Edmund nunca esperó casarse, especialmente cuando vivía en Inglaterra. Crecer escuchando sobre personas como él que se vieron obligadas a ocultar su sexualidad para protegerse de ser arrestados y pasados ​​por el infierno había sido difícil para él, preocupado constantemente de que alguien se diera cuenta de que era gay. Estar en Narnia, donde la homosexualidad no era ilegal, le había dado a Edmund la oportunidad de explorar y finalmente aceptarse a sí mismo por quien era. Y hoy era el día en que se casaría con el amor de su vida: Caspian.

Según las tradiciones de la boda, Edmund ni Caspian pudieron verse hasta que comenzó la ceremonia, su boda fue literalmente la comidilla del siglo que los narnianos, habían diseñado y creado una versión más grande de su ropa de coronación completa con la túnica plateada / azul bordada con el Cresta de la familia real de Narnia, pantalones blancos y botas de cuero negro con su corona plateada descansando sobre su cabeza, la misma corona que había estado usando el día que regresaron a casa por primera vez, sus coronas no habían estado en la cámara subterránea en las ruinas de Cair Paravel y Edmund junto con sus hermanos creían que se habían perdido en el tiempo considerando el año que estuvieron en Inglaterra, habían sido más de mil para Narnia, sin embargo, durante el ataque de los telmarines en Narnia, poco después de su desaparición, el Príncipe Real de Archenland y su guardia, que había sido un amigo cercano de Edmund, se coló en Narnia y, aunque no pudo encontrar sus armas y ropa que ya había sido sellada, encontraron sus coronas que se mantuvieron a salvo en Archenland desde entonces hasta hace un mes cuando el nuevo rey de Archenland visitó Narnia después de enterarse del regreso del Rey y la Reina de antaño y reunió a Edmund y Lucy con sus coronas.

— ¿Estás listo? — Lucy preguntó abriendo la puerta de los aposentos personales de Edmund, llevaba un vestido largo plateado similar a su vestido de coronación, su cabello estaba trenzado y su corona plateada descansaba sobre su cabeza anunciando quién era ella, la gran Reina de Narnia y la futura cuñada de Telmarines y Narnians Rey Caspian.

— Lo estoy. — Dijo Edmund acercándose a su hermana, mientras que Lucy sería la que lo acompañaría por el pasillo, Eustace se pararía al lado de Caspian considerando que Caspian no tenía ninguna familia vivo y desde que Rilian tenía solo tres meses, no se le permitió estar en la ceremonia para protesta de Lucy y Edmund, pero las reglas eran las reglas y muchas cosas ya habían cambiado para que los narnianos fueran parte de la ceremonia. 

Edmund no se sentía nervioso, más eufórico. Finalmente se iba a casar con el hombre que ama, el padre de su hijo. Lucy envolvió su brazo alrededor del de Edmund mientras dos guardias empujaban la puerta de la sala del tribunal, que se duplica para una sala de ceremonias. Las sillas de madera de la corte habían sido removidas y ahora reemplazadas por filas de sillas llenas de telmarines y narnianos por igual. Caspian se paró ante el trono del rey con Eustace a su lado. Edmund sintió mariposas bailando alrededor de su estómago cuando los cervatillos empezaron a tocar su tradicional melodía nupcial narnia en sus violines. Edmund respiró hondo mientras entraba en la sala del tribunal con Lucy a su lado, sus ojos fijos en Caspian.

— Estamos aquí para presenciar el matrimonio del Rey Caspian X y el gran Rey Edmund Pevensie bajo la bendición de Aslan y en compañía de nuestros compañeros narnianos y telmarinos. — Comenzó Lord Bern, siendo el asesor más antiguo y cercano del padre de Caspian, tenía el derecho para oficiar la ceremonia de acuerdo con las antiguas leyes telmarinas, incluso si Caspian y Edmund se iban a casar en nombre de Aslan.

— Rey Caspian X, ¿quieres tener a este hombre como tu esposo casado, para vivir juntos de acuerdo con la ley de Aslan en el sagrado estado del matrimonio? ¿Lo amarás, lo consolarás, lo honrarás y lo apoyaras, en la enfermedad y en la salud? ¿Abandonando a todos los demás, te guardaras sólo para él, mientras ambos vivan? — Preguntó Lord Bern, mirando al rey.

— 𝐀𝐜𝐞𝐩𝐭𝐨. — Dijo Caspian, sonriendo a Edmund.

— Gran Rey Edmund Pevensie, ¿quieres tener a este hombre como tu esposo para vivir juntos de acuerdo con la ley de Aslan en el sagrado estado del matrimonio? ¿Lo amarás, lo consolarás, lo honrarás y lo apoyaras, en la enfermedad y en la salud? ¿Abandonando a todos los demás, te guardaras sólo para él, mientras ambos vivan? — Lord Bern repitió.

— 𝐀𝐜𝐞𝐩𝐭𝐨. — Dijo Edmund.

— Rey Caspian, por favor proceda con su voto. — Dijo Lord Bern.

— Yo, el Rey Caspian X, te tomo a ti, el gran Rey Edmund Pevensie, como mi marido, para tenerte y conservarte de este día en adelante, para bien o para mal: para más rico, para más pobre; En la enfermedad y en la salud; amar y cuidar, hasta que la muerte nos separe, según la santa ley de Aslan; Por eso te doy mi fe. — Dijo Caspian, sin apartar ni una sola vez los ojos de los de Edmund.

— Gran Rey Edmund Pevensie, por favor proceda con su voto. —

— Yo, el gran Rey Edmund Pevensie, te tomo a ti, el Rey Caspian X, para que seas mi esposo, para tenerte y conservarte de este día en adelante, para bien o para mal: para más rico, para más pobre; En la enfermedad y en la salud; amar y cuidar, hasta que la muerte nos separe, según la santa ley de Aslan; por eso te doy mi fe. — Sonrió Edmund.

— Aslan bendiga estos anillos y conceda que quien los da y quienes los usarán puedan permanecer fieles el uno al otro, y permanecer en paz como vivir juntos en amor hasta el final de sus vidas. — dijo Lord Bern recogiendo los dos anillos de oro del altar junto a él y los sostuvo hacia el techo mientras hablaba antes de entregárselos a la persona respetada. Caspian tomó la mano izquierda de Edmund en la suya y deslizó suavemente el anillo de bodas en el dedo anular de Edmund, luego le entregó su propia mano izquierda a Edmund, quien repitió la misma acción.

— Ya que el Rey Caspian y el Gran Rey Edmund han consentido juntos en el santo matrimonio, y han presenciado lo mismo ante Aslan y esta compañía, y por lo tanto han dado y prometido su fidelidad a otros, y han declarado lo mismo al dar y recibir un anillo, y uniendo las manos; Declaro que son esposo y esposo, juntos. — Dijo Lord Bern antes de que la congregación estallara en vítores.

— Larga vida al Rey Caspian. — Gritaron, seguido de: — Larga vida al Rey Edmund. —

Caspian enredó sus dedos con los de Edmund mientras caminaban por el pasillo, la pareja tenía grandes sonrisas que se extendían por sus rostros mientras salían de la sala del tribunal y se dirigían hacia el balcón para ver su reino y donde compartirían su primer beso como pareja casada al frente de su gente antes de dirigirse al salón de baile donde se llevaría a cabo la recepción. Edmund miró a su esposo, su esposo, Edmund sonrió, le gustó el sonido de eso, pudo haber estado casado durante casi cinco minutos pero ya podía decir que fueron las mejores decisiones que había tomado.