A pesar de que hay momentos en los que preguntarme sobre aspectos como la realidad no es de mi agrado, ni tampoco de mi interés, ya que siento que es un tema muy repetitivo y hay otros aspectos que sí me remueven más, hay algo que más ha despertado mi interés: comprobar que no existe una única forma obvia de entender la realidad. Es decir, desde tiempos inmemoriales hay una cierta cuestión que la gente se pregunta y que cada uno tiene una manera de responder y de percibirla y nunca será la misma en todos los años hasta ahora. En general, ninguno está mal: eso me gusta de la filosofía, tan solo son opiniones y cada cual decide cuál le convence más o también tiene la posibilidad de buscar una por su cuenta.
También me ha impactado la desconfianza hacia los sentidos en Platón y Descartes. Es decir, me da la sensación de que ahora que vivimos rodeados de pantallas, filtros y algoritmos que seleccionan lo que vemos, son más notables las dudas hacia la realidad y los sentidos, pero es como si se hubieran adelantado en el tiempo porque lo que en su momento plantearon ahora cobra mucho más sentido y se vive más de cerca. Sus teorías parecen advertencias para el mundo que nos envuelve hoy.
A partir de esta S.A se me han abierto varios interrogantes:
¿Es posible acceder a una realidad “en sí misma” o siempre la veremos condicionada por nuestra mente o el contexto social?
Si en tantos años, no ha habido nadie capaz de conocer la verdad, y puede que todo no sea más que una ilusión, entonces ¿qué significa conocer, o obtener conocimientos? ¿Puede que no sean reales?
En una sociedad totalmente conectada a las redes y al mundo digital, ¿qué cuenta como más real: lo que ocurre físicamente o lo que se vive y sufre en el espacio digital?
¿Hasta qué punto las teorías filosóficas sobre la realidad pueden ayudarnos a no ser tan vulnerables a la manipulación informativa y emocional? ¿O no sirve de nada, siendo una preocupación de la cual no se obtendrá una respuesta?