OPINION
29 de junio de 2023
LA DISTRIBUCION DE LOS MANGOS
Y L A SATISFACCION PERSONAL
Por: Nelson Merchán-Cely
No sé si viste los fuertes aguaceros que el martes, 20 de junio, 2023, se nos vinieron “encima”, en especial quienes tenemos algunos árboles con frutos, en especial mangos. Como así, que tiene que ver que llueve y los mangos. Claro, sencillo, las borrascas, hacen que sus fuertes vientos o lluvias hagan caer sus frutos, en este caso, los mangos.
Cuando uno no está al tanto de tales efectos, no se preocupa por lo que el agua hace. Este tipo de descarga atmosférica no siempre es así, pero cuando lo es, es difícil. Por ejemplo, en nuestro patio, inundó parcialmente el fondo, por un lado, y por los otros, recogimos unos 100 mangos.
La parte interesante prepararnos para la entrega de los mangos. Obvio, ya habíamos calculado, qué hacer, dónde y cuando. Bueno, esto lo haremos en casa el miércoles, cuando iremos a nuestro restaurante favorito, Golden Corral en Prima Vista, Port St. Lucie. FL.
Maravillosa oportunidad para compartirlos con el personal de apoyo. Pero el tiempo está corto. No importa, debemos salir de casa a más tardar a las 11:30 a.m. Afortunadamente contábamos con “Paper bags” suficientes para empacar por lo menos 10 bolsas.
Estando los mangos ya empacados a las 11 a.m. junto con mi señora salimos ya listos para el Golden Corral. Distribuiremos primero con el personal de la entrada a la derecha, yo haría los del centro y mi señora los de la izquierda.
Cambiamos de estrategia. A la entrada, en la sección de las bebidas (limonada, agua, etc.) se encontraba dos jóvenes, uno a cargo de esta sección y una joven en la Caja. Sin pensarlo dos veces uno para cada uno. Felices, ambos, nunca habían recibido una bolsa con mangos como un presente. ¡Thank you! Dijo él. En el lado derecho una joven la recibió más que agradecida.
En lo que yo llamaría sección de cocina, pedí la atención de invitar a las señoras a cargo que se les desea entregar un presente. Gentilmente lo hicieron y ellas con una cara de alegría las recibieron. Felices de llevar a casa para preparar para la familia.
Luego la señora a cargo de la sección de ensalada, recibió de su compañera una de las bolsas con tal grado de alegría que también yo se lo agradecí. La joven que le había entregado, al regresar a su sección recibió el que yo le tenía listo. Esa sonrisa no se hizo esperar, ella también lo agradeció.
Mi señora le entregó a Sharie Bootman, una de las muy activas señoras, una de las bolsas, aun con nosotros. Ella, muy feliz, comentó, como prepararía su dulce de mango en casa. Con gran alegría, ella nos expresó que afortunada era.
Llegó un momento, que nos quedaban una bolsa y una caja de regalo con tres mangos tamaño familiar. De inmediato me regresé a mi carro para traerlas. Ya de regreso, inadvertidamente noté que un bus escolar se había estacionado casi a la entrada del restaurante. Sin pensarlo dos veces, Dios me impulsó para que me dirigiera a la conductora y muy feliz compartiera uno de tales mangos.
La saludé a través de la ventana del conductor, consultándole si desearía recibir un mango tipo familiar. Nunca había pensado que de pronto le iban a dar un regalo, al frente de su bus y menos en un momento de trabajo.
Complacida lo recibió, con una sonrisa.
¡Habíamos cumplido nuestra misión!
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