Und am Ende War Es Nur Schön
\Regan Doherty '27
Zu gehören ist, angehört zu werden.
Doch wie wird man gehört, wenn man nicht sprechen kann?
Ja und nein, ich weiß es gut.
Danke, tschüss, ich weiß es noch besser.
Ich höre so viel, vielleicht bin ich der Wind,
der flüstert und rührt
bemerkt nur von Dichtern an einem warmen Sommertag,
die das Nasse von ihrer Haut vertreiben.
Vokabelkarten – ich habe sie mir gemerkt.
Bücher – ich habe sie gelesen.
Filme – ich bin eingeschlafen, als ich sie schaute.
Diese Formen kenne ich, doch sie sind mir fremd.
Das Schlaflied eines Sturms, das man fühlt, bevor es donnert.
Stürme – ich kenne sie.
Es weinte, als ich von dort ging, der Regen zog mich mit sich.
Gehöre ich da? Ist das Heimat?
Das Land kennt mich gut.
Die Stiele färbten meine Finger grün, wenn ich sie zupfte.
Der Vogel kennt meine Stimme, wenn ich brummte.
Die Erde kannte meine Berührung, wenn ich stürzte.
Oh, wie sie sich nach meiner Berührung sehnt und mich hinabzieht.
Doch ich habe sie nie berührt.
Wie ich es versucht habe – meine Zunge weggesperrt.
Ich sprach, was ich wusste, und schwieg über das, was ich nicht wusste.
Meine Schritte ließen den Dreck zittern –
der Dreck haftete an meinen Schuhen,
von späten Nächten und frühen Morgens.
Ich war nur halb da.
Ich war immer nur halb da.
Hände geschüttelt.
Lächeln gegeben.
Füße klirren unter Fuß.
Wer war ich, außer ein Fisch in einem Becken?
Du gibst mir dein Bestes, und ich gebe dir mein Einziges.
Gespräche – halb da.
Momente – halb da.
Ich habe es wirklich versucht.
Du zeigst mir deine Welt, und ich habe es nur versucht.
Der Himmel war schön an diesem Tag.
Es war schön an den meisten Tagen – oh, wie ich dieses Wort hasse.
Das Geräusch einer Mutter, die ein Baby tröstet.
Wie eine Lehrerin, die eine Klasse beruhigt.
Etwas Allgemeines.
Wie ich hasse, dass das alles ist, was ich weiß.
Wir standen dort, und alles, was ich sagen konnte, war: Der Himmel war schön.
Das gleiche schön, das man für normales Wetter benutzt.
Ein Wort so überbeansprucht wie – Es tut mir leid.
Ich war immer nur eine Dichterin.
Meine Augen verschlossen in der Dunkelheit,
stellen sich die Welt vor, vom Licht auf meiner Haut.
Ein Feuer fühlt dasselbe.
Aber dies war kein menschengemachtes Brennen.
An diesem Tag öffnete sich der Himmel.
Die Sonne zog ihre letzte Schleife.
Sie hat Freude geblutet – die frischen Blumen auf dem Feld.
Lachen, das keine Sprache braucht.
Der Sonnenuntergang spricht nicht, doch er wird in einer Million Zungen begrenzt.
Es war, als würde ein Kind mit den Fingern durch nasse Farbe streichen.
Der Himmel hat während seines Hervorrufs geblutet und ist gestorben,
als wäre es nur ein Moment gewesen, der verging.
Für uns.
Eben da.
Und am Ende war es nur schön.
Pájara Carpintera
\Jamila Medina Ríos
4th year PhD Candidate in Hispanic Studies
Pájara carpintera
–de ribera
Caquetío Art, Cucunu Arirok, Aruba Island (Archaeology Magazine)
En naufragios costeros
crecen bosques
¿bebedizos? ¡semilleros!
Viene un cencerro/ suena un becerro/ sube un entierro
¿es el sevolán?
Sepa Usted
que por las gargantas/ del río
puede cruzar
puede espejear la barcarola muenga
de aquellos días
con su balido retador:
¿marímbula? ¿múcura?/ ¿cagüeiro? ¿jigüe?
