Contaminación por plaguicidas en Panama

El Inventario Nacional de Plaguicidas COPs ha estimado la existencia de al menos 6.75 toneladas de plaguicidas COPs distribuidos de la siguiente forma: 3,3/ton. esparcidas en todo el territorio nacional, 3.4/ton almacenadas en una bodega del MINSA en la comunidad de Bejuco; y 310.37/kg que se encontraron en las empresas LAFSA y DEHASETH. Por carencia de datos, el Inventario no ha logrado establecer con exactitud los sitios contaminados (ha identificado posibles sitios) por el enterramiento de envases vacíos, ni los ingresos de plaguicidas prohibidos desde la Zona Libre de Colón y la frontera con Costa Rica. No se tiene información precisa de los stocks de plaguicidas de uso sanitario y doméstico que incluyen COPs, aunque se ha confirmado en el año 2007 se distribuyeron medicamentos que contenían Lindano, de amplio uso entre la población infantil.

Una prolongada exposición a los Plaguicidas COPs.

La existencia de dos enclaves: la Zona del Canal de Panamá y la Plantación Bananera en Bocas del Toro/Chiriquí, fueron factores determinantes para la utilización masiva e indiscriminada de los plaguicidas COP de uso sanitario y agrícola, especialmente el DDT, durante gran parte del siglo XX. Centenares de miles de panameños se vieron expuestos, en forma sistemática y prolongada, a rociados de sustancias altamente tóxicas, sin que a la fecha existan estudios científicos que hayan establecido la magnitud de los impactos a la salud y el ambiente. Como resultado de esta situación, en todo el territorio nacional se encuentran plaguicidas obsoletos y envases contaminados cuyo almacenamiento y disposición final es una de las principales tareas ambientales pendientes, así como sitios que requieren ser saneados.

El uso extensivo de Dieldrín y DDT.

En 1946 el Laboratorio Gorgas probó DDT 5% diluido con kerosene, aplicando tres galones por vivienda en los poblados de Guayabalito y Santa Rosa en las riberas del Río Chagres. Luego de este experimento, a partir de 1947 se inició un programa extensivo de rociamientos intradomiciliarios en los principales centros urbanos y rurales[i].

Durante 5 años entre 1957 y 1961, en la denominada “fase de ataque” (erradicación) contra la malaria, se empleó el Dieldrín (DLN) grado técnico (GT) al 5% en ciclos anuales con dosis de 0.6 gr GT/m2. Existe certeza de que la década de 50 del siglo XX, durante 4 años, de acuerdo con el Inventario Nacional de Plaguicidas COP, incluso las viviendas de comunidades alejadas del área del Canal (Las Minas, Los Pozos, Chitré, Pesé y Monagrillo en la provincia de Herrera, y luego en Macaracas de Los Santos), fueron rociadas con Dieldrín.

A partir de 1962 el Dieldrín fue sustituido por el DDT, pues no logró interrumpir la transmisión de la malaria, en cambio afectaba a los animales domésticos y la población lo rechazó por su toxicidad. El DDT (2 grs/m2) fue aplicado en ciclos semestrales, pero desde julio de 1970 el rociado, con la misma dosificación, fue realizado trimestralmente para asegurar períodos cortos y con mayor protección domiciliar en las áreas de persistencia de la transmisión.

Entre 1967 y 1971 se realizaron al menos 14 ciclos (anuales, semestrales o trimestrales) de rociamiento de DDT, con 190,000 aplicaciones aproximadamente en cada ciclo, afectando de manera directa, en promedio, 700,000 habitantes y 8,500 viviendas en cada ciclo, concentrándose en las áreas con mayor incidencia malaria En 1971 la zona responsiva comprendía 8,367 localidades con 201.507 casas donde vivían 1.333.254 habitantes, lo cual representaba más del 89% de las localidades, casas y habitantes del país.

El área ataque (con rociamientos semestrales) comprendía 51 de 66 Distritos. Dichos distritos abarcaban, aproximadamente, más del 95% de las Provincias de Chiriquí, Coclé, Herrera y Bocas del Toro, el 85% de la Provincia de Los Santos, el 0% de las Provincias de Panamá y Colón, el 60% de la Provincia de Veraguas, el 50% de la Provincia del Darién.

