006) 2011 Periódico EL BARRIO. Daniel Caruso, Promoción CRYS 69. Del Reconquista a la NASA

EL BARRIO - Domingo 3 de Julio de 2011

El ingeniero Daniel Caruso lideró el lanzamiento de un satélite argentino científico

Del Reconquista a la NASA

Ex alumno del colegio de Villa Urquiza, lleva tres décadas dedicado al desarrollo de satélites. Se desempeña en la CONAE, la agencia espacial argentina, que el pasado 10 de junio puso en órbita el SAC-D/Aquarius con un cohete norteamericano. Su misión será observar el planeta y obtener nuevos datos sobre el fenómeno del cambio climático. Aquí habla de la influencia escolar y recuerda a compañeros y profesores.

Por Marcelo Benini

La noticia fue sorprendente, tanto como la escasa cobertura que le dieron los medios. Fue el lector Eduardo Rodas quien nos alertó del asunto, advertido a su vez por su compañero Edmundo Borrelli, debido a que el protagonista principal del tema estaba directamente vinculado a Villa Urquiza. La reproducción del correo electrónico nos exime de mayores aclaraciones:

“Con mucho orgullo queremos informarles que el ingeniero Daniel Caruso, de la Promoción 1969 del Colegio Nº 12 ‘Reconquista’, es el director de proyecto argentino de lanzamiento del satélite SAC-D/Aquarius. Este es desarrollado en conjunto por la NASA y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), de Argentina, con la participación de las agencias pares de Francia, Italia y Brasil. El objetivo científico de la misión es observar la Tierra con el fin de obtener nueva información sobre el fenómeno del cambio climático, mediante la medición de la salinidad superficial de los mares a escala global. El SAC-D/Aquarius debe también identificar los puntos calientes en la superficie del suelo con el propósito de colaborar en la elaboración de la cartografía de riesgo de incendios, así como realizar mediciones de humedad del suelo para prevenir, mediante alertas tempranas, inundaciones y otras catástrofes naturales”.

Previsto para el día 9 de junio a la 07.20 (11.20 de Argentina) desde la Base Vanderberg de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, en California, el lanzamiento del SAC-D/Aquarius finalmente se concretó un día después. Tras unas breves gestiones con sus ex compañeros de secundaria, logramos una extensa entrevista con Daniel Caruso en la que aportó interesantes detalles de la misión espacial. Un logro que pone a Argentina apenas detrás de Estados Unidos, Canadá y Brasil, los países más desarrollados del continente en esa fascinante materia.

-El 10 de junio fue lanzado el satélite argentino SAC-D/Aquarius. Coméntenos qué rol tuvo usted en el proyecto, algunos detalles de la operación y en qué porcentaje fue obra de nuestro país, ya que sabemos que participaron la NASA y otras naciones. Además, ¿cuál es su formación profesional y dónde la desempeña?

-Yo soy el Jefe del Proyecto SAC-D. La organización del proyecto en general consta de un esquema tipo espejo, ya que hay un responsable del lado de NASA, el Jefe de Proyecto Aquarius, que es mi contraparte. Me desempeño en la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), que podría decirse es la agencia espacial argentina. Egresé del glorioso Reconquista en 1969 y en 1979 me recibí de Ingeniero Electromecánico, con orientación electrónica, en la Facultad de Ingeniería de la UBA. Como había pedido prórroga, en 1980 hice el servicio militar en la Fuerza Aérea y me destinaron a la entonces Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE). Cuando me dieron de baja me contrataron en la CNIE.

-¿Qué antecedentes tiene en el desarrollo y lanzamiento de satélites?

-Estoy en el tema desde 1981. En 1983 estuve en Francia participando del diseño de un satélite para radioaficionados y desde prácticamente 1987 participo de la interacción con la NASA en distintos proyectos.

-¿Qué puede decirnos de este último, el SAC-D/Aquarius?

-En nuestro país se diseñó el 80 por ciento del satélite y el 100 por ciento del sistema de tierra. También se construyó el 65 por ciento del artefacto, que tiene ocho instrumentos: uno norteamericano, uno italiano, uno francés y cinco nacionales. Es un proyecto de aproximadamente 380 millones de dólares, 280 de ellos cubiertos por Estados Unidos, 65 por Argentina, 20 por Italia, 10 por Francia y tres por Brasil. Además, la plataforma de servicios del satélite (todo lo que permite que los instrumentos puedan desarrollar su misión, la estructura y los subsistemas de provisión y almacenamiento de la energía eléctrica, de comunicaciones con tierra, de manejo de datos y control a bordo, de control de la orientación del satélite en su órbita y de control térmico del ambiente en que cada equipo operará) fue enteramente diseñada en Argentina, aunque algunos de sus equipos se compraron en el exterior. Con el lanzamiento no terminó mi función. Un proyecto satelital, en general, se divide en distintas fases y se definen en forma clara la organización y los roles. Algunas de las fases en que se dividió este proyecto fueron las siguientes: diseño preliminar, diseño de detalle y construcción, ensayos de los equipos que componen cada uno de los subsistemas e instrumentos del satélite y de los equipos que conformarán el sistema de tierra (estaciones de comunicaciones, centro de control, unidades de almacenamiento y distribución de datos).