¿madre de aguas? ¿luz de Yara?
¿sabacanecucho?
Cadáver no ¿cardumen?
cerumen no
¡carenares/ ajuares de bajeles!
sin párpados
despellejados como gaita que largó los corchos…
Mas con el cejo enhiesto/ en los confines.
Hay un cimbrear/ un combarse
de la rama –que da vaso
maderamen que insinúa su cremor
carenero esquinado al astillazo
donde embeben las balas
de cañón.
Si te zambulles/ si escarbas
reflotan nombres
no pinos ¡no!
inaptos esos para mástiles/ mastines masteleros
los de la Ysla/ los del Río
inaptos botes dieron
a por Santa Isabel flotante flota
sin embargo
los de México sí/ los de Luisiana…
Mas los pinos de Cuba
ni un magín/ ni un comino/ ni un riñón.
¿Rabias vías sus nombres
al despiezo?
Arabo sí/ ocuje sí
para de gru(ll)as el plumaje
y jocuma amarilla
majagua y yana todavía
y había caoba júcaro
sabicú y guayacán
y había
en ligazones remos
quillas sobrequillas
palmejares dormidos
postes vagones puentes
decorados incluso
y había y HAY/ en la ribera
quien teje cables de majagua
y quien le sabe al pino
su brea su alquitrán
goteando en la resina/ a lo cortico.
En proa y popa: jobo
en obra muerta:
afines con la arboladura/ y tablazón
otras ligeras.
Había que decirle Usted
a los astilleros cubiches
cuando en Canarias dejaron
de cantar los forrajes
y explotaron en peso las minas del acá:
rompió Aguacate Alquízar
rompió Bacunayagua y rompieron
Batabanó Canasí Ceiba del Agua
Melena y Puerto Escondido.
Deforestar/ desopilar/ refoc/silarse
en todo palo
en que no cunda comején
lo que no pudre
lo que no c/se-da a la broma:
acora sí
guamá de costa/ guayraje
del júcaro –el negro y bravo
maboa blanca/ manajú
y mangle prieto sí
y pejojó y quiebrahacha y yayatí
¿oyes el chuape chuape del velamen?
En bojeo
otras cosas dizque forjaron
¿caseríos?
sacabocados que más bien eran cost(r)as
emplastes sobre humores
postillones al rojo
al par(t)ir ácimo –del caguairán
con lamer purulento:
así
s/cuero en las ruedas
–reuma renqueante–
palo santo en dientes y clavijas de unión
espino blanco y dagame
en ejes- - -y forrajes- - -de viaje.
Y había levisa
y había lengua –de vaca
y abundante mamey
y la majagua
alej/lada del mar
tenía un deje de arenisca en verdín.
¿Oyes el repicar
el rechinar de las piezas
hundiéndose lo justo
y volviendo al viento?
Rapid transit de caballos por tronera
¿rumbo en la vela?
ripio y carcoma en la sinhueso
y en lo sintierra de cubierta
entre amura y amura:
la c/hoz del pozo
un tragald/gabas que abraca a la ligera
–atornillando as/cerrando–
todo bosque contrito
sotomonte/ arcabuco/ cayacoa.
Más que erguirse mecánico y marino
las maderas le daban
su forma natural a la camada:
un acomodo
que dictaba el tamaño final –de curvatura
la proporción inimaginable
dictada por caída
del pimpollo- - -de la mata- - -de coco.
¿-cuchas el marejar de los navíos:
tocando fondo
el pico de botana?
¿Quieres/ ¡tocando madera!
para limpiarte el mal de ojo
de tanto/ recrujir de cadena –de cerrote
sumirte en su re-baño/ ¡modernísimo!
de ondas gamma?
¿Qué palos ves?
¿Qué cerrazones sab(or)e(a)s(te)?
Había corazón rosado
rojo de raya oscura.
Había corazón de colores
–púrpuraceitunazul.
