¿Qué título le pondríamos?
La novela tenía 12 capítulos. Y el 13 es un número, dicen de mala suerte. Para nosotros y nosotras, no es así, no somos supersticiosos. Por eso, consideramos que era una buena idea elegirlo como título de lo que íbamos a escribir.
Esta fue la idea original que nos motivó para empezar a escribir. Justo, dos de nuestras compañeras, esperaban el nacimiento de sus hermanos; estábamos todos muy movilizados y por eso, creemos, que nos gustó la idea de que tuvieran mellizos.
Parte de esta idea quedó y otras, fueron cambiando.
Sostuvimos el problema: a Petuña se le acabó la magia.
Al escribir, se nos ocurrieron otras formas de resolución que van a poder leer más adelante.
Estos son todos los inicios que pensamos. Conversamos acerca de lo que cada uno nos permitía y luego, votamos.
Detectamos que los de Melina tenían algo especial,
siempre rimaban.
Acá pueden ver, que jugamos con los versos. Al leerlo de distintas formas, los efectos, eran distintos.
Finalmente, decidimos utilizar el método de Melina: el 2do verso, rimaba con el 4to.