Preámbulo

Aquí vamos a listar unos principios que al aplicarse pueden conducirnos a la transformación de las relaciones humanas en su conjunto en el Planeta Tierra; esto lo hacemos con el propósito de enfrentar unos problemas que las naciones, aun si unidas, no lograron resolver hasta ahora.

Queremos ofrecer a las personas de hoy y de mañana un lugar donde vivir sin los riesgos que los nacionalismos, con sus constante voracidad y voluntad de dominio, causan.

El hecho que siempre haya guerras destructoras y que el uso de armamentos en las manos de pocos sea una amenaza a la vida del planeta, tiene que ser más que una condición para hacernos reflexionar.

Así como los problemas climáticos y de polución, creados por la actividad humana, no pueden ser enfrentados por los singulos países, y es clara la necesidad de una acción global que tenga como eje central el interés del planeta mismo.

Desafortunadamente hasta el día de hoy no tuvimos mucho éxito, sea por lo que se refiere a las armas de destrucción de masa, y también por lo que concierne a las políticas ambientales.

La propuesta venusiana

Ofrecemos legitimidad a la aspiración de quienes se consideran Ciudadanos del Mundo, pero se encuentran en la imposibilidad de serlo. En otras palabras hablamos a esas personas que no quieren un mundo marcado de divisiones territoriales, las cuales namas benefician algunos a los danos de otros; hablamos a personas que quieren moverse en la Tierra como si toda fuera su casa, sin documentación ni requisiciones varias, libertad de movimiento solo por el hecho de existir.

Sin el reconocimiento esencial de esta libertad para toda la humanidad el amor se quedará una quimera y la Tierra seguirá siendo un lugar en donde solo saltuariamente vamos a estar felices, un lugar en donde seguirán dominando el sufrimiento.

El proyecto venusiano

Tomando nota del hecho que no se puede ser ciudadanos del mundo porque está subdividido en naciones, y no se permite ser ciudadanos de todas, se puede por tanto escoger de volverse venusiano, o sea ciudadanos de Venus ( o sea refugiados por elección desde ese planeta, porque allá, en poca palabras, hace demasiado calor). Esta ciudadanía se va añadir a las varias que tenemos en este planeta. En el momento adecuado, o sea cuando todos los ciudadanos de la Tierra se hayan vuelto: italianos y venusianos, estadounidenses y venusianos, japoneses y venusianos y etc, vamos finalmente a abandonar nuestras ciudadanías nacionales y nos volveremos exclusivamente venusianos, o sea ciudadanos del mundo.

Vaciadas de sus ciudadanos las naciones no tendrán más razón de existir y van a desaparecer. En ese momento entrará en acción la Carta venusiana.

La carar venusiana