-¿Cómo ha sido el comportamiento del satélite luego de las primeras órbitas?

-Hasta mediados de agosto ensayaremos todos los equipos para determinar una condición inicial concreta, desde la cual se comienza con la operación rutinaria. Durante esta fase yo continúo siendo el Jefe del Proyecto y al finalizar la misma le transferiré mi responsabilidad a una persona de la CONAE, que se desempeñará como Jefe de Operaciones por el resto de la vida útil del satélite. Durante esta fase de chequeo se comienzan a encender, uno por vez, los instrumentos que desarrollarán la misión y se evaluará su desempeño ajustándose lo que puede ajustarse a través de telecomandos. La última fase es la operacional, durante la cual cada uno de los instrumentos produce la información para la cual fue diseñado y construido (N. de la R.: Ver recuadro aparte).

-¿Cuántos años insumió el proyecto SAC-D/Aquarius y de qué manera se concretó?

-La fase de diseño preliminar comenzó a mediados de 2004 y se completó en agosto de 2005. El diseño de detalle se completó entre mediados de 2007 y mediados de 2008. La construcción y ensayos de los equipos, algunos de los cuales se adquirieron a empresas extranjeras, se completó aproximadamente en noviembre de 2009. La integración y ensayos funcionales del satélite finalizaron en junio de 2010. En ese momento el satélite y todo su equipo de apoyo se trasladaron a Brasil. Allí, en un laboratorio del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais, la agencia espacial brasileña, se completaron los ensayos de calificación ambiental del satélite en marzo de 2011. Lo mismo se había hecho con los otros tres satélites previos diseñados por la CONAE. A fines de marzo llegamos a la base de la Fuerza Aérea de Estados Unidos de Vandenberg, en California. Desde allí fue lanzado, mediante un cohete Delta II, el 10 de junio último. El diseño y la construcción de la plataforma de servicios se contrataron con la empresa argentina INVAP. La integración eléctrica de los paneles solares del satélite y las verificaciones funcionales de los mismos se llevaron a cabo a través de un convenio con la Comisión de Energía Atómica; aquí CONAE invirtió equipando un laboratorio específico para tal fin y favoreció la formación de un núcleo de profesionales a través de convenios con Italia en misiones satelitales previas.

-¿Ya comenzó a enviar información el satélite?

-El satélite comenzó a enviar información desde el instante mismo de su lanzamiento, una hora después de que el cohete despegó de la Tierra. Los datos que generó hasta el presente son de ingeniería, es decir del estado operativo de los distintos subsistemas de la plataforma de servicios. Una vez completada esta etapa se comenzará con las maniobras de propulsión que permitirán colocar al satélite en su órbita definitiva; el lanzador supuestamente lo colocó allí, pero tiene un error de inyección que se compensará con estas maniobras. A partir de ese momento, aproximadamente para el 10 de julio, se comenzará a encender uno a uno los instrumentos, los que comenzarán a brindar la información correspondiente.

-¿Qué importancia tiene en el escenario internacional este logro argentino? Para tener una referencia, ¿qué cantidad de satélites se lanzan cada año al espacio y cuántos son de las características del SAC-D?

-En América hay cuatro países con capacidad de diseño y construcción de satélites, según mi conocimiento: Canadá, Estados Unidos, Brasil y Argentina. En cuanto al número que anualmente se lanza al espacio, no puedo precisarlo puesto que existe una cantidad de satélites militares de los que no se conoce prácticamente nada. En cuanto a las misiones civiles, puedo estimar que alrededor de cinco o seis por año son del porte del SAC-D/Aquarius. Con respecto a la importancia de nuestro proyecto, vale mencionar que esta es la primera misión de la División de Ciencias de la Tierra de la NASA que se lanza este año.

-¿Cómo se posiciona nuestro país en la región en materia aeroespacial? ¿Qué otros proyectos tiene la CONAE?

