Al mismo tiempo, esta S.A. ha dejado muy claras mis zonas mas debiles:
Todavía me cuesta dominar con seguridad el vocabulario filosófico. Identifico los términos cuando el profesor los explica, pero no siempre me atrevo a usarlos de forma autónoma por miedo a usarlos mal.
Los textos filosóficos densos se me resisten: si no voy paso a paso, la argumentación se me deshace y acabo quedándome solo con frases o ideas sueltas.
En mis escritos noto problemas en cuanto al uso de conectores textuales y hacer una gran revisión de las faltas ortográficas.
Me cuesta la escritura bajo presión. es algo que tengo que controlar para conseguir hacer redacciones claras y correctas, ya que en mi mente todo se estructura muy claro, pero cuando tengo que plasmar la información sobre el papel me cuesta.
Estas dificultades no son casuales: tienen que ver con la tendencia a escribir “del tirón” sin revisar y con cierta inseguridad en mí misma y hacerme de menos; tiendo a la comparación con el resto y me hago pequeña y eso causa una debilidad a la hora de la expresión.
Para esto hay ciertas cosas que debo tener en cuenta a la hora de querer mejorar.
Revisión de mis textos: antes de entregar, revisar:
Corrección (tildes, concordancia, puntuación).
Cohesión (conectores, orden de ideas).
Autoevaluación después de cada actividad: dos preguntas clave:
¿Qué he hecho mejor que en la actividad anterior?
¿Qué error estoy repitiendo y qué voy a hacer distinto la próxima vez?
Y es importante también para mí corregir mis errores, pero sabiendo que los errores no son algo malo, y que tenerlos no me hace menos valiosa que el resto y que las notas no representan la persona que soy.