En esta Situación de Aprendizaje he descubierto que la pregunta por la realidad no es algo abstracto y lejano; desde hace mucho tiempo, generación tras generación, hay quienes se hacen la misma cuestión: ¿qué es la realidad?, pero hasta hoy en día, de momento, nadie ha obtenido la certeza sobre esta pregunta.
Con Parménides he entendido la idea de un ser único, inmóvil y eterno: lo verdaderamente real no cambia, y el cambio pertenece a la apariencia.
Con Heráclito he trabajado el concepto de devenir: la realidad es flujo, conflicto, tensión de contrarios. Su frase famosa es “todo fluye”. El cambio formará parte de la realidad, pero tendrá que tener un orden.
Con Platón he comprendido la separación entre mundo sensible y mundo inteligible, y la idea de que lo sensible es solo una copia de las Ideas. Para él tendrá lugar un mundo que es el real (el mundo de las ideas) y el mundo en el que vivimos, que es el mundo de las apariencias.
Con Aristóteles he visto un intento de integración: la realidad se entiende a partir de la sustancia, la esencia y la distinción entre acto y potencia, que permite explicar el cambio sin renunciar a la permanencia. Y que la idea, al contrario que Platón, es la esencia que permanece en las cosas por sí sola y no divide el mundo en dos.
Pero para mí no es tan importante saber qué dicen cada uno, ya que en realidad ninguno tiene una respuesta definitiva y que se haya demostrado, pero es interesante, ya que a pesar de eso, la pregunta sigue vigente y sigue dando dolores de cabeza.
En cuanto a destrezas, siento una mejora clara en:
Lectura filosófica estratégica: Ya no leo como si fuera un texto desorbitante; busco las ideas principales para entenderlo mejor.
Comparación estructurada de teorías: Puedo poner en diálogo a Parménides y Heráclito, o a Platón y Descartes, identificando qué entienden por “realidad” y cómo justifican su postura.
Uso progresivo de léxico filosófico: ahora soy capaz de hablar de apariencia, esencia, sustancia, sujeto, duda, aunque todavía tenga que mejorar.
Autoevaluación del propio aprendizaje: Empiezo a ver qué sé hacer “mejor que antes”: resumir sin perder el núcleo, detectar conceptos clave y justificar por qué una idea me convence o no. Y veo mejoras en mis notas y en mis sensaciones.
Aunque todo esto pueda ser falso, pueda ser irreal, de momento me quedo con lo vivido y con ganas de encontrar más mejoras en mi trabajo.