-Creo que estamos muy pero muy bien. En la región sólo Argentina y Brasil cuentan con estas capacidades. En su momento Chile tuvo un satélite, pero según entiendo fue un proyecto aislado y no he conocido de continuidad en la materia. CONAE tiene tres proyectos satelitales en distinto grado en cuanto al desarrollo logrado: un proyecto llamado SAOCOM, que consta de dos satélites más grandes que el SAC-D con un Radar de Apertura Sintética como instrumento principal, para observación de la Tierra; un proyecto llamado SARE, que se basa en satélites modulares más bien pequeños (rango de 200 a 400 kilos, contra los 1.400 del SAC-D) para misiones específicas, principalmente con cámaras multiespectrales según conozco. También existe un proyecto con Brasil denominado SABIAMAR, para el estudio costero.

-Tengo entendido que éste es el cuarto satélite de la serie SAC que diseñó nuestro país. ¿Cuándo fueron lanzados los anteriores y qué los diferenciaba de este último? ¿Participó de los otros tres? Concretamente, ¿el SAC-D es el más importante de todos?

-Del primero de los proyectos fui el Ingeniero de Sistemas. Algo así como el médico clínico, sin especialidad concreta, pero que es responsable de la coordinación técnica de todos los subsistemas e instrumentos, así como también de la parte de tierra. Este fue el SAC-B, que se lanzó en noviembre de 1996. El segundo del que participé en sus inicios fue el SAC-A, que finalmente se lanzó en diciembre de1998. Del tercero no participé: fue el SAC-C, que se lanzó en diciembre de 2000. En esos momentos me asignaron tareas en el ámbito de la cohetería, dentro de un programa de la CONAE que se denomina Acceso al Espacio. El SAC-D es el satélite de mayor complejidad y de mayor envergadura de los cuatro. Por ejemplo, pesa casi tres veces más que el mayor de los otros tres, mide aproximadamente 2,5 veces más que el mayor de los otros tres y tiene una capacidad de almacenamiento de datos que es cuatro veces más amplia que el mayor de los otros tres.

-¿A qué altura orbita el SAC-D/Aquarius y a qué velocidad se desplaza?

-El satélite orbita a 657 kilómetros de altitud, en una órbita cuyo plano forma un ángulo de aproximadamente 82 grados con el plano del Ecuador. La velocidad lineal del satélite es de aproximadamente siete kilómetros por segundo. El combustible que lleva a bordo se llama hidracina, que tiene un impulso específico razonable y no pierde sus propiedades con el tiempo; es decir que puede estar almacenado durante muchos años y seguir contando con las propiedades iniciales sin demasiadas alteraciones. Este combustible líquido está en un tanque dentro del satélite y se encuentra a presión, aproximadamente a 14 atmósferas. Este tanque está unido a una serie de cañerías en las cuales existen unas válvulas, para finalmente terminar en ocho toberas. Por el principio de acción y reacción, el cuerpo del satélite se mueve en sentido contrario a la expulsión de los gases. Este es el principio que se utiliza para controlar y mantener la altura y el plano de la órbita. Ojo que el satélite tiene esta velocidad tan grande desde el momento de su inserción en la órbita y esa velocidad se la dio el lanzador Delta II.

-¿Qué vida útil tiene el satélite y que sucederá con él una vez que deje de operar?

-La vida útil de diseño de la misión es de cinco años, es decir está todo calculado, con margen en combustible, energía y redundancia de equipos, para que viva, si no hay fallas catastróficas inesperadas, durante esos cinco años con todas las funciones actuales. El SAC-A y el SAC-B ya se desintegraron, puesto que a medida que los satélites reingresan en la atmósfera, por la alta velocidad y el rozamiento con el aire, se calientan muchísimo. El SAC-C, que fue lanzado en diciembre de 2000 y tenía una vida útil de diseño de cuatro años, todavía está en órbita. Es como un viejito; tiene algunas funciones que no andan del todo bien pero todavía tira.

-Sabemos que es parte de la Promoción 1969 del Reconquista, un colegio público de Villa Urquiza. ¿Cuánto influyó ese establecimiento en su posterior formación profesional? ¿En aquel tiempo ya tenía la mirada puesta en el espacio?

-Creo que todos somos el resultado de lo que “mamamos”. Seguro que el glorioso Reconquista influyó y mucho. Pero en aquel momento no pensaba en el espacio, me interesaba la ingeniería y sobre todo la electrónica.

-¿A qué profesores y compañeros recuerda?