En 1992, un estudio[ii] concluyó que Panamá ocupaba el primer lugar en la región centroamericana en cuanto a la cantidad de plaguicidas por habitante y hectárea cultivada, y el segundo lugar en términos de kilogramos promedio por trabajador agrícola. El consumo anual promedio era de 3 kilogramos/habitante, seis veces el promedio mundial y casi tres veces más que el conjunto de países centroamericanos, en ese momento.

La ATSDR indica que la exposición al Aldrín y Dieldrín ocurre principalmente al comer alimentos contaminados, tales como tubérculos comestibles, pescados o mariscos, acumulándose en el cuerpo después de años de exposición y pueden perjudicar el sistema nervioso. El dieldrín persiste en el suelo y el 50% desaparece solo después de transcurridos entre 4 y 7 años.

Los DDT, DDE, y DDD son degradados rápidamente en el aire por la luz solar (2 días o menos). Por sus características fisicoquímicas, el DDT puede transportarse a grandes distancias y ello ha originado su distribución global; se ha encontrado DDT y sus metabolitos DDD y DDE aún en lugares donde el insecticida no ha sido aplicado, tal y como ocurre en el Ártico

Pero mientras se degrada con rapidez en el aire, se adhiere firmemente al suelo. La mayor parte del DDT en el suelo es degradado lentamente a DDE y DDD por microorganismos; la mitad del DDT en el suelo se degradará en 2-15 años, dependiendo del tipo de suelo. La FAO[i] indica que se ha notificado que el 75-100% desaparece del suelo entre 4 y 30 años. El DDT apenas se hidroliza según los informes, y su semi desintegración por hidrólisis se extiende hasta por 12 años.

De acuerdo a los datos anteriores y, considerando que la prohibición de utilizar el DDT se estableció de hecho en 1986 (aunque las existencias en inventario se siguieron utilizando hasta 1997), en el mejor de los casos la completa degradación en el suelo de esta sustancia se alcanzó o alcanzará entre 1988 a 2001 (ATSDR) o entre 1990 a 2016 (FAO). Un estudio realizado en México[ii] mostró que el efecto residual se presenta en las paredes y techo, como consecuencia de la adhesión del insecticida a los materiales. Además, la fumigación causa la contaminación del piso y entonces diversos escenarios pueden presentarse si éste es de tierra o de cemento.

Los sujetos de mayor riesgo son el niño y la mujer ama de casa. El niño puede exponerse por la ingesta de suelo o bien, por la exposición dérmica a través del contacto directo con los materiales. La mujer ama de casa, se contaminaría sobre todo por la exposición dérmica. Asumiendo que la degradación en interiores podría ser más lenta, la persistencia del DDT al interior de las viviendas sería mayor.

En Panamá. J. Espinosa[iii] (1986) verificó la presencia de residuos de DDT en leche materna, en las tierras altas de la Provincia de Chiriquí. Según este autor, la leche materna de las madres panameñas estudiadas contenían entre 0.1y 7.3 ppm de DDT en forma de p,p´-DDT y el metabolito p,p´-DDE. Otros estudios confirmaron la presencia de plaguicidas COPs en productos agrícolas y alimentos[iv]. Sin embargo, se requieren de más estudios para identificar los posibles graves daños ambientales (contaminación de suelos y plantas) y a la salud (contaminación en sangre) en las áreas que fueron expuestas a un gran impacto con estas sustancias.

El Inventario Nacional de Plaguicidas, 2007, identificó 16 sitios que están contaminados con plaguicidas y potencialmente contaminados con plaguicidas COP que cubren un área de 74,050 m2, de los cuales 44, 000 m2 se localizan en las propiedades de las empresas bananeras Boca Fruit Company y COOPEMUSAR, R.L y 30,050 m2 en los predios de instituciones gubernamentales y privadas en las provincias de Veraguas, Herrera y Los Santos. El 68% (50,000 m2) del área contaminada lo coupan dos vertederos a cielo abierto, mientras que el restante 32% (24,050 m2) consisten en bodegas.

Posible utilización de plaguicidas COPs en áreas agrícolas a pesar de su prohibición.

No existen evidentes recientes de utilización de plaguicidas COPs en las plantaciones azucareras, pero en 1994 Rodríguez, J.A. y Lamoth, L.[v] examinaron 229 muestras de 32 cultivos de las provincias de Coclé, Chiriquí, Herrera, Los Santos, Veraguas y Panamá. Los análisis, que se realizaron en el Laboratorio de Sanidad Vegetal del Ministerio de Agricultura de Costa Rica, indicaron que el 22% de las muestras contenían residuos de plaguicidas y el 20% de estas correspondían a plaguicidas COP. El hallazgo resultó alarmante pues la importación de DDT, dieldrín y HCB estaban prohibidos desde 1986, cuando se produjo la última importación.

