Entre el aprendizaje y la distracción, ¿cómo encarar la inteligencia artificial?

Tomy Karszenbaum

"Los adolescentes somos el centro de las miradas porque estamos en una etapa receptiva a las nuevas tecnologías y representamos el futuro de la sociedad. Pero, ¿cómo influye esto en nuestra relación con el aprendizaje? Mientras la inteligencia artificial transforma nuestras formas de estudiar y comunicarnos, las escuelas se enfrentan a un dilema: educar o prohibir. Es hora de explorar cómo estas tecnologías pueden potenciar nuestro crecimiento, en lugar de ser vistas únicamente como una distracción."


Los adolescentes somos el centro de las miradas porque atravesamos una etapa especialmente receptiva a las nuevas tecnologías y representamos el futuro de la sociedad. En el contexto del boom de las tecnologías, esta receptividad implica un especial punto de interés porque puede transformar nuestra relación con el aprendizaje, el conocimiento y nuestras formas de vincularnos. La realidad es que el uso de las nuevas tecnologías que simplifican tareas diarias es casi inevitable. En mi opinión, las inteligencias artificiales llegaron para quedarse. Pero tienden a ser demonizadas, es por eso que surge la gran pregunta de esta nota: ¿qué es lo que hace que en las escuelas se prohíba el uso de celulares? 

Si bien sostengo que las nuevas tecnologías no deberían repudiarse o prohibirse, sino que deberíamos aprender a usarlas, lo que genera un rechazo es, principalmente,  la distracción, la erosión de la capacidad de concentrarnos. Esto no debería ser una limitación para ver más allá y aprender sobre las nuevas tecnologías y las novedades que se inventan y siguen desarrollándose.

Un reciente estudio realizado por la empresa Common Sense Media arrojó luz sobre una preocupante realidad: la desconexión significativa entre padres e hijos respecto al uso de herramientas de inteligencia artificial (IA). La investigación se llevó a cabo con más de 1.000 adolescentes y encontró que siete de cada diez jóvenes utilizan al menos un tipo de herramienta de inteligencia artificial generativa, principalmente para realizar sus tareas escolares.

Jim Steyer, director ejecutivo de esta organización, afirmó: “Los padres y los profesores están bastante desconectados, por lo que los jóvenes utilizan plataformas de IA prácticamente sin ninguna orientación”. Este dato evidencia una brecha significativa en el conocimiento y supervisión entre los padres y las actividades en línea de sus hijos, ya que solo el 37 % de los padres cuyos hijos utilizan IA estaban al tanto de esta práctica. El estudio también reveló que muchos jóvenes recurren a herramientas como ChatGPT para ayudarse con sus tareas escolares. 

Kate Snow, de NBC, entrevistó a Savannah Hill, una estudiante de tercer año de secundaria, quien admitió usar ChatGPT para comprender temas de física que, de otra manera, le resultaban complicados. Hill comentó: “Acudí a ChatGPT para comprender el tema que se estaba enseñando”. Esta declaración muestra cómo algunos adolescentes están utilizando la IA como una herramienta educativa complementaria.

Muna Heaven, madre de Hill, expresó su sorpresa al descubrir que su hija estaba utilizando ChatGPT sin su conocimiento. Heaven aseguró sentirse decepcionada de que el ritmo de la clase obligara a su hija a buscar recursos adicionales. No obstante, también manifestó su “orgullo por la iniciativa de su hija para aprender de manera autodidacta”.

El informe de esta institución subraya la necesidad de que los padres exploren y aprendan sobre IA junto con sus hijos. Aproximadamente la mitad de los padres no han hablado con sus hijos adolescentes sobre el uso de herramientas de IA, y la mayoría indica que las escuelas no se han comunicado con ellos sobre las políticas relacionadas con la IA. Esto demuestra una carencia en la comunicación y educación sobre las nuevas tecnologías, un vacío que puede tener consecuencias significativas en el desarrollo y el aprendizaje de los jóvenes.

Como este estudio demuestra, "hay un vacío que puede tener consecuencias significativas en el desarrollo y el aprendizaje de los jóvenes". Aunque esto es negativo, sucede por la falta de comunicación y conocimiento de los adultos acerca de las nuevas tecnologías, lo que genera su rechazo y su poco interés, repercutiendo en el desarrollo y aprendizaje.

Desde el colegio, decidieron tomar una iniciativa con el uso de los celulares y crearon el “día sin celular”. Desde las palabras de la rectora Débora Demarchi: "Es una propuesta que consiste en que los estudiantes puedan atravesar la experiencia de estar sin celular durante la jornada escolar". Sobre este tema traigo el testimonio de una alumna de 1° año llamada Maite, quien cuenta su experiencia en el “día sin celular”.

