Una audiometría tonal es una prueba subjetiva que evalúa la capacidad auditiva de una persona. Su objetivo principal es determinar el umbral auditivo, es decir, la intensidad más baja (medida en decibelios, dB) a la que una persona puede escuchar un sonido en diferentes frecuencias (medidas en Hertz, Hz).
¿Para qué sirve?
Detectar y cuantificar la pérdida auditiva: Permite identificar si hay una pérdida de audición, cuál es su grado (leve, moderada, severa, profunda) y qué tipo de pérdida es (conductiva, neurosensorial o mixta).
Diagnosticar la causa de la pérdida auditiva: Ayuda a determinar si el problema se encuentra en el oído externo o medio (pérdida conductiva), en el oído interno o el nervio auditivo (pérdida neurosensorial), o en una combinación de ambos.
Monitorear la evolución de la audición: Se utiliza para seguir el progreso de una pérdida auditiva o la efectividad de un tratamiento.
Adaptación de audífonos: Es fundamental para la correcta selección y ajuste de audífonos.
La logoaudiometría (también conocida como audiometría verbal o audiometría del lenguaje) es una prueba complementaria a la audiometría tonal que evalúa la capacidad de una persona para entender el lenguaje hablado. A diferencia de la audiometría tonal, que mide la audición de tonos puros, la logoaudiometría se centra en la discriminación y comprensión de palabras y frases.
¿Para qué sirve?
Evaluar la comprensión del habla: Es fundamental para determinar no solo si una persona oye, sino también si entiende lo que oye. Es posible que alguien escuche sonidos, pero tenga dificultades para reconocer y procesar las palabras.
Diagnosticar el tipo y grado de pérdida auditiva: Ofrece información valiosa para diferenciar entre problemas de percepción del sonido y dificultades en el procesamiento del habla, lo que puede ser clave para identificar condiciones como la presbiacusia (pérdida auditiva por edad), la pérdida auditiva neurosensorial o trastornos del procesamiento auditivo central.
Adaptación de audífonos: Es crucial para la selección y el ajuste preciso de los audífonos, ya que permite determinar la intensidad óptima a la que el paciente puede comprender el lenguaje de manera más efectiva.
Evaluación de la rehabilitación: Permite monitorear la mejora en la comprensión del habla después de la adaptación de audífonos o implantes cocleares, y ajustar las terapias de rehabilitación.
Determinar la incapacidad social: Ayuda a medir el impacto de la pérdida auditiva en la comunicación diaria de una persona.
La impedanciometría (también conocida como impedanciometría acústica o timpanometría) es una prueba audiológica objetiva que se utiliza para evaluar la función y el estado del oído medio. A diferencia de la audiometría tonal y la logoaudiometría, que requieren la colaboración activa del paciente (indicando si escucha o repitiendo palabras), la impedanciometría no la necesita, lo que la hace muy útil en bebés, niños pequeños o personas con dificultades de comunicación.
¿Para qué sirve?
La impedanciometría proporciona información crucial sobre:
Movilidad de la membrana timpánica (tímpano): Mide la flexibilidad y la capacidad del tímpano para vibrar en respuesta a los cambios de presión.
Estado de los huesecillos del oído medio (martillo, yunque y estribo): Evalúa si la cadena de huesecillos está intacta y transmitiendo el sonido correctamente.
Presión del oído medio: Determina si la presión dentro del oído medio es normal, negativa (lo que podría indicar una disfunción de la trompa de Eustaquio) o positiva.
Funcionamiento de la trompa de Eustaquio: Esta estructura conecta el oído medio con la parte posterior de la garganta y ayuda a igualar la presión. La impedanciometría puede detectar disfunciones.
Presencia de líquido en el oído medio: Es una herramienta muy eficaz para identificar la acumulación de líquido (otitis seromucosa), una causa común de pérdida auditiva en niños.
Reflejo estapedial (o acústico): Es una contracción involuntaria de un pequeño músculo en el oído medio (músculo del estribo) en respuesta a sonidos fuertes. Este reflejo protege al oído y su presencia o ausencia puede indicar problemas en el nervio facial, el nervio auditivo o el propio oído medio.