En las Subcuencas de los Ríos Indio y Miguel de la Borda/Caño Sucio se han encontrado residuos de plaguicidas COPs (Véase la Tabla No. 1). En estas subcuencas la economía descansa en la agricultura de granos básicos y tubérculos, los cultivos permanentes, hortalizas, legumbres y vegetales y la ganadería, la caza, silvicultura, pesca y otros.

El MINSA, con financiamiento del GEF, ha contratado a la empresa francesa TREDI Ltda, para que proceda a envasar y trasladar en el año 2007, el DDT y el Lindano y otros residuos peligrosos existentes en la Bodega de Bejuco, hasta una cantidad de 5 toneladas, para su incineración en su planta en Francia, como parte del Programa sobre Alternativas Sustentables al DDT en América Central y México[i], administrado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), cuya ejecución se encuentra en la fase final.

Desde 2003 a la fecha, este Programa desembolsó al Departamento de Vectores del MINSA la suma de $USA 243,300.00 para financiar personal, capacitación y asistencia técnica, adquisición de equipo y estudios.

En cambio, no existe ningún plan para retirar las cerca de 30 toneladas de plaguicidas obsoletos contaminados con DDT y Lindano. Por consiguiente, la operación con TREDI Ltda. no resuelve el problema de Bejuco. Lo conveniente sería que el gobierno panameño realice un aporte adicional, incluyéndolo en el presupuesto del MINSA, para el retiro de todas las existencias en dicho centro de acopio

Recursos adicionales, además, deben considerar el saneamiento de este sitio, pues el piso, las paredes, el techo y el suelo de este depósito, están contaminados con plaguicidas COP. Este centro de acopio constituye una amenaza para la comunidad de Bejuco, la cual forma parte del Corregimiento de Bejuco (Distrito de Chame). El corregimiento cuenta con una población de 5,375 habitantes (2,280 hombres y 2,750 mujeres), proyectada al 2007 por la Contraloría General de la República.

Entre los riesgos para la comunidad por la presencia de esta bodega, mencionados por el Inventario Nacional de Plaguicidas, se encuentran:

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    • Está debilitado por las pronunciadas grietas de las paredes frontales y laterales, debido a la falta de reforzamiento de las vigas del local de cerca de 6 metros de altura. Además, es afectado por el impacto de la vibración producida por los vehículos que transitan la carretera panamericana, la cual esta a más o menos 100 metros.

    • No tiene letrero de identificación, salvo el logo del Ministerio de Salud.

    • Los productos en el interior carecen de medidas de contención de derrames.

    • Carece de almacenamiento segregado y buena ventilación, por lo que está en condiciones de estrés térmico. No existen 2 metros entre las tarimas de los plaguicidas almacenados.

    • Los plaguicidas están pegados a la pared, cuando la norma señala que deben estar separados de la misma.

    • Está próximo a una establecimiento de venta de comidas (actualmente cerrado), dos residencias y a la oficina del Departamento.

    • El depósito carece de pararrayo y muchos de ellos se formulan en disolventes inflamables.

La comunidad de Tonosí.

En el Vertedero Municipal de Tonosí cerca de 30,000 m2 se encuentran contaminados con envases vacíos de plaguicidas, y posiblemente también plaguicidas COPs. La comunidad de Tonosí (Cabecera del Distrito de Tonosí), se encuentra emplazada en el Valle del mismo nombre, el cual posee dos características sobresalientes: hace parte de una Zona Especial de Manejo, pues el ecosistema marino es frágil, sitio de anidamiento de grandes arribadas de tortugas; además, es una región agropecuaria que se ha caracterizado por el uso indiscriminado de plaguicidas.

La población estimada de la Comunidad de Tonosí al 2007 es de 2,474 habitantes (1,319 hombres, 1,155 mujeres); ocupa una superficie de 35.9 km2 y la densidad de población es de 69 hab./km2. El Distrito es netamente agropecuario, en donde la actividad económica más relevante son los cultivos de arroz y maíz destinados al autoconsumo y el mercado local, principalmente (ver Tabla No 2).

