La finalidad que nos habíamos propuesto con este proyecto, era la transmisión en ambas direcciones (de alumnado del CEPA a mayores de San Andrés y viceversa) de conocimientos, experiencias, inquietudes, preocupaciones y esperanzas. Pretendíamos también generar un espacio de apoyo mutuo en el que promover la comunicación, la alegría, el optimismo y el bienestar emocional.
Medir esta finalidad de forma cuantitativa es imposible, pero si subdividimos este fin en objetivos más concretos, llegamos a las siguientes conclusiones:
Respecto al alumnado:
El alumnado participante ha adquirido competencias sobre las relaciones intergeneracionales, ha mejorado en el trato y el respeto hacia las personas mayores ajenas a su entorno familiar.
Han aprendido a buscar y seleccionar actividades grupales relacionadas con el conocimiento interpersonal adaptándolas a las características de los participantes. (utilizando medios tecnológicos)
Le han perdido el miedo (al menos en parte) a hablar en público, ya que han tenido que exponer y dirigir algunas de las actividades que se han llevado a cabo con los y las mayores.
Han aprendido a utilizar grabadora de audio, a descargar vídeos y utilizar el editor de vídeo Openshot de manera básica. También han aprendido a utilizar algunas de las utilidades de Audacity.
Han practicado la escucha activa , desarrollado la paciencia y el respeto en la comunicación con las demás personas.
Han practicado la transmisión de esperanza a las personas mayores, o, al menos lo han intentado.
Han mejorado su inteligencia emocional y sus habilidades comunicativas
Respecto a las personas mayores:
Han tenido la oportunidad de participar en una actividad completamente diferente a las que suelen llevar a cabo en su centro.
Se han sentido acompañadas por nuestro alumnado durante el desarrollo de las sesiones, pudiendo salir por un momento de su rutina y soledad.
Han aprendido un poco más sobre las emociones y cómo gestionarlas.
Han sentido el cariño del alumnado y las profesoras participantes
Respecto al profesorado participante:
Ha supuesto un reto encontrar actividades y dinámicas de grupo adaptadas a perfiles tan variados y edades tan dispares.
Hemos colaborado a que nuestro alumnado supere el reto de enfrentarse a un grupo y hablar en público.
Hemos agradecido el entusiasmo de mayores y no tan mayores.
Hemos tenido dos obstáculos importantes:
Por un lado la incidencia del covid, que aumentó después de las navidades, lo cual nos obligó a paralizar las actividades hasta marzo.
Por otro, la asistencia de las personas mayores ha sido muy irregular, y hemos tenido pocos participantes, por lo que no hemos podido profundizar en los contenidos como nos hubiera gustado.
Llevamos a cabo la siguiente reorganización: El primer trimestre planificamos las sesiones quincenalmente, para poder prepararlas una semana en la clase, y la siguiente semana ponerla en práctica en el Centro de Mayores, pero nos dimos cuenta de que el hecho de ser tan espaciadas, dificultaba la asistencia de los y las mayores, por eso, después de marzo las llevamos a cabo semanalmente. Los meses de enero y febrero, los utilizamos para preparar varias sesiones seguidas.
Consideramos que es una experiencia muy positiva para todas las personas participantes, que aporta a nuestro alumnado numerosas competencias como la comunicativa, digital, emprendedora, cívica y social.
Aunque supone un esfuerzo extra de trabajo para el profesorado, una vez que se han estrechado los lazos con el centro de referencia, cohesionando así la comunidad en la que se encuentra ubicado nuestro centro educativo, y se ha diseñado un programa y una metodología que ha dado resultados, es probable que, si el tiempo nos lo permite, consolidemos este tipo de colaboración por el bien común entre el CEPA Abril y el Centro de Mayores de San Andrés.