El deporte y el Voleibol en el Colegio 

El deporte muchas veces nos entrega una infinidad de herramientas, tanto físicas como mentales o emocionales. Las personas a diario conversan y comparten sobre estos beneficios, pero aun así, existen muchas que todavía no logran experimentar la sensación que implica practicar esta actividad tan enriquecedora. 

Para mí, todo partió aproximadamente en 5to básico, cuando finalmente tenía la edad para inscribirme en la academia de Voleibol del Colegio Epullay. Comenzamos a entrenar junto a 10 o 12 personas más, de diferentes edades, géneros y habilidades, todos juntos para concretar un mismo objetivo, jugar un partido real. Y así fue, tuvimos la oportunidad de participar en una competencia junto a otros colegios Montessori, con equipos mixtos y camisetas recién compradas. A pesar de nuestros exhaustivos entrenamientos, logramos ganar tan solo un partido, lo que se convertiría en una gran motivación para seguir entrenando y perfeccionándonos en este maravilloso deporte. 

Así continuaron los años, hicimos muchos amigos y amigas, viajamos a diferentes lugares para jugar y competir contra otros equipos, ganamos muchas veces, así como también perdimos muchas otras. Lo importante siempre fue jugar, divertirse y seguir creciendo. 

En 2010, participé en un proceso de selección para entrenar por la Pre Selección Chilena de Voleibol Masculino M16, al que mis entrenadores del colegio me llevaron, Hernán e Isabel. Quedé dentro de los 20 mejores y ahí entrené por aproximadamente 3 años, hasta que lo dejé porque me encontré con una nueva pasión, el Rugby. En la selección, conocí y jugué con gente de otras regiones, de clubes importantes y participamos en torneos con equipos extranjeros, representando a nuestro país, en Voleibol. Fueron años muy importantes en mi vida, desarrollé casi al máximo mi capacidad y habilidad, y consolidé lo que hoy en día es mi amor por el deporte y mi visión general de la vida. 

En nuestro equipo del Colegio hubo muchos buenos momentos, risas, medallas, asados, etc, pero los más importantes para mi fueron los malos, los llantos, las derrotas, las peleas, esos fueron los que me hicieron crecer como persona, los que forjaron quién soy hoy en día, y en cada uno de esos momentos, en cada entrenamiento, en cada partido, siempre estuvo nuestro entrenador con nosotros, Hernán Leyton. Recuerdo que a veces había entrenamiento los sábados en la mañana, y más de una vez fuimos solo los dos, practicando una hora saques contra la pared, dedos contra el techo, etc, pero siempre estuvo ahí cuando lo necesitamos. 

Pese a que hoy en día mi relación con este deporte está un poco más alejada, a veces nos seguimos juntando con algunos compañeros y compañeras a jugar, son buenos los recuerdos y sobretodo las amistades y el pasarlo bien. A medida que avanza el tiempo uno se da cuenta de lo que dejó atrás, de las decisiones que tomó, de las personas que acompañaron, y eso es una parte clave para darse cuenta como llegué al punto actual de mi vida. 

A fin de cuentas, este deporte me enseñó a hacer amigos y amigas y a trabajar en equipo con mis compañeros, compañeras, entrenadores y entrenadoras; me enseñó que en la vida a veces se pierde y a veces se gana, y uno tiene que estar dispuesto a enfrentar ambos escenarios; me enseñó que hay que tener disciplina para ser constante y que a veces hay que sacrificar cosas personales por los compromisos grupales que se toman; me enseñó a concentrarme cuando era necesario y a tener claras mis prioridades y mis metas; y también me enseñó a tomar decisiones, cortas, largas, simples y difíciles. 

Agradezco a quienes me apoyaron en cada momento de esta etapa de mi vida, familia, amigos, amigas, profesores y profesoras. En parte gracias al Voleibol, por ser hoy como soy. Gracias totales. 

Daniel Becerra Encalada 

Jugador de Voleibol del equipo Colegio Epullay Montessori 2007 – 2014 

Jugador de la Pre Selección Chilena de Voleibol Masculina 2010 – 2012