Por: Lislién Rodríguez Cárdenas y Wilfredo Falcón.

La Revolución en sí misma inspiró el desarrollo de una cultura revolucionaria que muestra entre otros aspectos, una poesía cultivada por muchos patriotas de la guerra, como expresión del sentimiento patriótico, que desató y formó la contienda. Es Miguel Jerónimo, uno de esos intelectuales que dirigen el inicial estallido revolucionario del 68. No es casualidad, el hecho de que fuera el principal jefe de la sublevación en Las Villas, refleja no solo su prestigio como político y conspirador, sino su calibre intelectual, su comprensión de los rasgos de la situación política de la época, de las contradicciones del momento, del decursar de las ideas esenciales que caracterizan el tiempo histórico en que se inicia la guerra.

La poesía de Miguel Jerónimo Gutiérrez forma parte del legado de los patriotas independentistas de la década gloriosa; es expresión de su ideal emancipador y de su aporte a la cultura revolucionaria villareña en los albores de la nación cubana. Un acercamiento a esta personalidad villareña es el motivo fundamental de los autores, para que el lector pueda conocer a quien es, sin dudas, el padre de la independencia en Las Villas, pero no solo por su labor independentista, sino por sus poemas y su vida de sacrificios en pos de la patria. El hecho mismo de que sus restos no tengan sepultura en esta ciudad, de que su cuerpo fuera despedazado entre las malezas, evidencia su sacrificio y su valía como dirigente patriótico, la fuerza de sus principios como móvil de la saña de sus captores.

Este patricio forma parte del patrimonio intangible de esta ciudad, pero no es exclusivo de Santa Clara, ni de Las Villas, su obra y su vida debe ser conocida en toda Cuba. Desde esta reflexión parte la trascendencia de este texto, que se adentra en algunos elementos de su labor y lo presenta como poeta de la gloriosa generación de la Guerra Grande.

No existían sus poemas en un solo texto, de ahí el valor fundamental de esta obra, lograr compilar su producción literaria en un libro para el disfrute del lector, poesías dispersas en variadas fuentes poco conocidas, documentales y bibliográficas. De gran valor en el proceso de búsqueda fueron los lugares que atesoran la historia patria: el Archivo Histórico Provincial de Villa Clara, la Sala de Fondos Raros y Valiosos de la Biblioteca Provincial Martí, la Biblioteca Coronado de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, la Biblioteca del Obispado de Santa Clara, así como los fondos del Archivo Histórico Nacional y la Biblioteca Nacional José Martí.

En suma, para que perduren en la memoria histórica, ponemos a disposición del lector, los poemas de Miguel Jerónimo Gutiérrez, como justo reconocimiento a su sacrificio y entrega, para que no los cubra el manto del olvido.