El derecho a la educación reconoce que todas las personas tienen el derecho inherente a recibir una educación de calidad, accesible, inclusiva y equitativa. Implica que todas las personas, sin discriminación alguna, deben tener la oportunidad de desarrollar plenamente sus capacidades intelectuales, sociales y emocionales a lo largo de su vida.
El derecho a la educación incluye varios aspectos, como:
Acceso: Todas las personas deben tener acceso a oportunidades educativas sin discriminación, independientemente de su origen étnico, género, religión, discapacidad u otras características personales.
Calidad: La educación debe ser de calidad, lo que implica contar con docentes capacitados, programas educativos actualizados, infraestructuras adecuadas y recursos suficientes para garantizar un aprendizaje efectivo.
Inclusión: La educación debe ser inclusiva, lo que significa que debe adaptarse a las necesidades de todos los estudiantes, incluidos aquellos con discapacidades o dificultades de aprendizaje, así como aquellos provenientes de grupos marginados o en situación de vulnerabilidad.
Equidad: El derecho a la educación implica garantizar la igualdad de oportunidades para todos los individuos, independientemente de su situación socioeconómica o de otro tipo de desventajas, a fin de reducir las brechas de desigualdad y promover la movilidad social.
Participación: Las personas tienen derecho a participar en la toma de decisiones relacionadas con la educación, tanto a nivel individual como a nivel comunitario y nacional.
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