La adaptación a la vida familiar ha sido uno de los pilares de esta experiencia. Los estudiantes han sido acogidos por familias locales que les han brindado un hogar cálido y la oportunidad de participar en las tradiciones y costumbres irlandesas, desde la típica cena en familia hasta actividades al aire libre, tan valoradas en la cultura de la isla. Este intercambio diario ha permitido que nuestros alumnos no solo mejoren su nivel de inglés de forma natural y fluida, sino que también adquieran una comprensión más profunda de la vida y la cultura irlandesa.

En el ámbito académico, los estudiantes se han sumado al ritmo escolar de Thurles, adaptándose a un sistema educativo diferente, lo que ha supuesto un reto que han superado con gran éxito. Han tenido la oportunidad de compartir aulas con compañeros irlandeses, asistir a clases de diversas materias, y participar en actividades extracurriculares que han fomentado el trabajo en equipo y la colaboración internacional. Esta inmersión en un entorno educativo distinto no solo ha ampliado sus horizontes académicos, sino que también ha desarrollado habilidades como la autonomía, la flexibilidad y la capacidad de resolución de problemas.

Sin duda, esta movilidad está marcando un antes y un después en la vida de estos cuatro estudiantes. La combinación de vivir en un nuevo país, adaptarse a una cultura diferente y aprender en un entorno distinto les está proporcionando una experiencia inolvidable que los enriquecerá para siempre, tanto a nivel académico como personal. ¡Un verdadero ejemplo del impacto positivo que Erasmus+ puede tener en la formación de nuestros jóvenes!