me gustaría contar las razones por las que decidí participar. Personalmente y a pesar de no ser una persona demasiado aventurera, me encanta vivir experiencias nuevas y todo lo que esté relacionado con viajar. Además, me gustan los idiomas y me gustaría mejorar mi francés. El año pasado ya había tenido una experiencia similar con un intercambio a Villefranche-sur-Saône y todo fue genial. Pero si es cierto que había algunas diferencias, ya que esta vez mi estancia duraría 20 días.
Me apunté en abril aproximadamente y en septiembre comenzó la primera parte del viaje. Mi compañera: Emeline, llegó a España a finales de ese mes. Durante su tiempo aquí todo fue bien y no hubo ningún tipo de problema, ya que nos llevamos muy bien. Mi familia y yo hicimos lo posible para que ella estuviese como en casa, y ella se adaptó muy fácilmente y sin dificultades.
Hace ya un poquito más de un mes, mis compañeros y yo, íbamos a continuar con el intercambio. No me podía creer que iba a estar tantos días sin ver a mi familia y amigos, además, tenía un poco de miedo por todo lo que iba a vivir fuera. Por suerte todo fue de maravilla y mis miedos se fueron tan solo unos días después de llegar.
Una de las cosas que más temía era el sentirme sola allí porque me había tocado en una clase donde no conocía a nadie y tampoco estaba mi correspondiente en ella.
Con respecto a la familia, todo genial y en el instituto también, mucho mejor de lo que esperaba. El primer día Emeline me presentó a algunas personas de la que sería mi clase durante 3 semanas y tuve mucha suerte, ya que se han portado muy bien conmigo durante mi estancia allí. También he pasado tiempo con las demás personas de España, no solamente de mi instituto, sino que he conocido a otra gente que ha participado en el intercambio de otros lugares de Andalucía.
Otro de los inconvenientes que he encontrado ha sido intentar seguir las clases de mi instituto de aquí. Me ha resultado complicado, pero mis compañeros de clase y algunos profesores han hecho que fuese un poquito más fácil.
También ha sido duro no ver a mi familia y amigos, los he echado de menos y tenía muchas ganas de estar con ellos. No obstante tengo que reconocer que el viaje se me ha pasado muy rápido y los 20 días se pasaron volando.
Sinceramente, me alegro mucho de haber participado en el intercambio, y sobre todo de haber congeniado tan bien con mi compañera francesa. Ella y su familia me han tratado genial y han hecho que todo allí fuese estupendo y que fuese fácil para mí. Desde llevarme a sitios para visitar, hasta hacerme una pequeña fiesta por mi cumpleaños. Recomiendo el intercambio a toda persona que quiera vivir nuevas experiencias de este tipo, ya que a pesar de las adversidades que puedas encontrar al principio, las ventajas del intercambio son mucho mayores que los inconvenientes.
Para mí este intercambio ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida, y no exagero. No podéis imaginaros lo bonito que ha sido en todos los aspectos.
Tener una correspondiente que se ha convertido en una de mis mejores amigas es de ser afortunados. Por no hablar de su familia que me acogieron con muchísimo amor en su casa.
Y no todo has sido todo eso, sino que en el instituto he hecho muchísimos amigos, y todavía sigo en contacto con ellos. Los echo tanto de menos que los he invitado a mi casa en verano y ojalá vengan porque me haría muchísima ilusión.
Y como no la finalidad de este intercambio era mejorar mi francés y desde luego que he sobrepasado mis expectativas. He vuelto de Francia con un nivel en el idioma que en mi vida pensaba que tendría y ya no solo eso sino que me he enamorado de la lengua y pienso seguir mejorándolo aquí en España.
Los recuerdos que me traigo de allí son tantos que no podría contarlos, han sido las tres mejores semanas de mi vida.
Y no puedo quedarme sin hablar del mejor regalo con el que me he venido de allí y es, una bandera de Francia firmada por todos mis amigos y mi familia de acogida, tiene un valor tan sentimental para mí que está incluso colgada en mi habitación de manera que me acuerdo de ellos cada día.
