(…) Nos quedamos celebrando una fecha histórica, pero el por qué, el contexto, el antecedente y el consecuente del hecho histórico no aparece. Hoy estamos celebrando una fecha histórica, pero vino muy bien que se hablara como Martí analizó esa fecha histórica. En tanto, la idea es que todas las fechas históricas tengan una coherencia entre sí, de manera que se cree una conciencia histórica de nuestra realidad y eso no solo se crea con las armas sino también con la literatura, con el pensamiento, con la música. Yo soy un ferviente defensor de aquello que dicen de: la música es el alma de los pueblos, un pueblo sin música es un pueblo sin alma.
Los hombres del 68 fueron como fueron porque tenían las artes. Por ejemplo, Céspedes escribía poemas, la primera vez que cayó preso se reunió con Fornaris, Palma y él para hacer poesía. Pero alguien se acuerda cuando habla de Céspedes, cuando ponemos el mundo cultural, enseguida; pero cuando hablamos de historia, se acuerdan de que fue uno de los autores de La Bayamesa. Estamos discutiendo que parte es la suya, la única clara es la de Fornaris. En tanto, pensamos enseguida en Pedro Figueredo y asociamos su fama con Manzanillo. No. Pedro Figueredo se hace famoso en La Habana, en una revista que se llamaba La Piragua y que estaba por el rescate de las culturas originarias, ese movimiento se le llamo el siboneyismo, que era mucho más que eso, Lezama Lima tiene una excelente descripción de esto.
Este año es aniversario cerrado de la muerte de Carlos Manuel de Céspedes, este año también lo vamos a recordar. Se va a realizar mañana un programa en la televisión nacional y el 27 de febrero se va a realizar una actividad en la Biblioteca Nacional. Esta fecha está inseparable con otro momento el 24 de febrero, con una conexión importante entre todas estas fechas, la de hoy también, que muestran una riqueza que tiene la historia patria. Yo soy de los que creo que los dos elementos que lograron una máxime expresión nacional fue la poesía y la música. Hay dos músicos que expresan por primera vez esa identidad cubana: Eduardo Sánchez de Fuentes con su habanera Tú, escrita en 1882 y el otro, José White con su famosa habanera, La Bella Cubana.
Ha cuajado un sentimiento nacional y cuando se empuñan las armas es porque le antecede una revolución de las artes, y eso no solo está en un discurso político si no en la poesía y en la música. Sobre la música, es aquella famosa frase que se le atribuye a Bethoven: donde terminan las palabras empieza la música. Hoy me he sentido conmovido por la música (de Ars Nova), ver la calidad de los muchachos a mí me estremeció, me tocaron el corazón, me hicieron cubano y patriota con la música.
Tenemos, queridos compañeros y compañeras, que trabajar con esta perspectiva porque sino nos pasa lo que nos está pasando en muchísimos espacios, que los jóvenes no entienden, porque le explicamos sobre la base de frases hechas y de conceptos grandilocuentes. Vamos a hablar de los hechos y hombres heroicos, pero con la cultura cubanísima que tenemos, si esta cultura cubanísima no está detrás de la acción de dar la vida por su patria, no nos puede servir. Por cierto, me encantó que hayas escogido el concepto de Patria como línea de exposición en tu libro de Miguel Jerónimo Gutiérrez.
En cuanto a la idea de patria, en “La República Española frente a la Revolución Cubana” de José Martí, está para mí, la más fundamental de las definiciones que se han hecho sobre Patria y sobre identidad, es cuando Martí dice: “patria es fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas”. Todos hablan del ajiaco de Fernando Ortiz y a todos se les ha olvidado que el primero que no dijo unión, porque lo que se une se puede desunir, sino fusión de todos los componentes de la sociedad cubana, se llama José Martí. Además, los conceptos que usa, esa fusión es de amores y esperanzas. Ustedes me perdonan que me haya extendido, pero la culpa la tuvieron quienes me antecedieron porque me han motivado. Estoy muy contento de haber presenciado sus exposiciones, apreciar lo que han hecho y a los conceptos que han llegado. Podemos trabajar todo este año en muchas cosas que relacionen todos estos sucesos, a Céspedes, Martí y a los villareños en general.
