No hace muchos años se hablaba de personas con autismo o personas con el Síndrome de Asperger. A partir del 2013 con la edición actual del DSM-5 (manual diagnóstico) se dejaron de utilizar esos términos. Se pasó a tener una categoría común: Trastorno del Espectro Autista.
Este cambio ha tenido, tiene y tendrá tantos simpatizantes como detractores y sobre eso no vamos a discutir en este artículo. Tampoco vamos a hablar de los diferentes niveles de gravedad que se contemplan en el DSM-5, ya que es una definición que para muchos sectores empieza a ser discutible, también.
Lo que sí podemos afirmar es que a la sociedad, en general, aún le queda un largo camino para comprender a las personas con autismo. Si salimos a la calle y preguntamos a cualquier persona sobre ¿qué es el autismo? o ¿cómo son las personas con autismo?, es sencillo que nos encontremos con definiciones como: “son personas que no hablan”, “no quieren relacionarse”, “tienen discapacidad”, “es gente muy inteligente pero no tienen amigos”....Pues bien, como todo en esta vida, hay personas con autismo que no hablan, pero hay otras que sí, y otras que hablan pero les cuesta. Lo mismo sucede con las relaciones, hay personas a las que les gusta más relacionarse que a otras, sean o no autistas. El gran reto viene cuando una persona con autismo, quiere relacionarse y tener amigos, pero no sabe cómo hacerlo. El otro gran tema: la discapacidad, pues algunos tienen discapacidad cognitiva leve, severa o moderada y otros no.
A menudo, comprender las necesidades de las personas con grandes necesidades de apoyo es una tarea más “sencilla”, ya que estas son muy evidentes. Pero saber ver las necesidades de las personas con autismo, y con una inteligencia propia de su edad, no es una tarea fácil, ni para la sociedad ni para las escuelas.
Es importante que entre todos hagamos un aprendizaje colectivo para concienciar a las personas de nuestro alrededor, de qué supone estar dentro del espectro del autismo. Para ello quiero presentaros unas viñetas donde Rebecca Burgess explica de manera muy ilustrativa qué es el “Espectro”:
En los últimos años han dado un paso al frente muchas personas diagnosticadas con Asperger o Autismo y que quieren compartir sus experiencias. Hay que tener en cuenta que representan a un 2-3% de las personas con autismo, pero es necesario que les escuchemos. Para saber cómo piensan, cómo sienten o como se relacionan, es necesario que aprendamos de las experiencias de estas personas, que por sus características, tienen la capacidad de poder explicarlas y compartirlas.
Para ello os dejo dos ejemplos:
El primero es Ramon Cererols, un hombre fantástico, que explica en su libro cómo ha vivido en sus propias carnes el descubrimiento del autismo. En esta web podréis descubrir su libro, descargarlo gratuitamente, en catalán y en castellano, descubrir un poco más de él y visualizar varias entrevistas que se le han hecho.
Para acabar, presentaros a Temple Grandin. Es una de las primeras personas diagnosticadas con Trastorno del Espectro Autista en compartir públicamente puntos de vista de su experiencia personal en cuanto a su condición. Escucharla es un ejercicio que acompaña a ampliar horizontes.