Estaré toda mi vida en deuda con aquellos que me ofrecieron la oportunidad de asistir al intercambio, merci.
Todo comenzó el día 18 de Septiembre cuando nuestros correspondants franceses llegaron a España en el aeropuerto de Málaga, el mío se llamaba Yanis.
Durante su estancia aquí hicimos un grupo de todos los que participamos en el intercambio e intentamos quedar casi todos los días para realizar diversas actividades y que así su estancia aquí fuera más amena, ya que tres semanas pueden hacerse muy largas si no lo pasas bien.
Fuimos al campo con ellos para estar en la piscina, puesto que en ese tiempo todavía hacía mucha calor, salíamos con ellos los fines de semana, fuimos a Córdoba...
Poco a poco nuestra comunicación se fue haciendo más sencilla (entre español y francés nos las íbamos arreglando) y cuando todo terminó tres semanas después nos sentimos tristes, ya que habíamos consolidado una buena amistad.
El día 6 de noviembre llegó nuestro turno de viajar hacia Francia, no era nuestra primera vez, ya que todos los que participamos habíamos viajado antes fuera del país (en especial a Francia dos años antes porque participamos en otro intercambio). Yo sinceramente estaba un poco nervioso porque iba a un internado y no sabía cómo iban a ser las cosas allí, al principio se me hizo un poco extraño el estar todo el día sin salir, terminar las clases por la tarde, o el simple hecho de los distintos horarios de comer. Sin embargo, poco a poco me fui acostumbrando, además visité lugares muy bonitos y viví momentos muy divertidos, también he aprendido mucho a cerca del idioma, la cultura, las personas que viven allí, etc. Gracias a todo esto puedo decir que terminó siendo una experiencia que recomiendo a todo el que tenga la oportunidad de hacerla. En conclusión, repetiría sin duda.
Por si no lo sabías, el proyecto Picasso Mob consiste en un intercambio con diferentes institutos franceses durante 3 semanas. Afortunadamente, pude participar, y ahora, voy a contar mi experiencia.
Al principio no tenía ganas de ir, estaba muy asustada por como sería la vuelta al instituto, porque ya sabéis que bachillerato se complica mucho. Aun así fui, y es algo de lo que nunca me arrepentiré.
Durante las 3 semanas, hacíamos vida como si fuéramos franceses. Teníamos sus horarios, comíamos lo mismo, convivíamos con ellos, … Iré parte por parte:
No sabía cómo sería mi familia de acogida. Es verdad que ya había conocido a mi correspondiente, Lola, pero no me hacía a la idea de como serían sus padres y su hermano. Una vez estuve con ellos, ¡me di cuenta de que no había podido tener más suerte! Se portaron muy bien conmigo, siempre estábamos hablando y me llevaron a ver muchos sitios. Incluso visité otro país, Suiza.
El instituto estaba muy guay, era cuatro veces más grande que el nuestro. Nuestros compañeros de clase eran muy amables y gracias a ello, pudimos hablar mucho. Ahora que estamos en España, se ha notado el gran cambio a la hora de pronunciar y entender. Además, conforme iban pasando los días de clase, podíamos comprender casi todo lo que decían los profesores.
Algo que no me gustó mucho fue la comida, sin embargo, eso no es algo raro para mí. Cuando vas a otro país tienes que concienciarte de que todo es muy diferente a tus costumbres, entonces, un consejo que os doy es que vayáis con la mente abierta y que nunca digas ´no´ a algo que os ofrezcan.
La temperatura es muy baja, hace mucho frío siempre, pero gracias a ello pude ver la nieve por primera vez. Allí todos están habituados a eso, ósea que con suerte, podríais ir a esquiar.
No va a ser fácil mantener el ritmo de tus clases españolas mientras estás allí, no obstante todo es cuestión de ganas. Si eres constante, vas a conseguirlo. Este viaje tiene muchas ventajas, así que si tienes la oportunidad de hacerlo, ¡no la pierdas!