La bomba del Liceu

"Cuando se estaba cantando el segundo acto de la ópera Guillermo Tell a las diez y cuarto de la noche sonó una detonación fuerte.

Sonar una detonación y oirse un clamoreo espantoso fue una misma cosa y se siguieron carreras de gente que huia alocada, sin saber lo que sucedía

Aumentaba la pavura de aquella escena la semioscuridad que reinaba en la inmensa sala.

Allí, entre la madera astillada y el terciopelo desgarrado, se veía un montón de cadáveres.

Se supuso, por el número de heridos y muertos que ha ocasionado, que la bomba era de gran tamaño ó contenía además del explosivo, abundante carga de metralla.

(La Vanguardia", 8 de novembre de 1893.)