Había corazones poco distinguibles de la albura
madera resinosa y pesada de corazón.
Y había corazones más dóciles
que no alteran –por su aceite
la herrumbre de clavos y tornillos.
Había corazones pardo rojizos/ pálidos/ veteados
y corazón lustroso –resistente y durable.
Daban vagones estos trillos/ de palos triturados.
Dieron máquinas
carros/ traviesas y poleas
arcos de flecha/ ojetes de carreta/ hormas de zapato.
Se daban bien a pie
en río profundo
orillas rocosas y húmedas
ciénagas/ montes valles
aliviaderos de agua dulce
e incluso en tierra estéril degradada/ saneada
dieron firmeza
demasiado humana
a la terquedad marítima.
No sé si les conoces todavía el retintín
¿aruaco/ caribe/ siboney?
El carpintero de ribera sí
saborea sus cascos
como dijes:
clavetea y encola
aletargado/ redobla el espinazo
como pluma de grúa
con Esperanza/ en Jacksonville.
Y piensa en cada rama para cada pieza:
madre del tajamar
curva coral/ roda/ bao…
No muy lejos / cuán lejos
de los ibéricos océanos
de los saberes y haceres de los hombres-canoa
piensa y sopesa:
De tal astilla tal palo
lo decían aquellos caimaneros viejos
apellidados Jackson
en lo que es hoy la Juventud.
Corta en menguante
barca a la sombra
golpea el palo por la punta
y descascara
escora solo en marea llena
repara y alza embarcaciones
con maderas autóctonas.
¿Pino en el freno?
Yaba y sabicú en la quilla
caoba cedro y roble en las cuadernas
–maestras otrora.
De tal palo, tal astillero…
¿pero a quién endilgar a estas alturas
astilladuras?
y astas sin bandera sí/ y hastíos de esteros
no aliviaderos… porque alivio… no parece que hubo
cuando rompió el talar.
Hoy en los muelles rengos
¿qué se lleva cantar/ con pejiguera de guitarra
–perdidos el güiro y la vergüenza?
Apenas un tamborileo de pezuñas
¿agujetas de pino?/ ¡quejío de hojuelas de casabe!
quebradizo y pastoso/ contra marea y resol.
Mas… más allá de los bosques naufragados
desabridos de azul
¡cierra el guamo/ para la guataca!
cucha que zumba/ y cunde y cacarea
un cao(s) de cotorrales y totíes
cateyes corúas cayamas bijiritas carairas
mientras se descuajeringa la guaracacigaba
la picaflor sin casa
que arremangada del libar/ de la libido
se arrebuja sobre el horizonte: a resoñar
el picante mareo de los pueblos-canoa
lo que sabemos de su risa/ cuando arrancamos de cuajo/ la longaniza del llanto.
Jamila Medina Ríos (Cuba)
Hispanic Studies Department
La Víbora-Providence, 2024-5
Ornithomorphic Designs of Cuban Rock Art
(Antonio Núñez Jiménez: El arte rupestre de Cuba y su comparación con el de otras áreas de América
Devoir, et qu'est-ce qu'on fait
Sebasstian Heredia '25
Oh, mon chéri,
si tu te caches de nouveau,
tu pourrais te perdre.
Si tu n’ancres pas tes pieds au sol,
tu pourrais te rendre
orphelin.
Vu que les arbres parfois oublient qu’ils ont des racines
parce qu’ils ne les voient pas…
Oui, ils ne les voient pas.
Et vu que les ombres parfois oublient qu’elles appartiennent aux corps,
qu’elles n’ont pas le choix, qu’elles n’ont pas des cœurs…
Vu que voir c’est se tromper,
dis-moi, mon chéri, comment tu te vois ?
Il importe peu si tu te vois dans un autre terroir,
celui-là n’est pas ton royaume,
tu n’es pas un roi.
Il faut que tu enlèves la couronne,
que tu te rendes compte
que tu m’appartiens, que je suis ta reine.
Oh, mon garçon, tu me manques tellement.
De l’autre côté de la mer, je susurre ton prénom.