Entonces, en cuanto a la presentación de este número de la revista de la Biblioteca Nacional, que se le dedicó precisamente al alzamiento de Las Villas. Yo quiero aclarar tres cosas conceptuales importantes, Las Villas no es la que se alza, es el departamento del centro, la provincia de Las Villas no existe hasta 1878 y tampoco se llamaba Las Villas, se llamaba Santa Clara. Este es el primer problema que hay que aclarar, valga la aclaración que este departamento estaba compuesto por las actuales provincias de Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus y además, por todo el territorio que pertenece a Ciego de Ávila y que llega hasta Morón. El departamento central llega hasta el Morón, por eso los españoles tiran la Trocha, de Júcaro a Morón.
Lo segundo, que aquí intentamos definir, la peculiaridad de Las Villas y por eso internamente se hablaba primero de cuatro villas y luego de cinco villas, que no era su nombre oficial, pero así se le conocía porque cada jurisdicción tuvo un cierto grado de independencia, que no ocurría en Oriente y menos en Camagüey, que era monocéntrica. Pero en Las Villas, cada jurisdicción tenía sus características económicas, de poblamiento, de historia, de cultura, que todas se entrelazaban porque había una comunicación importante, pero tenían un cierto grado de independencia de una jurisdicción con respecto a la otra.
Por tanto, la conspiración de Las Villas no fue monocéntrica, hubo que coordinar con cada una, y nadie se supeditaba a nadie, cada uno era su grupo conspirador: Cienfuegos con Díaz de Villegas y Adolfo Fernández Cavada; Trinidad con Spotorno- lamentablemente sabemos que Spotorno cogió otro camino- y Federico Fernández Cavada; en Remedios estaba Carlos Roloff y Salomé Hernández. Honorato del Castillo era un cerebro que transitaba entre La Habana y esta región; por demás, discípulo de José de la Luz y Caballero. En tanto, el alzamiento de San Gil era importante por ser el estallido de aquí de la jurisdicción de Santa Clara. Pero el conjunto, la unión de los conspiradores de las cinco villas, del departamento del centro en el alzamiento en Cafetal González, marca el inicio de las gestas independentistas en la región central y allí radica su importancia.
Ahora, hay algo más que ustedes los historiadores villareños tienen que desarrollarlo, el lugar donde fue más fuerte la lucha en cada una de las guerras fue en esta región, en Las Villas. Aquí concentraron los españoles por kilómetro cuadrado, entre soldados y voluntarios lo que no tuvo nunca Camagüey, ni Oriente porque había que impedir el avance al Occidente y había que impedir algo más importante, lo siguiente, que las villas era la principal productora azucarera hasta el fin del siglo XIX. Se destaca, que la primera idea invasora nació aquí, de la mano de Eduardo Machado, Guillermo Lorda y Federico Fernández Cavada, ellos avanzan hasta las cercanías de Colón y el alzamiento de Jagüey estaba relacionado con ellos. Fíjense, que riqueza tiene esta región.
Creo que no le hemos dado a Las Villas el lugar que llevan en nuestras gestas independentistas nacionales. Esta región es más que heroica y no hemos llevado esto al conocimiento histórico y a la divulgación. Insisto, no solo en el marco de la región sino para toda la nación. Los dos compañeros que me antecedieron, excelentes los dos, yo contentísimo con tu libro de Miguel Jerónimo Gutiérrez, hacía rato que había que hacer esa obra. Pero los reto a todos, a continuar -y yo me meto en ese reto- descubriendo la grandeza de la región, la provincia de Las Villas, antiguo departamento central y hoy, aunque estemos en provincias divididas, pero provincias hermanas porque nacieron de la misma madre: Las Villas. Entonces, muchas gracias por compartir este momento. (Aplausos).