La comunidad de Tonosí en el año 2001 contaba con 7,346 cabezas de ganado vacuno, 138 porcino y 293 caballar. Las aves de corral forman un componente importante de la economía local, en 2001 el Corregimiento contaba con 8,575 gallinas, 322 patos y ganzos, 78 pavos y 39 codornices. En el año 2000 el ingreso promedio anual, balboas corrientes al año 2000 fue de 1,405.

El vertedero municipal de Tonosí se localiza, además, en cercanías de afluentes que desembocan al mar, amenazando la reproducción de muchas especies marinas, la pesca artesanal, los mangles y esteros se están viendo afectados por la contaminación. Los desechos hospitalarios revueltos con envases agroquímicos, animales descompuestos, latas, zinc, hierro oxidados son quemados a cielo abierto[i].

Carlos Muñoz[ii], epidemiólogo de la Dirección Regional del MINSA en Los Santos, afirma que son muchos los casos de intoxicados por el uso de plaguicidas y agroquímicos; pero advierte que la cifra que se maneja en los Centros de Salud no refleja la realidad porque los afectados no buscan atención médica, “cuando sienten mareos, náuseas, dolor de estómago o de cabeza prefieren ingerir guarapo de miel o salmuera (agua con sal)". El epidemiólogo explicó que en el año 2005, en Los Santos, solo nueve personas acudieron a los cuartos de urgencia y a los centros de salud con síntomas de intoxicación, leve o moderada; en los primeros seis meses de 2006, la cifra oficial aumentó a 12. Por su parte, Melquisedec De León, miembro de la Fundación Ecológica Tonosí, ha informado que en la región se vierten productos químicos sin ningún control. Afirma que cuando se registran fumigaciones en esta región agrícola, además de las plagas, muere gran cantidad de animales silvestres en los diferentes cultivos.

Los trabajadores y comunidad de las fincas de COOSEMUPAR.

En el año 2002, la empresa Puerto Armuelles Fruit Company (subsidiaria de Chiquita Brands) comunicó al Gobierno su interés de dejar la producción de banano en sus plantaciones de Puerto Armuelles. Los ex - trabajadores asumieron la propiedad de estas fincas, para lo cual crearon la Cooperativa de Servicios Múltiples de Puerto Armuelles R.L. (COOSEMUPAR R.L). Esta Cooperativa heredó un pesado pasivo ambiental, es decir, un conjunto de daños ambientales realizados sin compensar y un conjunto de gastos compensatorios que Puerto Armuelles Fruit Company ha transferido a la comunidad y a la Cooperativa, los cuales se manifiestan en:

a) Carcasas de transformadores eléctricos posiblemente contaminados con PCB, así como gran cantidad de viejos derrames y recipientes cuyo contenido debe ser verificado en una bodega de la Finca El Jocote. Un grupo de ex trabajadores empezaron a utilizar esas tierras para cultivar diferentes rubros, tales como sembradíos de plátano, yuca, frijoles y otoe, desconociendo las amenazas a su salud.

b) Bodega abandonada en la Finca Malagueto, en donde existe la posibilidad de enterramiento de plaguicidas, incluyendo plaguicidas COPs.

c) Vertedero de residuos de plaguicidas y otros materiales contaminantes en la Finca Malagueto, en donde se encuentran actualmente cultivos de maíz y plátano.

La magnitud del daño económico y sus costos económicos para la COOSEMUPAR R.L. por la contaminación de las tierras que actualmente dedican para la producción bananera y cultivos agrícolas, es una tarea pendiente que será incorporada al Plan Nacional de Implementación del Convenio de Estocolmo.

Los consumidores y trabajadores de los expendios de plaguicidas para uso doméstico.

Un estudio publicado en 2000[iii] concluyó que productos químicos (plaguicidas, los desinfectantes y productos para la limpieza en hogares) estaban llegando en forma masiva a los consumidores panameños, por medio de una extendida cadena de comercialización, ya sea como producto final o después de una fabricación, formulación o presentación/reenvasado. En el período 1995-1998 fueron importadas anualmente en promedio 7,162 toneladas de plaguicidas, de las cuales 253.2 ton. (3.5%)5%), con un valor de $USA 1.16 millones, se destinaron para uso doméstico.

