Acompañamiento
Acompañamiento
El acompañamiento en el campo educativo implica cercanía, diálogo e interés por la vida de los alumnos; pues muchos de sus grandes propósitos pierden fuerza o vitalidad, precisamente, porque no se da un seguimiento adecuado.
Por ello, debemos tener metas claras o los métodos apropiados para lograrlo, hay que ponerse en camino con ellos. El que acompaña, también, debe respetar los ritmos de cada uno. Cada persona tiene su manera de ser, su historia, sus condicionamientos físicos, psíquicos, culturales, familiares, sociales, económicos, religiosos. Podemos ir hacia una misma meta y por un camino similar, pero cada uno avanza de acuerdo con sus capacidades y limitaciones.
Acompañar a los hijos y a los alumnos, finalmente, es correr el riesgo de dejarse cuestionar sobre las verdades y los valores culturales, morales y espirituales que dan sentido a la vida. Muchas veces, estas seguridades tambalean y nos ponen en profundas crisis.
Esto nos obliga a repensar las cosas en las etapas de la vida en que nos encontramos. La pasión de la juventud hay que armonizarla con la serenidad y la sabiduría que se va alcanzando con los años de experiencia y conocimiento.