El tamizaje auditivo es una prueba de detección rápida y no invasiva que se realiza para identificar a personas que podrían tener un problema de audición. Su objetivo principal no es diagnosticar una pérdida auditiva de forma definitiva, sino filtrar o "tamizar" a la población para encontrar a aquellos individuos que necesitan una evaluación audiológica más completa.
¿Por qué es importante el tamizaje auditivo?
La detección temprana de problemas de audición es crucial, especialmente en bebés y niños. Una pérdida auditiva no identificada a tiempo puede tener consecuencias significativas en el desarrollo del lenguaje, el habla, el rendimiento escolar y las habilidades sociales. Cuanto antes se detecte una pérdida auditiva y se inicie una intervención (como el uso de audífonos, implantes cocleares o terapia del lenguaje), mejores serán los resultados para el desarrollo del niño.
Las Otoemisiones Acústicas (OEA) son sonidos muy débiles que produce el oído interno de forma espontánea o en respuesta a un estímulo sonoro externo. Estos sonidos son generados específicamente por la actividad de las células ciliadas externas (CCE), que son estructuras fundamentales ubicadas en la cóclea (parte del oído interno encargada de la audición).
¿Cómo funcionan?
Cuando el oído capta un sonido, las células ciliadas externas no solo amplifican las vibraciones para que el cerebro las perciba, sino que también generan una especie de "eco" o "respuesta" que viaja de regreso a través del oído medio y el tímpano, llegando al conducto auditivo externo. Es este "eco" el que se mide durante una prueba de OEA.
¿Para qué sirven las OEA?
Las OEA son una herramienta diagnóstica invaluable en audiología, especialmente porque son una prueba objetiva, no invasiva y rápida, lo que significa que no requiere la colaboración activa del paciente. Esto las hace ideales para:
Tamizaje Auditivo Neonatal (TAN): Su principal aplicación es el cribado universal de la audición en recién nacidos. Si un bebé tiene un funcionamiento normal de las células ciliadas externas, producirá OEA, lo que indica que su audición periférica (hasta la cóclea) es probablemente normal. Si no se detectan OEA, puede ser un indicio de una posible pérdida auditiva, y se requerirán más pruebas diagnósticas.
Detección de pérdidas auditivas cocleares: Las OEA son muy sensibles a la función de las células ciliadas externas. Si hay daño en estas células (por ejemplo, debido a exposición a ruido, ototóxicos, o condiciones genéticas), las OEA estarán ausentes o reducidas. Esto permite diferenciar entre una pérdida auditiva de origen coclear (en el oído interno) y una pérdida de origen retrococlear (en el nervio auditivo o más allá).
Monitoreo de la audición: Se utilizan para seguir la salud auditiva en personas expuestas a factores de riesgo, como:
Pacientes que toman medicamentos ototóxicos (que pueden dañar el oído).
Trabajadores expuestos a altos niveles de ruido.
Evaluación en pacientes no colaboradores: Son muy útiles en niños pequeños, personas con discapacidad intelectual o aquellos que simulan una pérdida auditiva, ya que no se necesita su respuesta voluntaria.
Diagnóstico diferencial: Ayudan a diferenciar entre diferentes tipos de hipoacusias (pérdidas auditivas). Por ejemplo, si las OEA están presentes pero hay una pérdida auditiva en la audiometría, esto podría sugerir una neuropatía auditiva (problema en el nervio auditivo a pesar de una cóclea funcional)
Los Potenciales Evocados Auditivos (PEA) son una serie de pruebas neurofisiológicas que miden la actividad eléctrica generada por el sistema auditivo en respuesta a estímulos sonoros. En esencia, detectan cómo el cerebro reacciona a los sonidos a medida que estos viajan desde el oído hasta diferentes puntos a lo largo de la vía auditiva, desde el nervio auditivo hasta la corteza cerebral.
A diferencia de las audiometrías tradicionales (tonal y logoaudiometría) que son subjetivas y requieren la colaboración del paciente, los PEA son pruebas objetivas. Esto significa que no dependen de la respuesta consciente del paciente, lo que las hace extremadamente valiosas para evaluar la audición en:
Bebés y niños pequeños: Especialmente para el diagnóstico definitivo de la hipoacusia neonatal.