Recientemente, entre el 4 y el 18 de junio de 2007, se realizó el operativo “Verificación de Agroquímicos”, por la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia comprobando, en una muestra de 55 locales, entre almacenes y supermercados, la venta de pesticidas, insecticidas y productos para jardinería altamente tóxicos. Al inspeccionar 55 empresas de Panamá Este, Oeste y Centro, las autoridades detectaron un total de mil 658 productos vencidos (1,230 agroquímicos sin fecha de vencimiento y 428 vencidos). La Autoridad informó que el Almacén Xtra (251 productos) ubicado en el centro comercial Los Pueblos y el almacén Novey (352 productos) en Calidonia, fueron los comercios con la mayor cantidad de productos sin fecha de vencimiento (entre productos para jardinería y para agricultura). En la sucursal de Capira del Almacén Casa Económica, se encontraron “grandes concentraciones de gases tóxicos, producto del mal manejo de los agroquímicos”.

Los productos vencidos al perder sus propiedades se transforman en un riesgo para la salud humana, al generar la creencia falsa de que han perdido su poder tóxico. Incluso los envases se utilizan como recipientes para almacenar bebidas para la venta al público[iv]. En el Centro Agropecuario La Fortuna se encontró el plaguicida altamente tóxico VIDATE 24 SL (Oxamil), cuyo mal uso puede producir contaminación de las corrientes de agua. A pesar que los establecimientos comerciales deben orientar a los consumidores, y las etiquetas por obligación deben presentarse en idioma español. Sin embargo, la Autoridad encontró que en las empresas “la información se traduce de forma incompleta”. Otra anomalía es que no se reservan lugares exclusivos a la venta de agroquímicos, tal como indica la ley.

[i] La Prensa, Panamá, domingo 19 de marzo de 2006.

[ii] La Prensa, Panamá, martes 8 de agosto de 2006.

[iii] Jaime Espinosa González, Productos Químicos Peligrosos de Uso en Domicilios (Informe Final), Proyecto: MINSA/REPAMAR/CEPIS/OPS-OMS/GTZ, Panamá, Marzo del 2000.

[iv] “Encuentran plaguicidas con anomalías”, En: La Prensa, Panamá, 26 de junio de 2007.

[i] “Programa regional de acción y demostración de alternativas sustentables al DDT para el control de los vectores del paludismo en México y Centroamérica”. En: FMAM, Temas de Conversación, abril, 2007.

Los grupos más vulnerables.

Distinguimos dos tipos de grupos vulnerables: las poblaciones sobre las que existe una amenaza verificada de contaminación por residuos de plaguicidas COPs, y las poblaciones sobre la que existe la posibilidad de que este tipo de sustancias se estén utilizando a pesar de la prohibición.

La comunidad de Bejuco, Distrito de Chame.

Esta comunidad requiere una mención especial pues, de acuerdo con el Inventario Nacional de Plaguicidas, en sus proximidades se encuentra el mayor depósito de plaguicidas COP en el país, con aproximadamente 7,600 libras de DDT y 225 libras de Lindano, y 30 toneladas de plaguicidas obsoletos contaminados con DDT.

[i] http://www.fao.org/docrep/005/x2570s/X2570S09.htm

[ii] María Deogracias Ortiz, et. al., Identificación de Indicadores para el Monitoreo de la Deltametrina y del DDT y sus Metabolitos en Muestras Humanas y Ambientales, Comportamiento Ambiental del DDT y de la Deltametrina, México, s.f.

[iii] Espinosa, J. Fundamento toxicológico de los insecticidas en las Zonas Altas de Chiriquí. Revista Manejo Integrado de Plagas. 1986.

[iv] Véase JAEN, Gilberto et. al., Diagnóstico de la problemática relacionada con el contenido residual de plaguicidas en los alimentos, CLICAC (Documento Borrador), Panamá, mayo de 2000.

[v] Rodríguez, José A. y Lamoth, L. Contaminación de Alimentos de Origen Agrícola con Residuos de Plaguicidas en Panamá. XXI Congreso Latinoamericano de Química. Panamá, 31 d e julio – 5 de agosto de 1994. Panamá, 1994.

[i] Información obtenida de: OPS –MINSA, Diagnóstico situacional del uso del DDT y el Control de la Malaria en Panamá, Panamá, marzo de 2001.

[ii] The Amey y Castillo, L. Plaguicidas en América Central: Algunas consideraciones sobre las Condiciones de Uso. Memoria. Primera Ecosal. Ops/Oms. Jorge Jenkins Molieri y Manuel Basterrechea, Editores. Centro Editorial Vile, Guatemala, 1992.