La primera pregunta que le hice a Maite fue qué siente cuando está en una jornada sin celular. Su respuesta fue que es algo diferente; me cuenta que usa el celular para redes sociales, el reloj, o comunicarse con otras personas. Además, me dijo que se da cuenta de otras cosas que van sucediendo durante el día, pero cuando usa el celular no las puede identificar o vivir. Otra duda que me surgió fue si siente la necesidad de usar o ver el celular. Me dijo que solo le pasa cuando quiere saber la hora, pero lo resuelve rápido preguntándole a una amiga. Obviamente le pregunté sobre las diversas propuestas que ofrece el colegio durante los recreos, en las cuales participa y piensa que sirven un montón. Además, opina que distraen y hacen que el tiempo pase más rápido.

Quise traer opiniones de ambos lados de esta temática y decidí hacerle una entrevista a Flavia Affranchino, jefa de estudios y profesora del colegio. La entrevista comenzó preguntándole qué piensa sobre la inteligencia artificial. Me dijo que no tiene una opinión cerrada, refiriéndose a que es algo que se sigue desarrollando y van apareciendo nuevas formas de usarla. Además, menciona que "se universalizó su uso", en el sentido de que cualquiera tiene acceso y puede usarla para lo que quiera. También le pregunté si estaría de acuerdo con que los alumnos tengan clases o capacitaciones sobre cómo usar la inteligencia artificial y en qué temáticas deberían enfocarse. 

Ella piensa que "sí, y no solo para los alumnos, sino también para los docentes", pero no sabe bien en qué área enfocarse porque todavía no se sabe mucho sobre cómo usarla. Sin embargo, cree que debería haber formación porque la IA está y seguirá entre nosotros. También considera que en el trabajo de un adolescente o de un profesor, la IA podría usarse como un "asistente" bien utilizado, pero no sabe exactamente cómo, ya que es algo que aún está en desarrollo, pero recalca que en eso debería centrarse la capacitación.

Le pregunté si usa IA, cómo y para qué. Me dijo que interpreta usar IA como usar ChatGPT, pero tal vez no se da cuenta de que utiliza alguna aplicación que tiene inteligencia artificial incorporada. Le di el ejemplo de WhatsApp, que incorporó MetaIA, la inteligencia artificial de Meta. Me respondió que no la usa (por su reacción, parecía no estar al tanto de su existencia), pero insiste en que la única inteligencia artificial que conoce es ChatGPT y que lo ha utilizado pocas veces, menos de lo que le sería útil. Piensa que podría usarlo para varios aspectos, pero no lo hace. Me contó que lo usó para buscar fuentes de información; un ejemplo fue cuando buscaba un discurso de un político que mencionaba a otro. También, en lo personal, le pidió a ChatGPT una rutina de entrenamiento. Cree que debería entrenarse en qué preguntarle a la inteligencia artificial, y en su trabajo solo lo usaría para buscar fuentes de información, pero solo de comentaristas, porque si la fuente proviene de ChatGPT no confía.

Me contó una experiencia usando la IA en la cual se buscó a sí misma y apareció información falsa, como que había estudiado en La Plata. A medida que avanzaba la entrevista, me contaba que no hay una comodidad total con la IA, pero que si aprendemos cómo y cuándo usarla, puede ser muy valiosa. Para terminar, le mostré la entrevista que había hecho y le conté que las preguntas que había formulado las pasé luego a ChatGPT para pedirle que las ajustara. A Flavia le pareció buena la forma en que utilicé la inteligencia artificial, ya que ordenó y corrigió algunos aspectos.

Así, aunque la inteligencia artificial ya forma parte de nuestro presente, todavía es temprano para determinar con exactitud qué esperar de ella, cómo integrarla en nuestra vida cotidiana y en qué áreas resulta más beneficiosa. Tanto en el ámbito educativo como en el personal, la IA está empezando a jugar un papel importante, aunque muchas veces su uso no está acompañado de la orientación necesaria, generando incertidumbre entre adolescentes, padres y docentes. Esta falta de conocimiento y preparación puede llevar a una desconexión entre generaciones sobre cómo y cuándo es conveniente utilizarla. Por eso, creo que es clave que se implementen capacitaciones no solo para los estudiantes, sino también para los adultos, para que todos puedan entender y aprovechar las ventajas que ofrece la inteligencia artificial. Solo así podremos garantizar que esta herramienta se use de manera responsable y eficiente, potenciando su impacto positivo en el aprendizaje y en la vida cotidiana de los adolescentes.