Tu transpires par mes pieds,
ma géographie,
par mes racines,
par nos racines,
par les racines
de tes ancêtres.
Fais-le pour eux
Fais-le pour nous
Fais-le pour eux
Fais-le pour nous
Tu t’es caché
Oh, où es-tu ?
Tu t’es caché
Si je te trouve…
Égolga Argentada
David Parsard
6th Year PhD
Dedicada a Sebastián Cadavid y Florencia Coelho
«O Meliboee, Deus nobis haec otia fecit» — Virgilio, Ec. I.6
NARRADOR
Así como aquel que en sueños se deleita
Derivando del duelo pasada alegría,
Yo ahora el ocaso invoco
De una tarde otoñal en mi fantasía
Sepultada, cuyo son ahora se renueva
En antiguo verso sin miedo al equívoco:
Sólo de ese día la música evoco,
En otras las razones cantadas transformando.
En una huerta andaban pasando
Tres amigos el rato: la primera Florinda,
De la Argentina y payadora probada;
Síguele Parménides, rolo amaestrado;
Luego va Florisel con su mano adornada.
Escúchese ahora el canto acabado
Que cada uno, cebando y sirviendo mate,
Turnándose en razón de amores trazaba.
Entonó primero Florinda su hermosa voz
Y, cogida la vihuela, así comenzaba:
FLORINDA
«Aquí me pongo a cantar
Al ritmo de mi corazón,
Que aquel que a la sazón
Bien desvelarlo intenta,
De mí dará buena cuenta
Si rehúsa ser cabezón.
Al vendado dios le pido
Que vigorice mi canto;
Le suplico otro tanto
A Venus, su bella madre:
Espero que todo cuadre
En este mi triste planto.
¡Vengan, pasados amores!
¡Vengan todos en mi ayuda
Sin dejarme tartamuda!
Pues se me tiembla la boca
Y la voz se vuelve tosca
Como si yo fuese viuda.
Muchos amantes he visto
Con historias desastradas
Y que, una vez vividas,
Ya a pararse no vuelven
En las lizas do se prenden
Todas las preces cumplidas.
Mas que pase adelante
Permítanme y sépase
Que desdichada no fuese
Si mi querido Rosendo,
Por las calles siempre yendo,
Con otras no se mezclase.
¡Oh tú, más que una pluma
Arrobada por el viento,
Hombre bajo y huidizo!
Sin nada de sentimiento
A mis quejas sordo estás,
No sabiendo que yo jamás
Un día haya vivido
Contigo en el olvido:
¡Qué falsas todas tus gestas!
Por ti la ruidosa calle,
Por ti toda compañía,
Toda, pues, cursilería,
En mí digna sepultura,
A cabo de esta ruptura,
Bien encontrado había.
¡Ay, cuán diferente era
Y cuán de otra manera
Lo que esconder solías
En tu engañoso pecho!
No hay corazón que baste
Escuchando este canto,
Aunque fuese de un santo,
Que del amor no huiría
O que no le tildaría
De cosa de gran espanto».
NARRADOR
Sollozando, pues, suelta Florinda la vihuela
Y suspira al decir el postrero acento.
Queriendo al profundo sentimiento la huerta
Algo responder, arrecia ahora el viento
E imprime del canto pasado la estela
En el corazón que a él estaba alerta:
Al rolo Parménides hace cierta oferta
Y le incita a hurtar del suelo amigo
El instrumento soltado, aquel fiel testigo
De la probada desdicha de la argentina:
Prendido un cigarrillo, el rolo afina
Toda la máquina de su brillosa garganta,
Dejando por fin lucir su arcana doctrina
Con la que a todo amante falso denuesta:
PARMÉNIDES
«¿Para qué me quejo yo, diosito,
De la fuerza de tus sinrazones
Si a sinrazón en tus razones
Razonas como un erudito
Que, forzado a estar sin su razón,
Se esfuerza a ser razonable
Aunque ya en nada tenga razón,
Siendo a todos desagradable?
La fuerza de tus razones siento
De tal modo que sólo consiento
A todo aquello que presiento:
Tal sería mi resentimiento
Que, vuelto en disentimiento,
No habría más asentimiento.
Más ciego que vendado dios,
A todos los hombres ciegas,
Y de paso te reniegas
De todo su vocerío:
Alumbrados a tientas van
Por caminos incógnitos
Do caer es precipicio.
¿De qué manera llegarán
Sin quedarse atónitos
Si nunca eres propicio?
Mas encuentro yo ahora
Que el que de veras ama
Al verdadero Dios clama,
Al Dios que con voz sonora
A todos nos acalora
Cuando su Hijo nos sana,
Ofuscado en la vianda
Que al humano mejora.
Pospuesto, pues, lo fangoso
Que aquí siempre hallamos
En amores terrenales,
Con espíritu piadoso
A Dios digo que huyamos
A guisa de celestiales».
NARRADOR
Catando el cielo y despidiendo de fuego
Vivas llamas estaba el rolo Parménides
Cuando, quebrantado, al cabo deja de trovar:
Ahí empiezan a agitarse las especies
De antaño impresas en el oculto pliego
Del alma de Florisel, que ahora ensayar
Desea do sus amigos han querido dejar
Del amor la experiencia que sufrir solían.
Arrodillado delante de los que plañían,
Pidiéndoles la vihuela extiende la mano
Y promete cantar a modo de cortesano
La dulce tiranía del verdadero amor,
Que ha tenido que padecer como cristiano.
He aquí de su poesía todo el furor:
FLORISEL
«Ábreme, señora María, para loarte
La boca, y todo lo que no sea pensarte,
Arrebatado yo ya en ti, de mí aparte,
Para que así dignamente pueda cantarte.
Préndele ahora fuego a mi intelecto
Y, si place, a este vasallo tuyo casto
Ya escucharle estima, pues en tu conspecto
Nada hay que a la postre no sea perfecto.
Ni invenciones ni ficciones quiero yo contar
Aunque me escuchan, amigos, hablando rimar;
Mas las veras, si bien pueden, intenten atisbar:
Si en algo miento, se me podría demandar.
Sepultado entre muertos parecía vivir
Pues de un cabo a otro siempre escabullir
Mi costumbre era, y nunca dejar de partir,
Aunque me supusiese más de una vez morir.
En plazas públicas torear ya me veían
Donde contra mí ardidas lanzas se rompían
En combates que la esperanza me perdían:
En esas lides mis armas muy poco valían.
Huido un día había a una floresta
Donde cabe una fuente recosté la tiesta:
He aquí que una dama se manifiesta
Cuya figura era en extremo apuesta.
“¿Quién eres,” decía, “de mi vida robadora?”
Inclinóseme la señora, no a deshora,
Y “María soy,” dijo sin ninguna demora,
“Verás que de tu alma seré yo salvadora.”
Dende me regocijé con lo que se me dijo:
Idos al templo y ya ante el crucifijo,
Extendida la mano, María me bendijo
Queriendo que fuese su único elegido.
Púsome otrosí de flores una guirnalda
Con la cual ahora en batalla me respalda
Como si pusiese la mano en mi espalda
O me tuviese de su manto bajo la falda.
Así me hice vasallo de esta María,
Por cuyo nombre y no por mi caballería,
Casi todo el orbe me hace pleitesía,
Loando por mí de María la señoría.
¡Ay superno amor por Dios a mí conferido!
A María en el corazón he recogido
Y Dios firme en mi alma se ha mantenido:
¿Qué soy, pues, si no del amor verdadero nido?»
NARRADOR
Florisel, cuando así de declamar dejaba,
Del gozo honesto de su amor se desmayó,
Habiéndose ya marchado de la huerta el sol;
Luego del amante la luna se compadeció:
Comunicándole su luz ahí do estaba,
Del empíreo le bajó un bello girasol.
Florinda pues y Parménides, cumplido su rol,
Deciden acompañar al pío desmayado
Y, habiendo puesto sendos mantos a su lado,
Ahí se acuestan, a adamarse resueltos,
Durmiendo con sus cabellos por el pasto sueltos.
Linguistic Apparitions
\Oleksii Shebanov '26
“Мова”
Часом вона любила ходити в липові гаї
Поміж скрипучих звіробоїв та полинів,
Там, де бортники розставляли свої пастки,
Там, де хлібороби їхали з полів.
В горобинах вона їла соковитий інжир,
Що дощами омивав її тіло,
Що винами у її кишенях зрів,
Віддаючи пожовкле вечірнє світло.
Танцювала вона у степових вітрах,
Що розливали золотий мед по землі,
Що співали між зеленого гілля,
Обгортаючи озера у літні сни.
Повертаючись довгими місячними стежками,
У своїх руках вона несла щільники й пил,
Що глиною ставали між зітханнями,
Що сіллю розчинялися у гуркоті хвиль.
Як би її не кликали й називали,
Відповідь її блищала в очах,
Що завжди про щось питали,
Що дивились і зупиняли час.
“Поля”
На полях завжди залишається найважливіше:
Духмяність зерна, як примітки у тексті,
Говорить своїм теплом про щось інше,
Виводить на втомлених комбайнах силуети.
У їхніх кабінах осідає його мова,
Залишаючись на склі й між сидінь.
Вночі вона спить, а вдень — говорить
Тихою зерновою говіркою сновидінь.
Тоді зупиняється відомий нам час,
І значення слів купається в серпні,
І комбайнери сідають грати в пасьянс,
І вони вже ні в чому не певні.
Ітимуть по тому зливи жовтневі,
Проймаючи чорноземи стиглою мовою;
Від запаху й пилу омиваючи комбайнерів.
Навесні вони знову йтимуть цією дорогою.
"Міждзеркалля"
Серпень місяць. Безіменний аеропорт.
Тисячі людей і сотні мов.
Вітер летовища відлунює у голові,
Спливають твої хвилини й дні.
Вино й паштет французьких авіаліній,
На крилах формується іній.
Історія залишається на злітній смузі,
Як кров і жаль, як інші люди.
Далі будуть сльози й піт,
Боїнг виходить у черговий політ.
Тепер нема назад вороття,
Головне - молитовник і віза твоя.
Літаком висять криві дзеркала,
Турбулентність - тепер буденна справа.
Молись й мовчи, поки є слова,
В них напишеться біблія нова.
Пасажири закривають очі над океаном,
Капітан летить за польотним планом.
Спогади грають в ігри свої,
Як залишені недопалки й книжки.
Сенс ховається в ковдрах airfrance,
Сенс перелітає крізь Ла-Манш.
Усе, що ти маєш, - це твій багаж
І видрукований у візі перебування час.
Далі буде паспортний контроль,
Не згадуй майбутнє і свій бандероль -
Говори про причини й логічні зв'язки.
Твої теплі речі й щити.
Уночі повертайся до ввезених молитов.
Скільки б ти не знав діалектів і мов,
Лише однією говоритимеш про любов,
Лише одна опише весь піт і кров.
Пам'ятай про вітри з океанів й аеропортів,
Про них ще матимеш безліч снів.
Пам'ятай, що вони давно не такі,
Щоб не було печалі й зайвих мрій.
Життя емігранта коротке й нетривке.
Ніколи не вимовляй прокляття це.
Хай не забуваються залишені слова,
Хай поверне назад дорога твоя.
“Language”
Sometimes she loved to walk in the linden groves
Among the creaking St. John's worts and wormwood,
Where the birdcatchers set their traps,
Where the farmers drove from the fields.
Between rowans, she ate juicy figs,
Which washed her body with rains,
Which ripened with wines in her pockets,
Giving back the yellowed evening light.
She danced in the steppe winds,
Which spilled golden honey on the ground,
Which sang between the green branches,
Wrapping the lakes in summer dreams.
Returning along long moonlit paths,
In her hands, she carried the honeycombs and dust,
Which became clay between sighs,
Which dissolved into salt in the roar of the waves.
