Testamento vital

El testamento vital es la expresión escrita de la voluntad de un paciente sobre los tratamientos médicos que desea recibir, o no está dispuesto a aceptar, en la fase final de su vida. El testamento vital también especifica que se administren los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos, pero que no se aplique la eutanasia. Además, se solicita una atención espiritual.

La Conferencia Episcopal Española anima a firmar este Testamento Vital, advirtiendo que, para su efectividad, se analicen las particularidades que puedan darse en cada Comunidad Autónoma. En nuestro caso, dada la dispersión y ambigüedad de la normativa existente, se ha realizado un trabajo de síntesis que permita hacer más fácil la tramitación y con todas las garantías legales.  Es muy importante tener en cuenta que la Declaración de Instrucciones Previas y Voluntades Anticipadas, tendrá validez plena siempre que se inscriba en algunos de los puntos del Servicio Público de Salud que más abajo se indican.

La presentación y la rúbrica se deben realizar ante el registrador que se designe, evitándose así la presencia de testigos o la eventual intervención de un notario. Y para dicha presentación hay que pedir cita previa llamando al teléfono 955545060 de Salud Responde. La relación de puntos de registros abiertos en la provincia de Huelva, es la siguiente:


Los impresos a cumplimentar, pueden descargarse clicando en los siguientes enlaces:

Texto Testamento Vital CEE a insertar en el cuerpo principal del Anexo II

A mi familia, al personal sanitario, a mi párroco o al capellán católico:

Si me llega el momento en que no pueda expresar mi voluntad acerca de los tratamientos médicos que se me vayan a aplicar, deseo y pido que esta Declaración sea considerada como expresión formal de mi voluntad, asumida de forma consciente, responsable y libre, y que sea respetada como documento de instrucciones previas, testamento vital, voluntades anticipadas o documento equivalente legalmente reconocido.

Considero que la vida en este mundo es un don y una bendición de Dios, pero no es el valor supremo absoluto. Sé que la muerte es inevitable y pone fin a mi existencia terrena, pero desde la fe creo que me abre el camino a la vida que no se acaba, junto a Dios.

Por ello, yo, el que suscribe MANIFIESTA

Que tengo la capacidad legal necesaria y suficiente para tomar decisiones libremente, actúo de manera libre en este acto concreto y no he sido incapacitado/a legalmente para otorgar el mismo:

Pido que, si llegara a padecer una enfermedad grave e incurable o a sufrir un padecimiento grave, crónico e imposibilitante o cualquier otra situación crítica; que se me administren los cuidados básicos y los tratamientos adecuados para paliar el dolor y el sufrimiento; que no se me aplique la prestación de ayuda a morir en ninguna de sus formas, sea la eutanasia o el “suicidio médicamente asistido”, ni que se me prolongue abusiva e irracionalmente mi proceso de muerte.

Pido igualmente ayuda para asumir cristiana y humanamente mi propia muerte y para ello solicito la presencia de un sacerdote católico y que se me administren los sacramentos pertinentes.

Deseo poder prepararme para este acontecimiento final de mi existencia, en paz, con la compañía de mis seres queridos y el consuelo de mi fe cristiana.

Suscribo esta Declaración después de una madura reflexión. Y pido que los que tengáis que cuidarme respetéis mi voluntad.