Programas de eficiencia energética en edificios públicos estatales

Introducción

Ante los constantes retos del cambio climático, el desarrollo económico y la seguridad energética que enfrentan muchos países y sus regiones, la mejora de la eficiencia energética en una herramienta crucial. 

Dado que la eficiencia energética permite cuidar la hacienda pública pero también conservar recursos energéticos no renovables y el medio ambiente local y global, son las instalaciones del sector público las que deben funcionar como un ejemplo de buenas prácticas en cuanto a operación y aplicación de tecnología de uso final para promover su aplicación generalizada en la economía y en la sociedad.

Los inmuebles públicos por su carácter emblemático, por el impacto que tienen sus costos de energía en la hacienda pública, por las posibles mejoras que en ellos se pueden realizar en función de acelerados cambios tecnológicos y por los posibles compromisos climáticos que pueden tener las administraciones, merecen atención especial de los gobiernos federal, estatal o municipal.

Esto, sin embargo, está permanentemente limitado por las condiciones presupuestales de la propia administración pública, donde existen necesidades generalmente más urgentes para gastos de inversión.

No obstante, la gestión de la energía, es decir, la atención sistémica y coordinada a los consumos de energía de las instalaciones, apoyada con reglas para la compra y/o arrendamiento de equipos e instalaciones, la capacitación de operadores de edificios y el trabajo conjunto y coordinado de todos aquellos relacionados a los aspectos que determinan la intensidad energética de instalaciones, es una práctica de baja inversión que permite acotar el desperdicio de energía e integrar adecuadamente la tecnología que reduzca su consumo de energía sin reducir los servicios energéticos que provee. 

Lo anterior, en muchos sentidos, ha sido el fundamento del diseño y operación del Programa de Eficiencia Energética en Edificios de la Administración Pública Federal de México, el cual ha sido diseñado y operado por la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee). 

Este programa tiene más de 20 años de funcionamiento y ha logrado, con recursos limitados, pero con una gran participación de miles de funcionarias y funcionarios públicos, bajar sistemáticamente la intensidad energética de sus edificios a lo largo de su vigencia.

Han sido precisamente los buenos resultados del programa que ha atraído el interés de administraciones estatales y municipales para reproducirlo en su contexto geográfico. Por lo tanto, la Conuee ha integrado un Manual para el diseño y operación de programas de eficiencia energética en edificios públicos de gobiernos estatales, mismo que busca orientar a estas administraciones a diseñar y establecer conjuntos de acciones en materia de eficiencia energética equivalentes en función de sus propias condiciones.    

Objetivo del Manual 

El manual tiene por objeto ayudar a quienes ponen en práctica programas de ahorro y uso eficiente de energía en inmuebles públicos a establecer estructuras efectivas de gestión de la eficiencia energética en sus contextos de responsabilidad. El manual ofrece directrices para abordar distintos temas o remite a referencias que complementan y detallan los diferentes elementos incluidos en este manual.

Con base en la experiencia y práctica de la Conuee, de manera general los elementos que deben considerarse para el funcionamiento de un programa de ahorro de energía en edificios se muestran a continuación (da clic en la imagen):