Una historia digna de conocer

La historia de Willianny fue una de las que mas me marco y por eso he decidido contarla.

Willianny es una de las niñas mas fuertes y valientes que he conocido en mi vida. Ella tiene 11 años y viene de Venezuela, está en Colombia porque debido a la situación de su país no le podían dar tratamiento a su enfermedad. Ella padece de síndrome nefrótico, esto es un trastorno renal que hace que el cuerpo elimine demasiadas proteínas de la orina. Esto causa hinchazón en todo el cuerpo y hay riesgo de otros problemas de salud.

Al principio cuando la conocí me pareció una niña tímida y reservada pero despues de un tiempo empezamos a hablar y tuve la oportunidad de conocer su historia. Willianny es un alma vieja atrapada en el cuerpo de una niña, me dejó impresionada como al contarme todo lograba ser tan madura y responsable con tan solo 11 años.

Yo diría que una de las cosas más importantes al uno estar enfermo es tener una red de apoyo que esté allí en todo momento y más aún cuando uno es pequeño. De niños no hay nada mas tranquilizante que estar en los brazos de tus papás o familiares, al tenerlos cerca uno se siente a salvo y sabe que todo va a estar bien. Debido a la forma de ser de Willianny lo primero que pensé era que tenía a unos excelentes padres apoyando y acompañando en su enfermedad, Pero este no era el caso, ella estaba la mayoría de tiempo sola. Me contó que su papá salía todas las mañanas del hospital antes de que ella se despertara y llegaba por la noche ya cuando se iba a dormir, le pregunté por qué era esto y me respondo con estas mismas palabras "no tenemos que comer, mi papa tiene que salir a trabajar todos los días para poder tener comida en nuestra casa, el día que él no salga ya se que por la noche no voy a poder comer". Estas palabras me produjeron un dolor inmenso y un sentimiento de impotencia. Me parecía muy injusto que personas de tan buen corazón como ella y su familia tuvieran que vivir situaciones tan difíciles. Me puse en los zapatos de su papá y no me podía imaginar lo difícil que era tener a una hija enferma y haber tenido que viajar a otro país solo para que pudiera ser tratada y encima de todo esto no poder estar con ella para acompañarla.

Después de que Willianny me contó esto pensé que hasta allí llegaba su historia de dolor pero luego me contó sobre su mamá. Ella seguía en Venezuela, con su hermano menor y me decía que la extrañaba mucho y la pensaba cada dia y cada momento. Willianny me quiso mostrar fotos de ellos dos y lo único que tengo grabado de ese momento es como ella los miraba, se notaba lo tanto que los extrañaba pero aun asÍ tenia fe en que pronto los podría volver a ver.

Al yo escuchar todo esto sobre ella y su familia lo único que podía sentir era agradecimiento de todo lo que tengo. En el mundo hay millones de familias como la de Willianny que pueden hasta estar pasando por peores situaciones y aún así son agradecidos con lo que tienen. Muchas veces nosotros podemos olvidarnos de lo afortunados que somos con la vida que tenemos, lo más importante es que estamos vivos y cada dÍa tenemos que aprovecharlo al máximo y vivirlo como si fuese tu ultimo dÍa porque de verdad nosotros no sabemos lo que nos espera en el futuro.

Quise compartir esta historia porque a mi me marcó y me dejó una enseñanza de vida y por personas como Willianny y su familia es que quiero dedicar mi vida a servir y ayudar a los que más lo necesiten.