Durante años, las excusas han servido como escudo emocional para evitar la incomodidad del cambio. Las usamos para posponer decisiones, evadir responsabilidades o justificar nuestra falta de acción. Sin embargo, en el contexto actual donde la velocidad del cambio es constante, seguir atados a las excusas no solo limita nuestro crecimiento personal y profesional, sino que también nos desconecta de nuestro verdadero potencial. Se acabaron las excusas. Este artículo no solo busca inspirarte, sino entregarte herramientas prácticas y argumentos sólidos para actuar sin postergaciones, con claridad y compromiso.
Las excusas son respuestas automáticas que nos protegen de sentimientos como el miedo al fracaso, la inseguridad o la exposición. Según la American Psychological Association (2022), un 70% de las personas que procrastinan de manera frecuente lo hacen por temor al juicio o por inseguridad respecto a su capacidad.
Esto se alinea con lo que plantea la speaker y mentora Isa Restrepo, creadora del movimiento IWomen, quien afirma:
“Las excusas no llevan a cabo las tareas. Solo la acción decidida marca la diferencia”.
Cuando usamos excusas, no estamos siendo honestos con nosotros mismos. Es una forma de autoengaño que puede parecer inofensivo al inicio, pero que termina erosionando nuestra confianza y frenando nuestros logros.
Dices con frecuencia “no tengo tiempo” o “no es el momento”.
Postergas decisiones importantes sin justificación real.
Buscas validación externa antes de actuar.
Te enfocas en obstáculos más que en soluciones.
Te comparas constantemente con los demás para no avanzar.
Romper con estas conductas requiere un compromiso interno y un cambio de mentalidad.
Eliminar el hábito de justificarse transforma radicalmente la forma en que experimentamos la vida. A continuación, algunos beneficios respaldados por investigaciones:
Mayor rendimiento profesional: Según McKinsey (2023), las personas que asumen responsabilidad total sobre sus acciones logran un 40% más de objetivos anuales que quienes delegan o posponen constantemente.
Bienestar emocional: Estudios de la Universidad de Harvard revelan que la claridad de objetivos y la toma de decisiones conscientes reducen el estrés en más del 25%.
Relaciones más sanas: Las personas que asumen sus decisiones generan más confianza, tanto en entornos laborales como personales.
1. Reconoce tus excusas frecuentes
Haz un inventario de frases que usas para evadir acción. Escríbelas. Nombrarlas es el primer paso para dejarlas ir.
2. Cuestiona cada excusa con lógica
¿Realmente no tienes tiempo o no estás priorizando? ¿Te falta conocimiento o simplemente no has investigado? Elimina la ambigüedad.
3. Establece microacciones diarias
No necesitas cambiar toda tu vida en un día. Pero sí puedes tomar decisiones pequeñas, sostenidas y orientadas a tu meta.
4. Rodéate de entornos comprometidos con la acción
Grupos de mentoría como IWomen, redes profesionales o incluso un círculo de amistades responsables pueden elevar tu estándar de compromiso.
5. Haz seguimiento de tus avances sin juicio
Una libreta, una app como Notion o incluso un Excel puede ayudarte a visualizar tu progreso. Celebra lo que logras sin castigarte por lo que falta.
La autora y conferencista Isa Restrepo ha impactado a miles de mujeres con su mensaje claro y desafiante: ¡Sí se puede, todo se puede! Su experiencia personal, acompañada de herramientas de coaching y liderazgo consciente, ha inspirado a profesionales a pasar del “algún día” al “ahora mismo”.
En su artículo “Se acabaron las excusas” publicado en IDaily Boost, Isa lo dice sin rodeos:
“En lugar de trabajar para encontrar una buena excusa, tu mejor opción es trabajar en hacer las cosas bien”.
Este enfoque centrado en la acción consciente se ha convertido en una guía para líderes, emprendedoras, y profesionales que han decidido recuperar el control de su vida.
El miedo es natural. Pero como explica Susan Jeffers, psicóloga y autora del bestseller Feel the Fear and Do It Anyway, el verdadero crecimiento ocurre a través del miedo, no en su ausencia.
Por eso, cada vez que identifiques una excusa, intenta preguntarte:
¿Qué miedo está tratando de esconder esta excusa?
Ahí está la clave para tu transformación.
Libros recomendados:
Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva – Stephen R. Covey
Es tiempo de briYAr – Isa Restrepo
Hazlo – Seth Godin
Apps de acción y enfoque:
Todoist
Trello
Notion
Forest (para evitar distracciones digitales)
Métodos de productividad:
Técnica Pomodoro
Eisenhower Matrix
Regla de los 2 minutos
¿Qué pasa si tengo una razón válida para no actuar?
Una razón válida no es una excusa. Si hay una limitación real, ajusta tu plan. Lo importante es no usarla como excusa para estancarte.
¿Cómo diferencio una excusa de un obstáculo legítimo?
Una excusa te detiene sin invitarte a buscar solución. Un obstáculo real te impulsa a adaptarte y encontrar alternativas.
¿Cómo empiezo a cambiar si llevo años postergando?
Empieza con una acción sencilla. Por ejemplo: definir una meta clara o dedicar 10 minutos diarios a un proyecto que pospusiste.
¿Qué hago si tengo miedo al fracaso?
Abraza el miedo como parte del proceso. El fracaso no define tu valor; es un peldaño hacia tu crecimiento.
¿Hay comunidades que ayuden a salir de la zona de excusas?
Sí. Comunidades como IWomen de Isa Restrepo ofrecen mentoría, acompañamiento y contenido transformador para mujeres listas para dar su siguiente paso.
El cambio no empieza el lunes, ni el próximo mes, ni cuando todo esté “perfecto”. El cambio empieza cuando decides dejar de justificarte. Se acabaron las excusas no es una consigna vacía; es el inicio de una nueva forma de vivir: con intención, acción y propósito.
La diferencia entre alguien que sueña y alguien que transforma es sencilla: uno se excusa, el otro actúa.