Para evaluar la calidad del aire en una gran ciudad como Sevilla, es fundamental medir una combinación de parámetros que proporcionen una visión completa del estado ambiental. Aquí tienes los más indicados:
Material Particulado (PM10 y PM2.5):
Indican la cantidad de partículas en suspensión en el aire con un diámetro inferior a 10 micrómetros (PM10) y 2.5 micrómetros (PM2.5).
Importante para identificar contaminantes generados por el tráfico, la industria y el polvo.
Dióxido de Carbono (CO₂):
Indicador de actividades humanas, como tráfico y respiración. Niveles altos pueden afectar la salud y el confort.
Monóxido de Carbono (CO):
Producido por la combustión incompleta en vehículos y calefacciones. Es peligroso incluso en bajas concentraciones.
Dióxido de Nitrógeno (NO₂):
Relacionado con el tráfico rodado y las emisiones industriales. Niveles elevados pueden causar problemas respiratorios.
Ozono Troposférico (O₃):
Formado por reacciones fotoquímicas entre NO₂ y compuestos orgánicos volátiles (COVs) bajo la luz solar. Es un contaminante secundario que afecta la salud respiratoria.
Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs):
Producidos por emisiones de vehículos, fábricas y disolventes. Algunos, como el benceno, son altamente tóxicos.
Dióxido de Azufre (SO₂):
Generado por la combustión de combustibles fósiles. Puede provocar lluvia ácida y problemas respiratorios.
Humedad Relativa:
Influye en la dispersión de contaminantes y en la formación de partículas secundarias.
Temperatura:
Afecta las reacciones químicas que producen contaminantes secundarios, como el ozono troposférico.
Presión Atmosférica:
Útil para correlacionar condiciones meteorológicas con los niveles de contaminación.
Velocidad y Dirección del Viento:
Permiten identificar fuentes de contaminación y patrones de dispersión.
Radiación Solar:
Importante para estudiar la formación de ozono troposférico.