11 de octubre

DOMINGO 28 DEL TIEMPO ORDINARIO


Santoral

 Santa María Soledad Torres Acosta

En Madrid, España, santa María Soledad (Manuela) Torres Acosta, virgen, que desde su juventud demostró gran solicitud hacia los enfermos pobres, a los que atendió con total abnegación, especialmente al fundar la Congregación de las Siervas de María, Ministras de los Enfermos. 

Frase del día

MUCHOS SON LOS LLAMADOS Y POCOS LOS ESCOGIDOS

Para la reflexión

Lectura del libro de Isaías (25,6-10a): 

Sal 22, 1-6 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (4,12-14.19-20): 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,1-14):

En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda." Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.» 

Palabra del Señor 

Comentario al evangelio del día

1.    De Fiesta con el Señor

       Felices los días de una buena celebración, cuando podemos olvidar nuestras preocupaciones por un  tiempo, gozar de la mutua compañía y reír, cantar, bailar y ser felices. Tenemos suerte si tenemos días así de vez en cuando, un día de fiesta y de auténtica alegría. Esto es lo que Dios desea para todos nosotros. Nos ha invitado a la felicidad sin límite y, como prenda de ello, nos invita ahora ya a la eucaristía, banquete festivo de su Hijo Jesús. ¿Tomamos en serio y damos importancia a esta invitación? ¿Somos conscientes de que todos estamos invitados, incluso los débiles, los pobres y los tristes? Disfrutemos ahora nuestra celebración con el Señor.

2.     Los de las Encrucijadas Están También Invitados

        Hemos venido a la eucaristía de hoy en respuesta a la invitación de Jesús nuestro Señor, que a todos da la bienvenida a su banquete festivo. Todos estaban invitados, pero no todos se han acercado. Algunos no se deciden a venir porque sienten que no les acogemos cordialmente,  o bien piensan que no son suficientemente buenos y dignos.  Otros ni se enteran de que están invitados. Jesús nos pide que acojamos a todos y que hagamos los posibles para que se sientan con nosotros como en su propia casa,  como él se siente en su casa con ellos.

Oración

Líbranos, Señor, de nuestra apatía,

de nuestras excusas y fáciles pretextos

que nos impiden aceptar tu invitación

de seguir a tu Hijo en el camino hacia ti.

No permitas que nos domine la tristeza,

pues tú eres nuestra alegría y fortaleza.

Guárdanos libres de todo pecado que nos pueda dividir

y guíanos con esperanza

hacia la venida entre nosotros

-con poder y misericordia-, 

Capital de Gracias

 En nuestro capital de gracias podemos ofrecer nuestro el trabajo y el esfuerzo de la semana que comienza.

Consagración a la virgen

¡Oh señora mía, oh madre mía!, yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos,  mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser, ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame,  defiéndeme y utilizame  como instrumento y posesión tuya.

Amén.