El derecho a la protección de datos personales reconoce el derecho de las personas a tener control sobre la información que les concierne y que está relacionada con su identidad personal. Este derecho implica varias dimensiones:
Control sobre los datos personales: Las personas tienen derecho a determinar qué información personal recopilan otras entidades, cómo se utiliza esa información y con quién se comparte.
Transparencia y consentimiento informado: Las entidades que recopilan datos personales tienen la obligación de informar a las personas de manera clara y transparente sobre cómo se recopila, utiliza y comparte su información, así como de obtener su consentimiento informado para dichas actividades.
Seguridad y confidencialidad: Las entidades que recopilan datos personales tienen la responsabilidad de proteger la seguridad y confidencialidad de esa información, implementando medidas técnicas y organizativas adecuadas para prevenir el acceso no autorizado, el uso indebido o la divulgación de los datos.
Derecho a acceder, rectificar y eliminar datos: Las personas tienen derecho a acceder a sus datos personales, corregir información inexacta o incompleta, y solicitar la eliminación de datos cuando ya no sean necesarios para los fines para los que fueron recopilados, de acuerdo con las leyes y regulaciones correspondientes.
Limitación del uso de datos personales: Las entidades que recopilan datos personales tienen la obligación de limitar el uso de esa información a los fines específicos para los que fue recopilada y de no utilizarla de manera incompatible con esos fines.
El derecho a la protección de datos personales es esencial para garantizar la privacidad, la seguridad y la dignidad de las personas en la sociedad digital. Garantizar este derecho implica adoptar políticas y medidas que promuevan la transparencia, el consentimiento informado, la seguridad y confidencialidad de los datos personales, así como el respeto de los derechos de las personas en relación con su información personal.