Personas con dificultades de comunicación: Aquellas con discapacidad intelectual, autismo o que no pueden colaborar voluntariamente.
Pacientes sedados o en coma: Para evaluar la función del tronco encefálico y el nervio auditivo.
Casos de simulación: Cuando se sospecha que una persona podría estar fingiendo una pérdida auditiva.
La Electrococleografía (ECochG o EcoG) es una prueba electrofisiológica objetiva que registra la actividad eléctrica generada directamente en la cóclea (oído interno) y en la porción más cercana del nervio auditivo (VIII par craneal), en respuesta a un estímulo sonoro. Es una de las pruebas de Potenciales Evocados Auditivos, pero se enfoca específicamente en las respuestas más tempranas y periféricas de la vía auditiva.
¿Cómo se diferencia de otros Potenciales Evocados Auditivos (PEA)?
Mientras que los Potenciales Evocados Auditivos de Tronco Cerebral (PEATC) miden las respuestas a lo largo de toda la vía auditiva hasta el tronco encefálico, la ECochG se centra en las respuestas que se originan muy cerca del estímulo, es decir, en el propio oído interno y el inicio del nervio auditivo. Esto permite una visión más detallada de la función coclear y del nervio.
La Electronistagmografía (ENG) es una prueba diagnóstica que se utiliza para evaluar el sistema vestibular (el sistema del equilibrio ubicado en el oído interno) y los nervios que controlan el movimiento de los ojos (nervios oculomotores). Lo hace mediante el registro de los movimientos involuntarios de los ojos, conocidos como nistagmo, así como otros movimientos oculares.
¿Por qué es importante el nistagmo?
El nistagmo es un movimiento ocular rítmico, involuntario y repetitivo (puede ser horizontal, vertical, rotatorio o mixto). Es un reflejo normal del sistema de equilibrio cuando se estimula de cierta manera. Sin embargo, un nistagmo anormal o su ausencia cuando debería estar presente, puede indicar problemas en:
El oído interno (laberinto): Donde se encuentran los conductos semicirculares y los otolitos, responsables de detectar la posición y el movimiento de la cabeza.
Los nervios vestibulares: Que transmiten la información del equilibrio al cerebro.
Las conexiones cerebrales: En el tronco encefálico y el cerebelo, que procesan la información del equilibrio y coordinan los movimientos oculares.
¿Para qué sirve la ENG?
La ENG se realiza principalmente para investigar y diagnosticar las causas de síntomas como:
Vértigo: Sensación de que el entorno o uno mismo está girando.
Mareo y desequilibrio: Sensación de inestabilidad o aturdimiento.
Nistagmo espontáneo: Movimientos oculares involuntarios que se presentan sin un estímulo específico.
Pérdida auditiva asociada a problemas de equilibrio: Algunas condiciones pueden afectar tanto la audición como el equilibrio.
Monitoreo de ciertas enfermedades o efectos secundarios de medicamentos: Que pueden afectar el sistema vestibular
La terapia vestibular es un tipo de fisioterapia especializada que se enfoca en el tratamiento de los trastornos del equilibrio causados por problemas en el sistema vestibular, que se encuentra en el oído interno. Su objetivo principal es reducir los síntomas de vértigo, mareo, inestabilidad y desequilibrio, y mejorar la calidad de vida del paciente.
El sistema vestibular es como el "GPS" de tu cuerpo para el equilibrio. Está formado por:
Canales semicirculares: Detectan los movimientos de rotación de la cabeza.
Otolitos (sáculo y utrículo): Detectan los movimientos lineales y la posición de la cabeza en relación con la gravedad.
Estos órganos envían información al cerebro, que la integra con la información de la visión y la propiocepción (la sensación de la posición de tu cuerpo en el espacio) para mantener el equilibrio y la orientación espacial. Cuando hay un problema en este sistema, esta información se distorsiona, lo que lleva a los síntomas de mareo y desequilibrio.
La terapia vestibular no es un tratamiento único, sino un programa de ejercicios individualizado diseñado por un fisioterapeuta especializado en rehabilitación vestibular. El tratamiento se basa en la capacidad del cerebro para adaptarse y compensar los déficits del sistema vestibular, un proceso conocido como compensación vestibular.