Quién fue...

Ada Lovelace

La gran pionera de la Programación

Augusta Ada King, condesa de Lovelace (Londres, 10 de diciembre de 1815-íd., 27 de noviembre de 1852), registrada al nacer como Augusta Ada Byron y conocida habitualmente como Ada Lovelace, fue una matemática y escritora británica, célebre sobre todo por su trabajo acerca de la computadora mecánica de uso general de Charles Babbage, la denominada máquina analítica. Fue la primera en reconocer que la máquina tenía aplicaciones más allá del cálculo puro y en haber publicado lo que se reconoce hoy como el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina, por lo que se la considera como la primera programadora de ordenadores.

La gran pionera de la programación se adelantaba al desarrollar el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina. Hoy en día, su aniversario se celebra dando cuenta de la relevancia de su figura y el hecho histórico para la mujer en tecnología, matemáticas y ciencia. 

Cada año, desde 2009, el segundo martes de octubre se celebra el día internacional de Ada Lovelace, una fecha con la que se pretende conmemorar los logros conseguidos por las mujeres en campos como la tecnología, la ciencia, la ingeniería o las matemáticas.

Con esta celebración, además, se quiere rendir homenaje a la figura de esta mujer, considerada pionera de la informática, hija del famoso y controvertido Lord Byron y de Anna Isabella Milbanke, una aristócrata inglesa, que fue asimismo apasionada de las matemáticas y la astronomía.

Ada fue capaz de desarrollar varios conceptos que actualmente se consideran visionarios.

El más célebre se refiere al funcionamiento de lo que hoy se conoce como algoritmo informático.

Ada tomó como ejemplo los números de Bernoulli (una serie infinita que juega un papel importante en la teoría de los números) para describir, por medio de un diagrama, las operaciones que la máquina de Babbage tendría que realizar para calcularlos. También, explicó cómo se introduciría ese algoritmo en la máquina, y esbozó distintos conceptos informáticos como el concepto de máquina universal y el de ordenador. 

Dedujo y previó la capacidad de los ordenadores para ir más allá de los simples cálculos de números, mientras que otros, incluido el propio Babbage, se centraron únicamente en estas capacidades.​

Su posición social y su educación la llevaron a conocer a científicos importantes como Andrew Crosse, sir David Brewster, Charles Wheatstone, Michael Faraday y al novelista Charles Dickens, relaciones que aprovechó para llegar más lejos en su educación. Entre estas relaciones se encuentra Mary Somerville, que fue su tutora durante un tiempo, además de amiga y estímulo intelectual.

 

 Ada Byron se refería a sí misma como una científica poetisa y como analista (y metafísica).

 

Lovelace a menudo cuestionaba suposiciones básicas integrando poesía y ciencia. Mientras estudiaba cálculo diferencial, le escribió a De Morgan:

 

“Puedo señalar que las curiosas transformaciones que pueden sufrir muchas fórmulas, la identidad insospechada para un principiante aparentemente imposible de formas extremadamente diferentes a primera vista, creo que es una de las principales dificultades en la primera parte de los estudios matemáticos. A menudo me acuerdo de ciertos duendes y hadas de los que uno lee, que ahora están en los codos en una forma, y el siguiente minuto en una forma muy diferente”.


Lovelace creía que la intuición y la imaginación eran críticas para la aplicación efectiva de conceptos matemáticos y científicos. Valoraba la metafísica tanto como las matemáticas, y las veía como herramientas para explorar «los mundos invisibles que nos rodean».

Legado:

Sugirió el uso de tarjetas perforadas como método de entrada de información e instrucciones a la máquina analítica.23​ Además introdujo una notación para escribir programas, principalmente basada en el dominio que Ada tenía sobre el texto de Luigi Menabrea de 1842 (que comentó personalmente completándolo con anotaciones que son más extensas que el texto mismo) sobre el funcionamiento del telar de Jacquard así como de la máquina analítica de Babbage.

 Es reseñable además su mención sobre la existencia de ceros o estado neutro en las tarjetas perforadas siendo que las tarjetas representaban para la máquina de Babbage números decimales y no binarios (8 perforaciones equivaldrían entonces a 8 unidades).

 

 

También introdujo la posibilidad de que la máquina analítica no fuera solo capaz de realizar cálculos matemáticos, sino también de, entre muchas otras cosas, «producir arte» y componer música, literatura... de hecho, afirmaba que el invento sería capaz de realizar cualquier cosa que se le pidiera, siempre y cuando supiéramos cómo ordenárselo.​