Fecha de publicación: enero de 2024
193 páginas, osea unas 28.000 palabras y 45 ilustraciones.
¿Cómo saber si las cosas que me suceden son únicas porque yo soy único o si todos somos igual de raritos?
Es una pregunta que me hago a menudo y para descubrirlo he ido apuntando cada semana durante todo un año estas pequeñas anécdotas y sus consecuencias, que han dado lugar a esta recopilación de absurdeces que cualquier mortal puede cotejar con sus propias experiencias y comprobar si, efectivamente, me merezco estar expuesto en el museo de los bichos raros o si, tal y como supongo, todos somos diferentes por igual.
Un año resumido de semana en semana. Todo real y todo de primera mano, nada de inventarse cosas.
Unos cuantos relatos, algunos largos, algunos cortos, cuya única relación entre sí es que, al igual que nosotros, todos son diferentes por igual.
Tres docenas de relatos en los que se intenta demostrar que el ser humano puede llegar a ser tan absurdo como una patata a pilas. Historias muy cortas, medias o largas, cada una intenta ponernos delante del espejo de lo que somos y lo que creemos ser.
Tres docenas de relatos sin ninguna perspectiva definida, sin horizonte y sin coordenadas a las que agarrarse. Y, por supuesto, sin género definido, ya que no son más que eso: relatos.
125 páginas, osea unas 31.800 palabras.
Doce relatos escritos con las dosis de nocturnidad y alevosía necesarias para poder transitar sobre el imperceptible margen que separa la realidad de la locura.
Un pequeño montón de mentiras que ni cambiarán el mundo ni lo pretenden, pero que sí muestran otras formas de observarlo gracias a la mirada de una serie de personajes que intentan lidiar con las circunstancias que, muy a su pesar, se van cruzando en sus vidas.