Estos días hemos tenido que adaptarnos a un nuevo contexto generado por el estado de alarma del COVID-19. Muchas familias, que se encuentran confinadas en casa, han visto como sus rutinas diarias han cambiado de un día para otro compaginando su trabajo desde casa con el papel de padres, encargándose de ayudar a sus hijos con sus tareas escolares, o, en otros casos, con el cuidado de otras personas. Si, además, le sumamos las preocupaciones y la incertidumbre que genera esta situación de crisis, todo ello puede llegar a superarnos provocándonos una sobrecarga de estrés, haciéndonos sentir fatigados emocionalmente y puede manifestarse con un malestar tanto en el plano físico como el mental.
El estrés es una respuesta adaptativa de nuestro organismo para poder afrontar determinadas situaciones donde nos podemos sentir desbordados.
Una herramienta útil, sencilla de aprender, que nos puede ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad son las técnicas de relajación. Las técnicas de relajación son un conjunto de estrategias cuya finalidad es la de disminuir los elevados niveles de activación en nuestro sistema nervioso autónomo sobre la tensión muscular.
El introducir la práctica de relajación como una rutina de nuestras vidas puede llegar a tener grandes beneficios sobre nuestra salud física, mental y emocional, ayudándonos a tener un mayor control sobre nuestro propio cuerpo. La relajación es un buen recurso cuando nos encontramos en una situación que nos genera estrés, ya que contribuye a reducir los niveles de tensión corporal, nos ayuda a conciliar el sueño o a dormir mejor, a calmar la ansiedad o los nervios ante una situación difícil, aumentando nuestra capacidad de autocontrol, aumentando nuestra capacidad para afrontar situaciones estresantes y, al mismo tiempo, proporcionándonos estabilidad emocional.
A continuación, te proponemos algunos ejercicios para aprender a relajarte. Dedícate un tiempo para practicar la relajación, preferiblemente a primera hora del día, al despertarte, o al final del día, antes de acostarte. Busca un lugar tranquilo en casa, ponte ropa cómoda y empieza a relajarte con algunas de las siguientes técnicas: