Yo no sé qué está pasando parece quieren cambiarme
a ese hombre que llevo dentro y que vive en cada gente.
Yo no sé si ya no escucho o si es El quien me habla menos
lo que siempre fue su canto hoy siento que es mi llanto.
El hombre que yo conozco no es de espuma y vanidades
siempre libre y verdadero son sus ojos diferentes.
Cuando llama es un susurro cuando calla una tormenta
una brasa cuando ama cuando siente es un torrente.
Eres Jesús el carpintero el de alegrías y quebrantos
de pobres y afligidos de mi canto y el de tantos.
Jesús amor, Padre, ternura Dios del pan, Dios del madero,
Señor de la esperanza eres el hombre que yo espero.
El otro, el que quieren imponerme es de piedras y mentiras
sólo compra, suma y vende es de hielo y amargura.
Yo no quiero parecerme a eso que llaman el hombre
el hombre es uno y desde siempre en El creo y quiero verle.
Eres Jesús el carpintero…
Padre, amigo hermano bueno el de alegrías y quebrantos
de pobres y afligidos de mi canto y el de tantos.
Jesús, amor , Padre, ternura Dios del pan, Dios del madero
Señor de la esperanza eres el hombre verdadero”
Eduardo Gatti
Luna de Primavera (White)
Y LE PREGUNTÉ A LA LUNA,
Y LE PREGUNTE A LA LUNA,
QUÉ ES LO QUE HIZO JESÚS,
ANTES DE ASUMIR LA CRUZ,
QUÉ ES LO QUE HIZO MI REY,
QUÉ ES LO QUE HIZO POR MÍ,
DIME LUNA TU QUE VISTE,
A DIOS EN GETSEMANÍ.
Fue una noche oscura, como todas las demás,
Es más, lo que pasó... nadie pudo imaginar,
Acabaron de cenar, y Jesús se fue a rezar,
Hasta ahí nada era nuevo, hasta ahí todo normal.
O así es como lo vi, yo que por las noches vuelo,
Yo que junto a las estrellas, vigilaba desde el cielo,
Y te cuento amigo mío, que lo que siguió fue nuevo,
Que jamás yo había visto, a Jesús en desconsuelo.
Lo recuerdo demasiado bien! Con mucha nitidez...
Lágrimas caían, por su delicada tez,
Y en vez de socorrerle, sus amigos dormían,
No es que fuera su culpa, sino que nada sabían.
Y morían las estrellas, al contemplar la agonía,
Todo se estremecía, la primavera... fría,
Y un Corazón ardiendo, hasta el dolor más intenso,
Un Corazón en lucha, fruto de un Amor inmenso.
Y fue tenso el momento, tanto que quise no ver,
Quise no ser Luna llena, para no ver perecer,
Al Jesús de mis amores, al Jesús de tus amores,
Al que combatió a la muerte, y venció nuestros temores.
Intenté no ser cobarde, para no cerrar los ojos,
Y vi que en vez de sudor, sangraba por los poros,
Tal era su tristeza, que estaba moribundo,
Y su alma y Corazón, entregaba por el mundo.
Y LE PREGUNTÉ A LA LUNA,
Y LE PREGUNTE A LA LUNA,
QUÉ ES LO QUE HIZO JESÚS,
ANTES DE ASUMIR LA CRUZ,
QUÉ ES LO QUE HIZO MI REY,
QUÉ ES LO QUE HIZO POR MÍ,
DIME LUNA TU QUE VISTE,
A DIOS EN GETSEMANÍ.
Continuo memorando, lo que aconteció aquel día,
Las palabras que brotaron, en medio de la agonía,
Palabras escritas, con el llanto del Espíritu,
Grabadas en la luna, despertar de mi inquietud.
Mi Corazón no aguanta, mi alma se desangra,
la carga me hace mella, y es demasiado amarga,
¿Qué cargas en el alma? Le pregunté a Jesús,
y me dijo que el pecado, que habías causado Tú.
Y al mencionar tu nombre, en medio de ese dolor,
En sus ojos pude ver, dos gotas frescas de Amor,
De ese Amor que anhelamos, cada día con clamor,
De ese Amor que aquel día, por la noche se entregó...
Y menguó mi cara... la faz de la Luna llena...
Al contemplar la escena, se me contagió la pena,
Y verás ese día, en medio de tantos llantos,
Tan sólo había un ángel, que le confortó con cantos.
Y Jesús de rodillas, con las manos en la cara,
Empapada de llorar, a su Padre le rogaba,
Abba, Padre... aléjame este cáliz,
pero si es tu voluntad, haz que sea todo más fácil.
Y en ese momento, Él me contempló en el cielo,
Y me dijo, oye Luna, sólo diles que les quiero,
No les cuentes que he sentido, gran angustia y pavor,
Háblales de redención, diles que fue por Amor.