-Recuerdo a muchos compañeros, varios de ellos amigos con los cuales nos queremos, nos juntamos y nos tratamos exactamente igual. Sólo para mencionar algunos que quisiera salgan en la nota: Tito Formentini, el tano Donadío, Charlie Carlos García, Carlitos Russo, Ricardo Miliddi, Eddy Borrelli, Héctor Bocacci, Gustavo Trombetta, Finito Hermann, el tano Parlagreco, Pestaña Grande, Payuca Vieytes, Tiraboschi, Schotito Schrott, el Sapo Saposnik, Tebu Bendersky, el gordo Dorso, Cuqui Cuchiara, Cufaro, Diaco, el gordo Hernández, el inglés Richard, el loco Castiglione, Cleto Kletnicki, Chirola Bianco, Romero, Barrios, Huguito Spampinatto, Vravec... Frente a los nombres anteriores, yo debiera firmar como Chupete. De los profes puedo mencionar a Moldes, Cacha Cornejo, Paz, Ferri, Trucco, Del Aguila, Bianggioni, Scocozza, Cristóbal Sana, Escurra Medrano, Alvarez, Tortarolo, Morrow y Curto. Entre los preceptores, a Terzano, Marufo, Tachini y Paradiso. También evoco a los directores Guerrini, Moreno y Durruti y no me olvido del querido Francisco, portero del cole.

-¿Siguió ligado a Villa Urquiza o a partir de 1969 su vida tomó otros rumbos?

-Vivía con mis padres, abuela y tía en el límite entre Villa Devoto y Villa Pueyrredon, cerca de San Martín y Mosconi. Espero que se entienda, pero también vivía en la calle como todos o casi todos los muchachos y eso transcurría entre Devoto y Villa Urquiza. Seguí ligado al barrio aun viviendo en Flores. Nos juntamos con los muchachos cada dos meses más o menos y es significativo que, aunque varios vivimos relativamente lejos, el punto de encuentro es Villa Urquiza o a lo sumo Villa Pueyrredon.

Un verdadero laboratorio espacial

El satélite SAC-D posee diversos instrumentos de aplicación científica, que operarán desde su órbita a 657 kilómetros de altitud. Este es el detalle de cada uno de ellos:

Instrumento Aquarius (Estados Unidos). Proporciona datos de temperatura de brillo de la superficie del mar, que luego de un procesamiento aportará datos de la salinidad. Esta información permitirá, con el agregado de otras variables, comprender en mayor detalle cómo se comporta el ciclo de agua -evaporación en el océano, formación de nubes, precipitaciones en ríos- contribuyendo al conocimiento de lo que se llama cambio global. El Aquarius permitirá generar un mapa de salinidad superficial del mar para todo el globo terrestre cada semana, aunque se piensa emitir uno mensual con el promedio semanal obtenido.

Instrumento Rosa (Italia). Mediante técnicas de radio-ocultación, utilizando las señales provenientes de los satélites GPS, proporcionará perfiles de temperatura, presión y humedad atmosféricos.

Instrumento Carmen-1 (Francia). Tiene detectores para determinar el efecto de la radiación en componentes electrónicos a nivel de la órbita del satélite y para “medir” la densidad de la “basura espacial”.

Instrumento MWR (Argentina). Proporcionará datos de velocidades de viento superficial, parámetros atmosféricos en el océano (mejora la estimación proporcionada por el Aquarius) y permitirá seguir hielos suspendido en el mar, por ejemplo los desprendimientos cercanos al Polo Sur, para la navegación.

Instrumento NIRST (Argentina). Es una cámara térmica que mide la temperatura superficial del mar y permite además el seguimiento de incendios y volcanes. Como mide la temperatura superficial, puede llegar a proporcionar alertas tempranas sobre volcanes y detección temprana de incendios forestales.

Instrumento HSC (Argentina). Es una cámara “blanco y negro” de alta sensibilidad, que puede detectar una zona iluminada de baja intensidad sobre un fondo oscuro. Una cámara similar de menores prestaciones está volando en el SAC-C y su utilización, para la detección de pesqueros furtivos en el sur del Mar Argentino, se piensa continuar con el SAC-D.

Instrumento DCS (Argentina). Consta de un receptor de UHF a bordo que permite recolectar información generada por plataformas automáticas distribuidas en la Tierra con la finalidad de concentrar y distribuir esa información. Serviría para monitoreo de estaciones de medición de parámetros climáticos y de gasoductos. Un instrumento similar está volando en el SAC-C.

Instrumento TDP (Argentina). Es un instrumento con un propósito tecnológico. Consta de un giróscopo y un receptor GP, con la electrónica asociada, desarrollados y construidos en el país. Se busca evaluar el comportamiento en órbita, bajo los efectos de la radiación y en vacío para su futura utilización en otras misiones espaciales.