Mis crónicas y análisis

Día 1

Qatar - Ecuador

El partido inaugural de esta Copa del Mundo, presentando y estrenando a los locales, dejó un partido muy desequilibrado donde Ecuador venció por 0-2, con dos goles de Enner Valencia.

El planteamiento de Qatar, con tres centrales, estuvo lejos de cumplir con lo que su seleccionador buscaba: no generó ventajas en el inicio del juego, cayó 'en la trampa' cuando Ecuador dirigió su presión hacia afuera y tampoco fue eficiente controlando los movimientos entre líneas de los sudamericanos.

Alfaro presentó un plan de partido similar al que se pudo ver durante su clasificación. Escalonó a su centro del campo y juntó a jugadores por fuera. Méndez incrustado entre centrales en el inicio del juego, centrales abiertos pero laterales con poca altura. Según por dónde discurría la posesión, Caicedo se acercaba para 'cerrar los triángulos' por donde podía progresar en superioridad y evitando a los duros mediocentros qataríes.

Red de pases de Ecuador, muy visible cómo Plata y Preciado por un lado y Estupiñán e Ibarra por el otro estuvieron se asociaron mucho superando a los carrileros qataríes.

El otro aspecto que pienso que decantó el partido fue el emocional. Los jugadores de Qatar disputaron un primer tiempo muy agarrotados provocando una muy mala toma de decisiones y pareciendo que 'se quitaban el balón de encima'. Ante ese escenario, potenciaron el plan de partido de Ecuador lo que retroalimentó esa tendencia hasta la recta final del partido.

Día 2

Lo de Inglaterra, Países Bajos y Gales

La segunda jornada del Mundial estuvo protagonizada por Inglaterra y su goleada ante Irán. Una presentación que sorprendió hasta a los más optimistas con los de Gareth Southgate, no por la buena convocatoria que ha reunido para esta cita, sino por lo efectivo de su equipo, logrando seis goles con siete disparos entre palos y que ninguno de ellos fuera de su atacante más completo y Bota de Oro en el Mundial anterior: Harry Kane.

Hubo dos movimientos claves, para mi, en el buen funcionamiento del ataque inglés. Jude Bellingham ocupó con mucha inteligencia los carriles interiores, alternando movimientos para equilibrar la superioridad en la zona activa del balón con otros mucho más agresivos hacia el área iraní. Junto al joven del BVB, Raheem Sterling fue, también con sus movimientos, quien activó al resto de atacantes: partía por fuera y desde ahí detectaba las zonas en las que podía hacer más daño, aparecía como referencia en ataque o entre líneas. Y el gran beneficiado de cómo funcionó la fase ofensiva inglesa fue Bukayo Saka, que logró dos goles y fue elegido el jugador del partido.

En resumen, una participación muy completa que explica el buen resultado ante un equipo iraní que jamás supo encontrar continuidad en sus jugadas de ataque y que encontró sus dos goles a la espalda de Harry Maguire

La ausencia de Mane en Senegal abría un interesante debate sobre cómo funcionaría el equipo africano sin su líder y referente en ataque. Cisse 'simplificó' su juego buscando las virtudes de sus mejores jugadores. Dio importancia a Mendy en el inicio del juego a la hora de crear una primera superioridad ante la presión inicial de Países Bajos y con Koulibaly para proyectar en largo a los cinco jugadores con los que cargaba el campo rival. En este momento del juego, Sarr estuvo acertado en sus duelos con de Ligt pero faltó pegada.

El equipo de Van Gaal, que en otros años presentaba una nómina de delanteros de primer orden, carece de ese delantero que condicione a los defensas rivales y necesita de un juego coral dinámico para desordenar a rivales que, como Senegal, sin balón controlen bien los espacios. Encontró dos goles aprovechando fallos de Mendy, muy al final del partido, demostrando paciencia e intensidad, pero sí que es cierto que vimos diferentes disposiciones a lo largo del encuentro a partir de sus defensas para abrir pasillos por dentro: Dumfries funcionó casi de extremo mientras que Blind en la izquierda buscaba ser un primer o segundo escalón en la construcción por ese costado. De Ligt pasó a vigilar la zona de lateral derecho y, como conté antes, ahí tuvo duelos complicados con Sarr.

Cisse dio una primera pista de cómo complicar el partido a Países Bajos dirigiendo su juego hacia las bandas, sin desborde en este partido.

En medio de todo lo que puede ofrecer un partido de fútbol a nivel táctico en cuanto a automatismos, movimientos que buscan generar situaciones concretas y ventajosas, ver a Gales en una fase final de un gran torneo de selecciones nos recuerda que toda esta evolución tuvo un inicio en llevar el balón al campo rival a la mayor velocidad posible y ya ahí, ser más atrevidos.

Estados Unidos es un equipo joven, muy centrado en estar maduro para la próxima Copa del Mundo y con la energía del que no tiene nada que perder encaró un partido siendo atrevidos y adelantándose en una buena jugada de contraataque. También ante una selección galesa que no entró del todo en el partido hasta la segunda parte en la que trató de ser lo más directos posibles y esperar a que en el campo estadounidense, sus atacantes fueran más determinantes. Una jugada maestra, pienso, fue el cambio de Daniel James, muy gris, por Keiffer Moore, quien condicionó a la defensa de Berhalter con su poderío aéreo y se convirtió en el referente en el inicio de juego. A partir de ahí, Gales llevó el partido a un escenario familiar pese a que tuvo que esperar a un penalty para rascar un punto.

Día 3

Lo de Argentina, Túnez, México y Francia

Durante los últimos meses habíamos visto a una selección Argentina dominador, protagonista y muy convencida de un plan. Esto la llevó a ganar la Copa América en Brasil y llegar a Qatar entre las señaladas para llevarse el título. Todo eso y Leo Messi, el veterano atacante llega en un momento fino al torneo y convencido de que a la quinta irá la vencida. Euforia fuera y confianza dentro. Y en eso llegó Arabia Saudí y lo cambió todo.

El equipo Hervé Renard tenía un plan y no pudo salir mejor. Una defensa adelantada, superioridad numérica por dentro y mucho acierto. Así, en grandes rasgos, se puede explicar uno de los resultados más sorprendentes en la historia de los Mundiales.

El corazón de los asiáticos en la recta final contrastaba con las caras de angustia de los argentinos que ya habíamos visto en otras fases finales ante rivales, sobre el papel, menos exigentes. Y es que Argentina volvió a mover el balón de un lado a otro sin poder 'activar' en ventaja a Leo Messi, la intensidad en los costados dificultaba las conducciones de Di María y las incorporaciones de los laterales estuvieron vigiladas por un buen sistema de ayudas. ¿Se repetiría este resultado si se jugara el partido 100 veces con los mismos protagonistas? Seguro que más de una vez sí. Así de potente fue el desempeño de Arabia Saudí en fase defensiva.




Día 4

Lo de Marruecos, Alemania, España y Bélgica