No matter how they called and named her,
The answer shone in her eyes,
Which always asked about something,
Which looked and stopped time.
“Fields”
In the fields, the most important thing always remains:
The fragrance of grain, like notes in the text,
Speaks with its warmth about something else,
Drawing silhouettes on tired combines.
In their cabins, his language settles,
Remaining on the glass and between the seats.
At night, she sleeps, and during the day, she speaks
In the quiet grain language of dreams.
Then the time we know stops,
And the meaning of words bathes in August,
And the combine harvesters sit down to play solitaire,
And they are no longer certain of anything.
October showers will follow,
Sweeping the black soil with ripe language;
Washing the combine harvesters from the smell and dust.
In the spring, they will walk this road again.
"Between Mirrors"
August. Nameless airport.
Thousands of people and hundreds of languages.
The wind of the airport echoes in the head,
Your minutes and days float by.
Wine and pâté of French Airlines,
Frost forms on the wings.
History remains on the runway,
Like blood and regrets, like others.
There will be tears and sweat ahead,
The Boeing takes off on another flight.
Now there is no turning back,
The main thing is a prayer book and your visa.
Crooked mirrors hang from the plane,
Turbulence is now an everyday thing.
Pray and be silent, while there are words,
A new bible will be written in them.
Passengers close their eyes over the ocean,
The captain flies according to the flight plan.
Memories play their games,
Like abandoned cigarette butts and books.
Meaning hides in airfrance blankets,
Meaning flies across the English Channel.
All you have is your luggage
And the time printed on your visa.
Next will be passport control,
Don't mention the future and your parcel -
Talk about reasons and logical connections.
Your warm things and shields.
At night, return to imported prayers.
No matter how many dialects and languages you know,
Only one will speak of love,
Only one will describe all the sweat and blood.
Remember the winds from the oceans and airports,
You will still have many dreams about them.
Remember that they are no longer the same,
So that there is no sadness and unnecessary dreams.
The life of an emigrant is short and fleeting.
Never pronounce this curse.
May the words left behind not be forgotten,
May your path return.
An Ode to 21 Whitehall / La Oda a 21 Whitehall
Maya Martinez '28
An Ode to 21 Whitehall
i’m not a religious person but if heaven exists i know it would look like your sunlit kitchen where time seemed to move like a fly caught in amber and your hands, calloused from years of hard work and unshed tears, yet as soft as julio’s crooning from the old stereo, knead pillowy empanada dough on the warm oak table, this is the place where wine flows like water, its comforting lull rocking me to sleep like ocean waves on a clear night, where generations perch
atop the tawny wood piano that hasn’t been played since 1987, it’s out of tune, but it doesn’t matter, the merciless banging of chubby toddler fists on discordant keys followed by the sweet giggles of promise make me smile, this is a house of ghosts, yet i have never felt so alive, kicking around a soccer ball, racing through the yard in my beat-up chuck taylors, little feet following in my footsteps, laughter floating in the breeze like birdsong.
La Oda a 21 Whitehall
no soy una persona religiosa pero si el cielo existe, sé que parecería a tu cocina iluminada por el sol donde el tiempo parecía moverse como una mosca atrapada en ambár y tus manos, callosas de años de trabajo duro y lágrimas sin derramar, pero tan suave como el cantureo de julio del estéreo viejo, amasan masa de empanada suave en la cálida mesa de roble, este es el lugar dónde el vino fluye como agua, su respiro reconfortante me está meciendo a dormir como olas del océano en una noche clara, donde las generaciones se sientan encima del piano de madera leonada que no se ha tocado desde 1987, está desafinado, pero no importa, el golpe despiedado de los puños regordates de niños en teclas discordantes seguidos de las dulces risitas de promesa me hacen sonreír, esta es la casa de fantasmas, pero jamás me siento viva, pateando la pelota de fútbol, corriendo por el patio, mis chuck taylors viejos, piececitos siguiendo mis pasos, la risa flotando en la brisa como el canto de los pájaros.