Qué es la escuela para mí:
CEPA para mí ha sido y es como un gran restaurante situado delante de un mirador abierto, desde donde se pueden divisar bellos paisajes, bajo la intensa mirada de la dirección.
El comedor es gratuito y tiene acceso a cualquier comensal mayor de 18 años. En la entrada está expuesto un amplio menú diseñado con los mejores ingredientes. Ofrecen aperitivos de degustación a los que traen poca hambre. Menú completo a los que tienen buen apetito, y a los que tienen necesidad de comer más, les sirven todos los platos necesarios para que puedan llegar hasta la universidad, y allí, terminen comiéndose el postre.
Hay diferentes bandejas para que el cliente pueda elegir entre ellas lo que más le guste, por ejemplo:
Hay suficientes camareros para servir la comida dan: ciencias, literatura, informática, idiomas, matemáticas...
Yo vengo a comer aquí tres veces por semana. He saboreado y saboreo platos deliciosos que me siguen dejando muy buen sabor de boca. Aquí me nutren satisfactoriamente de las proteínas necesarias para enriquecer mi empobrecida alimentación.
Este lugar es laico y plural, está dotado de medios para que los que acudimos podamos descubrir otro espacio, aparte del que tenemos en nuestra andadura cotidiana. Nos instruyen, motivan y nos brindan amistad. Para mí ha sido la muleta que te permite andar con seguridad, cuando empiezas a cojear después de una intensa tarea que con lleva: criar hijos; cuidar padres, trabajar fuera y dentro del hogar, hasta llegar a la jubilación.
Encontrar un lugar donde te haga sentir que aún queda mucho por aprender, es la dosis exacta que necesitamos, una gran mayoría de personas para continuar caminando por el laberinto del progreso.
La vida es un noviciado constante. Es el aprendizaje permanente que todo ser humano necesita para enriquecerse como persona. Es un semáforo activo que permite el acceso a todos y da la oportunidad de conocer y ampliar asignaturas pendientes.
CEPA se inventó en su día, si no existiera, tendríamos que inventarla. Deben permanecer las clases porque es manantial obligado para saciar la sed de los sedientos.
Los que nacimos a mediados del el siglo pasado, que somos muchos, necesitamos aprender las tecnologías que hay hoy en el mercado.
La escuela es un lugar donde se acude voluntariamente y por lo tanto la estancia en ella nos obliga a respetar y ser respetados, y nos enseña a compartir ideas adversas entre los compañeros.
Cuando legué a la escuela aspiraba a que me diesen un aprobado. Yo a ellos les doy un sobresaliente.
El Centro de adultos sito en Trapagaran, abarca Ortuella, Abanto y Muskiz. Este curso 2015-2016 es su 25 aniversario.
Muchos han sido los profesores y alumnos que a través de estos años han pasado por la EPA y es de bien nacido ser agradecido, por lo que felicito a todo el claustro que ha logrado con su actitud y empeño a que la educación permanente de adultos continúe.
Eskerrik asko.
Como presidenta de ASALCEPA, asociación de alumno/as de la EPA de Trapagaran, Abanto, Ortuella y Muskiz, me dirijo a ustedes para reclamar a gritos la continuidad de las clases. Fuente de aprendizaje, donde nos dan la oportunidad de saciar la sed de asignaturas pendientes.
La vida nos exige avanzar y no debe existir ningún impedimento para que esto no se pueda realizar.
En estos tiempos no cerremos puertas, señores. Por el contrario, abramos todas las ventanas para que el aire de la enseñanza y la cultura llegue a todas las personas que, por diferentes circunstancias, no pudieron alcanzar lo que todos, por derecho propio, debemos tener.
La EPA ofrece la oportunidad a todos los adultos, sin ninguna distinción, a recibir clases de inglés, francés, euskera y castellano. En la escuela de idiomas no cabemos los que deseamos simplemente hablar para entendernos en un mundo pluralista.
Arte, literatura, matemáticas, informática, historia…estas asignaturas, no todos pudimos aprender en tiempos precarios.
Conozco a muchos alumno/as que han tenido la oportunidad de aprender a leer y a escribir gracias a la EPA.
Personalmente doy fe de que gracias a la EPA he podido refrescar mi euskera, he ampliado grandes conocimientos del mundo, he descubierto el placer por la escritura, he aprendido a expresarme libremente con sentido. Gracias a la EPA hemos podido visitar países de diferentes culturas. Ellos nos han acompañado a museos, mezquitas, catedrales… Hemos pisado tierras del Quijote, hemos navegado por la ruta Sacra, hemos bajado a la cueva del Diablo.
Gracias a la EPA hemos podido comprender un poquito más, que la historia está escrita, pero nosotros debemos reflexionar, analizar y pensar sobre cómo está escrita.
Por favor, no nos cierren la EPA.